lunes, 30 de junio de 2008

Entrevista con Walter Bedregal Paz a propósito de la antología "Aquí no falta nadie"



Por: Luis Pacho, Puno, junio 2008


Cuando te conocimos, creo que hace más de quince años, ya tenías los bosquejos de esta antología. En algún momento pensamos que no se levantaría jamás de tu estante, pero al fin podemos disfrutar del libro. ¿Cómo así te animas a publicarlo?

Desde que me sometí a la disciplina de escribir y a investigar, estudiar y compilar poesía, sólo para vivir en propia carne este género, desde ese día empecé a entender, entre otras cosas, por ejemplo, la labor del poeta, entendí a la poesía misma que ahora ha de brillar en estas páginas. Es algo mágico, parece que hay que ser malabarista, ilusionista, para lograr un resultado como el que tenemos entre manos. Originalmente Aquí no falta nadie no formaba un proyecto tan amplio, sólo quería abordar la poesía hecha por una generación de poetas (los de los noventa – olvidados), pero como Aquí no falta nadie, en tanto antología-plegaria, guardará escasa relación con lo que anteriormente había preparado, de los cuales uno y otro poeta quedaron divididos, incompatibles y por sí mismos insuficientes para integrar todo un volumen antológico, estos pueden ser los antecedentes. Además, esta antología era una promesa que me hice y porque además hacía falta un libro integral sobre este género.

¿Cuáles han sido las motivaciones para abordar en una antología el proceso de la poesía puneña?

Quienes crecimos seducidos por la poesía – a veces, surrealista, a veces romántica y tortuosa – y por ello sublime, difícilmente podemos concebir una forma de amor libre de las espinas, los clavos y la cruz. Escribí esta antología desde la orfandad del amor, a la par con una novela, a pesar de lo disímil de los géneros, esos cientos y cientos de dolientes instantes que terminan poniéndonos incondicionalmente a merced de la poesía nuestra que desde el año 1996 Acabemos de una vez con la poesía (Primer título de la antología), luego Seductores de la luna escribiendo bajo la lluvia de otros equinoccios; seguido de Seductores de la luna de otros equinoccios para después sólo Seductores de la luna, que quedaron sepultados en un portapapeles. Ahora acaba de asomar este texto, con ideas formuladas en días densos y tensos, concluyendo en una frase que sonará cruel – para algunos poetas. Aquí no falta nadie (Título final del libro), admito públicamente no estar equivocado con los antologados (entre los consagrados y novísimos) y así poder determinar qué es poesía.

¿Cuáles han sido los criterios de selección de los antologados?

Hacer una antología es seguir las huellas chocarreras de tu espíritu, y pedir lo que normalmente sólo se espera de Dios: un milagro. Se trataba de que la poesía, una vez más cruzara las fronteras del fanatismo, la tradición, el dolor, la crueldad y finalmente, de manera triunfal, la misantropía. Uno de los criterios más importantes ha sido el corpus de poesía escrita en Puno, una poesía esencialmente escrita en español, porque, como sabemos, existe una gran riqueza de poesía en aymara y quechua, que a pesar de ser orales, tiene un humus de primera calidad y que debería considerarse en cualquier estudio de poesía puneña. Otro criterio de selección es el sentido fractal de los poemas seleccionados, es decir los nexos rizomáticos-fractales que unen y desunen a la poesía, no solo desde ahora, sino, desde siempre. Inclusive hay un criterio que es muy mío, que es justamente el gusto por la buena poesía, o al menos lo que yo llamo buena poesía. Uno de los criterios finales puede ser el impulso cósmico, que corresponde a la personalidad que busca el autor, orientada hacia un estudio:mítico-metafórico, y otro sería ese espíritu regido por una voluntad poética, ideológica, pedagógica que mueve al poeta a emprender una crónica del altiplano, para exaltar sus grandezas estéticas, y condenar sus lacras, reseñar su historia y sobre todo abordarla desde este estudio fractal que proponemos, pero estas tendencias no se dan juntas, sino separadas, generalmente domina una a la otra y rara vez se combinan, pues la dificultad de fusionar ambas poéticas proviene de su oposición irreconciliable. Escribir poesía por amor, amar la poesía más allá de la lógica terrenal y, por encima de todo, amar la poesía sobre todos los dioses: tal era el contenido del milagro. Como antologador he amado la poesía puneña con temblores y lágrimas inclusive con rabia infinita. Como protagonista, decidí que ese amor a la poesía debía y merecía conocer: la pastora florida de Alejandro Peralta; el ángel y la rosa, de Oquendo; la poesía de Efraín Miranda, las cajas que no se habren jamás de Omar Aramayo, las embarcaciones de Epifania Suaña de Gloria Mendoza; el verano inculto de Valdimir Herrera; casa sin puerta de José Alberto Velarde; tiempo de cernícalo de Boris Espezúa; Quiela y Yarume de Bedoya, a Malú de Filonilo Catalina, y una vez conocidas, enfrentarlos a quien un día más amaron, para defender el sagrado derecho de la bienaventuranza y la poesía.

En Puno se han elaborado algunos trabajos de esta naturaleza, desde La antología general de la poesía puneña de Ayala, la breve Antología de la poesía puneña de Omar Aramayo, y hace no mucho Antología comentada de la literatura puneña de Feliciano Padilla. Aparte de las cosas obvias, ¿cuáles son las diferencias centrales respecto de los trabajos señalados?

Creo que el mejor en discernir esas diferencias es el lector, él sabrá decir las distancias y los espacios que separan a estos libros. Algunos amigos que ya han tenido acceso a la lectura del libro han señalado que: Hay mucha distancia entre esta antología y las otras que ya han salido.

¿Qué va a encontrar el lector en esta antología?

La persistencia en leer poesía, desde luego, y bastante poesía, ya lo he dicho, pero también un ensayo de una revisión panorámica breve de la poesía nuestra, la construida por los poetas del altiplano peruano. Porque a pesar de todo, no esta ausente la esperanza. Se manifiesta, por ejemplo, en un poema de Carlos Oquendo de Amat: poema de la niña y la flor.

¿En cien años, sólo 21 poetas?

Claro, lo que pasa es que muchos no saben qué es una antología, y entonces surgen preguntas parecidas a la tuya, se piensa que si son cien años deberían ser cien poetas o doscientos. Esta es una selección de poemas y si no hay más de veintiún autores es porque simplemente no los encontré para este estudio fractal de la poética puneña. En los últimos años, a medida que la poesía puneña encontraba acogida y reconocimiento en nuestro país y a nivel internacional, se hizo más evidente la incongruencia de seguir abordándola, mostrando en el mayor punto sus mejores creaciones, sin dejar de lado críticamente variadas herencias, lo cual a contribuido y decidido cada vez con más fuerza el compromiso que tuve desde la primera vez que pretendí publicar una antología de poesía puneña, lo cual conllevó a tener siempre en mente publicarla, dándole al mundo literario luego de cien años, con un número de 21 poetas antologados, ese es el rol que tiene una antología, para eso se le denomina “antología”, abordada sin ningún subterfugio de índole externo, menos interno.

Ya se oyen algunas voces señalando las ausencias de Luis de Rodrigo, José Luis Ayala, Jorge Flórez-Áybar y, el no menos popular Jóspani, José Paniagua Nuñez. ¿Cómo justificar sus no inclusiones?

Puede ser una improbable herejía, pero todas aquellas personas – sólo algunos poetas, que desde ya los imagino rumiando sus frustraciones– que encuentren provocador, hereje e irredento sólo el título del libro, más no espero la misma actitud del contenido, siempre y cuando sea seria la visión y el lector sea verdadero. Evidentemente, la antología ya estaba escrita cuando me topé, no sólo con uno u otro borrador. Para seguro escándalo de incrédulos, pobres de espíritu y escasos de fe, doy gracias a Dios por habérmela dictado. Si algo tengo que decir al respecto de las no inclusiones, espero no ser irreverente: la única salvación para los vencidos es no esperar salvación alguna.

Algo que se reclama. ¿Por qué terminar esta antología en años de los poetas llamados de los ’90, cuando parecen oírse nuevas voces, digamos del post-2000?

Esta antología termina mencionando en el prólogo a los poetas del post – 2000, digo que aún no tienen su sueño cumplido, están todavía en la etapa de la vigilia, y difícilmente pondría por ellos las manos al fuego. Aún quiero escribir y leer. Yo creo que deberían leer más o, en todo caso, ordenar sus lecturas, darle criterio a sus escritos, empezando, por ejemplo, por la escritura y sus rasgos lingüísticos.

Sacrificar el bolsillo por la literatura en estos tiempos de crisis, sino linda con la locura es francamente un acto heroico. Mucha gente dedicada a la literatura que han u ostentan un cargo importante en la administración pública no han sido capaces de hacerlo “ni por un dólar agujereado”, como sueles decir. Sus lobbys o su cercanía con el poder siempre les han posibilitado el financiamiento. ¿A ti, qué te impulsa hacerlo?

El motivo más trascendental para que esta antología salga a luz es, sin duda, la poesía y su magia, y cuando ella está de por medio, tú como poeta sabrás, nada ni nadie es capaz de detenerte, además ese impulso viene de adentro, de algo incognoscible que irremediablemente te conduce a realizar una actitud de este tipo.

Se dice que la calidad de la poesía puneña ha descendido. No hay Alejandros Peralta, no hay Oquendos y menos un poeta contemporáneo de la talla de Omar Aramayo. Luego de esta antología ¿tú qué opinas?

Tú lo has dicho, no hay calidad. También leí plaquetas y poemarios muy desubicados, además en unos artículos sobre este vacío, en verdad tendremos que esperar muchas lluvias para que aparezcan otros poetas después de los del 90.

Una vez hecha esta especie de re-visión, ¿cuáles son las tendencias más resaltantes de la poesía puneña contemporánea, ochentas y noventas, básicamente?

Andinidad, vanguardia y un tremendo yoismo poseedor de claras inclinaciones líricas.

Supongo que ese yoismo, para ti, es un factor de ilegitimidad. pero, de los 21 poetas, 10 pertenecen a los ’90 o la llamada generación de fin de siglo. ¿Por qué esta diferencia? ¿Significa que la calidad de la poesía puneña crece en los ’90? ¿O cuál es la lectura que tienes al respecto?

No se trata de ilegitimidad, se trata de retornos continuos y discursos casi cotidianos con un yo poético que a veces se puede tornar trivial. Entre los once renombrados y los diez de finales de siglo, la poesía puneña no solamente crece, sino que también continúa una tradición hartamente conocida y de cualidades notables, que de alguna manera devienen de nuestros hitos en la poesía. Ahora bien, la mayoría de los poetas de los ´90, siguen buscando o experimentando su voz y seguramente que a la larga tendremos sorpresas que sin duda confirmarán la selección de los antologados en el libro Aquí no falta nadie.

La metodología que utilizas es la fractalidad. ¿Esta herramienta teórica, por así llamarlo, te permite ver la riqueza del corpus de la poesía puneña?

Creo que no solo ve todo el corpus, sino que también la universaliza porque como toda poesía como la nuestra también tiene ligazones con los grandes maestros de la poesía clásica y universal.

El gran poeta vivo que tenemos en la actualidad es Efraín Miranda Luján. ¿Estás de acuerdo?

Sin duda alguna, Efraín Miranda, aparte del más querido y no por cosas extremas, podríamos nombrar a otras voces mayores que menciono en la antología.

Ahh. ¿Cómo se has asumido los costos de esta edición de lujo? ¿Algún mecenas? ¿Auspició de alguna institución del Estado?

No. Es simple amor indestructible a la poesía y resultado de un ahorro interminable, un ejercicio de día a día. Además no quise que este libro tenga escudos de municipios ni tiendas comerciales, la poesía no merece estar entre el comercio y los negocios, por eso se muestra limpia, sin fotos de alcaldes ni agradecimientos infinitos a nadie. No le debo a nadie de este libro. La poesía es libre y única, como las palabras y hay que dejarla volar.

¿Otros proyectos que tiene la Editorial contigo a la cabeza?

Voy a reservarme la primicia, lo que se viene en los próximos días es algo más ambicioso y abarcador que una antología, te adelanto un poco, el texto linda con una revisión general de la literatura puneña y constará de dos tomos. Ya habrá tiempo para hablar sobre mayores detalles de esta publicación, además ya están en prensa tres libros de narrativa que debemos estar presentándolos en la segunda semana de julio, y por supuesto la revista de literatura puneña que muchos amigos no desearían que salga, pero lamento darles la mala noticia, para ellos, pero grata para nosotros y para nuestros lectores que nos han hecho llegar cientos de e-mails, pues este número 2 de La rama torcida está en su fase final y estos días ya la podrán adquirir. Finalmente, un proyecto que desde hace años se vino postergando, este año será posible realizarlo, se trata del I Concurso de novela corta, organizado por el Grupo Editorial, y que constará de premios fabulosos, para imprimir la bases y distribuirlas, estamos en tratativas con los jurados que serán también de lujo, debido a su trayectoria internacional. Por lo pronto sólo eso que ya podemos garantizar










3827 Metros de Poemas: Aquí no falta nadie, antología de poesía puneña por Miguel Ildefonso*


Poniendo el relato en boca de su anciano tío, Cusi Hallpa, el Inca Garcilaso de la Vega, cuenta el origen de la civilización incaica: “Nuestro padre el Sol, viendo a los hombres en el estado en que estaban, se apiadó y tuvo lástima de ellos y envió del cielo a la tierra un hijo Manco Cápac y una hija Mama Ocllo para civilizar a los pobladores. Con esta orden y mandato puso nuestro padre el sol estos hijos suyos en el lago Titicaca que está a 80 leguas de aquí (...) Ellos salieron del Titicaca y caminaron al septentrión.”
A orillas de la cuna de los fundadores del Tawantinsuyo, a 3827 metros sobre el nivel del mar, en el sur andino peruano, se encuentra la ciudad de Puno, tierra y lago de poesía, como sabemos: del movimiento Orkopata, con El Pez de oro de Gamaliel Churata, y de 5 metros de poemas de Carlos Oquendo de Amat, por citar a los más famosos.Y es desde allí que, en este mes de las letras, acaba de aparecer una esperada y excelente antología de poesía puneña, Aquí no falta nadie, del narrador y crítico literario Walter Bedregal. “Este libro es una antología que sigue una orientación fractal para presentar a la poesía que se ha desarrollado en Puno. Un siglo de poesía escrita en Puno. Las constelaciones semánticas y un filón de rizomas, propuestos como una nueva tendencia de lecturas poéticas, sustentan este conjunto de versos y la secuencia de las voces aquí reunidas. Estas voces se remontan a una pléyade que podría tener otros antecedentes en un periodo más anterior todavía, si mencionamos por ejemplo a Gabino Pacheco Zegarra, Lisandro Luna La Rosa, Aurelio Martínez Escobar, Alberto Cuentas Zavala, Emilio Vásquez y un poco más dentro de las movidas ulteriores se podría mencionar a poetas como el recordado José Parada Manrique, Vicente Benavente Calla, Jesús Cáceres Velásquez, José Tapia Aza Y José Luis Ayala Olazábal, entre otros de valía para un estudio historiográfico de la poesía puneña, pero que por ahora se disgregan en el corpus de esta antología.” Señala Bedregal en su prólogo acerca de esta inagotable fuente poética del altiplano.Los poetas antologados son 21: Alejandro Peralta, Carlos Oquendo de Amat, Efraín Miranda, Omar Aramayo, Percy Zaga, Gloria Mendoza Borda, Vladimir Herrera, José Velarde, Boris Espezúa, Lolo Palza, Alfredo Herrera Flores, Simón Rodríguez, Fidel Mendoza, Gabriel Apaza, Walter Paz, Erdi Flores, Hedí Oliver Sayritupa, Darwin Bedoya, Luis Pacho, Rubén Soto y Filonilo Catalina.
Aquí una muestra de algunos poetas de las últimas hornadas.



Darwin Bedoya


Las Horas Eternas en la Banca del Parque

el jorobado en el parque solitario soñador
apuntalado entre los árboles y el agua
desde que el candado del jardín se abre.
Dylan Thomas



una iluminación
y varias canciones se pierden en su memoria
de habitaciones inconclusas con charcos de agua
en donde se refleja su propia imagen:
busca en la esquina de la plaza un quiosco
y allí compra el periódico del día

se sienta en una banca del parque
mientras lee y espera
la llegada de una sombra de abril
que nunca se confunde con la gente que viene y va
porque nunca supo llegar

y termina de leer de palmo a palmo su periódico
termina el crucigrama
y no termina las horas eternas en la banca del parque
y llega nadie
sólo una colección de imágenes borrosas
le hablan para que siga ahí
y no apague sus ojos
ni seque los charcos de agua
donde todavía se le puede ver
sin canciones
en una banca del parque



Luis Pacho


Invocación al Ausente


No tenía caso quedarse.

Los cerros eran barrotes alejando los sueños.
Las heladas entumeciendo las manos
en la madrugada.
Los cielos con escasas aves
y las calles anegándose de miedo.


En la puerta del bus
le dije que el mar ahuyentaría su piel de granizo
y que las lluvias no tardarían en descubrir
sus ojos de animal rupestre.

¿Pero el mar tenía corazón?

¿Barcos con noticias familiares?

Un día al final del invierno
escribió que el clima y la presión le sentaban bien
y que las estrellas no caían a pesar
del grito de los niños
o las explosiones en la noche.
Y sin embargo su destino
no era varar la soledad en un puerto lejano
ni conversar a la intemperie
con algunos pelícanos y guanayes
a quienes no entendía nada.

A pesar de eso,
nosotros sabíamos que en cualquier momento
asomaría por el camino de la quebrada
con una mujer blanca
y unos niños parecidos a las nubes.



Filonilo Catalina

Poema Celeste

Celeste es una mujer que adorna
como un arte que bambolea sus 18 quilates – las feas calles de Lima

Celeste tiene:
desnudos los zapatos
y una mirada irreconciliable
a Celeste se le podría vender como estampita de Santa
en la puerta de cualquier iglesia
pero ella cobra 15 soles en una avenida
y da con su rostro estampado en el frío

Celeste gira y da con la vida
(15 soles y la misma avenida)
Celeste se va se viene
y se detiene para poder pasar

Celeste repite los días
y las calles repiten a Celeste todos los días

Celeste se mete
la noche al bolsillo trasero y
ensaya una sonrisa capaz de alojar esa Av. que transita su vida

Celeste aprendió desde muy niña
el arte de atravesarle
alfileres a los sueños mientras se está dormido
y dejarlos – a los sueños –
quietecitos sin que puedan mover sus alas
es de noche
y Celeste abre las piernas
con la misma destreza con que una lechuza extiende sus alas.

* Texto enviado por David Abanto Aragón
Publicado por paul guillen

miércoles, 18 de junio de 2008

Presentes en Homenaje a José Watanabe







Hace un año que falleció Watanabe, uno de los más grandes poetas del Perú. Y con este motivo el Centro Cultural del Instituto Peruano Británico de Lima, organizó el evento Habitó entre nosotros, que convocó la participación de poetas peruanos de distintos departamentos surgidos en las dos últimas décadas.
Con lecturas de textos, vide-poemas, testimonios, música o performances, así como un conversatorio sobre el quehacer poético en la actualidad, el ciclo se llevó los viernes 04, 11, 18 y 25 de abril. Con las invitaciones que les llegaron dos meses antes, gracias a Miguel Ildefonso, co-organizador, Bedregal, Bedoya y Pacho alistaron maletas, recogieron algunos ejemplares de la reciente antología de Bedregal, y pese a los estragos de bajar al nivel del mar, volaron en avión con los pasajes gestionados a menor costo gracias al Grupo Editorial “Hijos de la lluvia”.
Su participación ocurrió el 11 de abril. Moderado por Juan Soto, en la Primera Mesa participaron: Manuel Fernández; Paulo Peña, Dense Vega Farfán de Trujillo. Y, por fin, en la Segunda Mesa , los puneños recién desembarcados del avión y con cierta demora por el maldito tráfico limeño, causado por las obras de refacción de las avenidas céntricas de Lima en aquellos días.
Algunas palabras en torno a Watanabe, lectura de poesía, algunas preguntas del público y una charla sobre la poesía puneña y peruana. En seguida se presentó preliminarmente la gran antología de poesía puneña Aquí no falta nadie, a cargo de su autor Walter Bedregal, quien, al borde de la emoción, se lució ante los asistentes. Una vez terminado el ciclo, conocieron personalmente a los poetas de la primera mesa, así como a poetas de su generación como Johnny Barbieri y el paisano Leoncio Luque. Ahh, al último, Bedoya y Pacho se rodearon de bellas chicas de la Universidad Bausate y meza y otras universidades. Bedoya el más guapo del trío, casi sucumbe en brazos de aquellas chicas a quienes parecía leerles unos poemas inéditos, dedicados a ellas, según se poesía oírse. Pero el caso de Pacho, fue particular, lo vimos cautivado con alguien llamada Andrea Sandra que lo abordó apenas terminó el evento. ¿Quién era? Una simpática ancashina estudiante de la Universidad San Marcos de Lima, que hace no mucho tiempo y sin conocerlo, le escribió un breve ensayo sobre su libro, y que fuera publicado en la revista Limen Nº 3. Suerte de poetas. Un brindis posterior con los amigos del evento en algún barcito de los alrededores selló la noche de aquel agitado día.
Al día siguiente, el viaje fue coronado por un par de vueltas por el Jr. Quilca, un rastreo por las librerías improvisadas de la zona, un encuentro Jorge Luis Roncal. Luego una mirada al centro de Lima, una visita al Bar Cordano, unas fotos por aquí y allá, y por la tarde, el regreso a Puno vía Arequipa.


Fuente: El katari. Año 3. Nº 10 Ciudad del Titikaka, junio, 2008.
Director: Víctor Villegas.
E-mail: achachila666@hotmail.com











Foto Britanico

















Walter Bedregal, Luis Pacho, Darwin Bedoya y
Miguel Ildefonso, en el Bar Cordano, otrora lugar de
concurrencia de Martín Adán, Víctor Humareda,
entre muchos.

sábado, 14 de junio de 2008

DE EUSTOQUIO SECA DIABLOS A SEDUCTOR DE LA LUNA


Escribe: Walter L. Bedregal Paz


A Eustoquio Seca diablos, no lo debe conocer nadie, - menos en Puno, peor aún en nuestro entorno literario – tal vez uno, dos o tres narradores y unos cuantos amigos (entre los que incluyo “toreros”, “galleros”, “cazadores de zorrinos y sirenas” y uno que otro cazafortunas en premios literarios).

Pero en este horizonte puneño desolado de amistad, y es lo mejor que puede pasarme – porque no creo que entre compañeros se tiren barro – una de las escasas supervivencias será el canto de (*) sus pájaros sin matiz, y sus peces sin escama; sé que su falta de virtudes los conlleva a cometer gravísimos escritos, gimen de auto-conmiseración, esculpen a su ego, alegorías o acertijos que cuanto desearían que parieran por lo menos ratones ciegos – no gallos ciegos – o bolitas de vidrio.

No es para la crítica posterior que se harán luego de sus lecturas: lo justificable. Habría que poner en práctica lo aprendido por lectores serios: asediar a los poetas, novelistas, ensayistas, antes bien de entramar rigores y no caer en el padecer del ego que los glorifica.

Pasados los días, me recuerda este artículo preparado hace no sé exactamente, semanas, meses ó un par de años; habría que reconocer con mucha satisfacción a los organizadores del Concurso Nacional de Cuento Electro Puno S.A.A. 2006 y el objetivo primordial que tuvieron, al promocionar la cultura, incentivar la creatividad (con más de 18 mil nuevos soles en Premios), caso difícil de comprometerse, excepto el otro Premio Nacional de Cuento que organiza PETRO PERU, con sus convocatorias bienales. Pero esta vez el recuerdo es para criticarlos duramente por la no publicación del libro esperado con los finalistas – que dicen por ahí hasta tenía presupuesto (que pena por la literatura puneña) - Electro Puno, estableció un espacio libre para el pensamiento de los nuevos valores de la literatura peruana., entre los cuales dentro de los 15 finalistas para satisfacción lo estuve, junto a narradores que hasta hoy no conocía más que sus seudónimos, - y seguiré recordándolos hasta el resto del tiempo que nos depararán los organizadores en presentarlos como tales, como narradores del conglomerado que debe llevar aquel libro - pero es propicia todavía la ocasión para nombrarlos en un orden, primero el seudónimo para el Concurso, luego el título del trabajo presentado, finalmente quienes son y de donde procedían:


Abcato, Como se hizo rebelde, Abrahan Cauna Toma.Puno.

Amaranta, Recuerdos de un día perdido, Crisly Vanesa Pari Castillo.Juliaca.

Dada, Banca para cuatro, Marco Ernesto Campos De La Jara. Puno.

Cruxes, Una luz en el frío, Jorge Luis Fernandez Zegarra. Arequipa.

Demetrio F.F., Lola, José Luis Velasquez Garambel. Puno.

Eustoquio seca diablos, Pamoslake, Walter Luis Bedregal Paz. Juliaca.

Evaristo Sauce, Luces de Febrero, Christian Reynoso Torres. Puno.

Jean Echenoz, Santiago, Gabriela Caballero Delgado.Tacna.

Filonilo Catalina, Ojos en el río, Luis Alberto Rodriguez Castillo. Arequipa. Jach'a, Los hijos de la luna, David Carpio Vargas. Puno.

Madika, Payana y el lápiz mágico, Erika Magdalena Góngora Vallejo. Juliaca.

Pastor de relámpagos, Es que hacías tanta falta, Darwin E. Bedoya Bautista. Juliaca.

Polonia, Rosas rojas en noviembre, Julia Inés Chavez Pinazo. Puno.

Saramugo, Unucha, Rony Benitz Ramos Huamanquispe. Puno.

Velero Azul, Bajo la lluvia, Juan Carlos Ortíz Zantalla. Puno.


Entonces complace o no que Electro Puno S.A.A. contribuyera a definir la siempre compleja personalidad del cuento, y convocándolo desde nuestro altiplano, procurándole el valor y peculiaridad que se merece. Hubiera sido beneficioso propender su desarrollo, pese a su ausencia demarcada e inédita.

Sin embargo hasta ahora no satisface plenamente volver a escuchar una convocatoria a Concurso de Cuento, con final esperado: la publicación de los trabajos en un libro; que me recuerda ahora el esfuerzo satisfactorio que me acarreó elaborarlo y publicarlo, cuando convocamos junto a un grupo de amigos con vocación hacia la literatura que nacidos para el infortunio, los denominé: “Hijos de la lluvia”, con los que convocamos aquel I Concurso Regional de Cuento, publicando el libro de antología: Nacionalidad Oculta y los Cuentos Ganadores del Premio ROGELIO ECLER 1994 (Juliaca 1995), que lleva el prólogo del escritor Cronwell Jara Jiménez.

Cuando uno ama el cuento como género independiente, es fácil buscar narradores de prestigio para que sean jurados del certamen convocado, y los cuentos luego de la selección que el jurado califica, simplemente deberían someterse a una edición y a una rigurosa revisión de estilo. Sólo el Concurso que organizó Electro Puno S. A. A. pasó como una lluvia de invierno, de nada sirvieron que los jurados estuvieron conformados por profesionales acreditados a nivel nacional e internacional, como: Alicia Bisso Céspedes, del Centro Cultural de la Universidad Católica del Perú; Claire Feliz de nacionalidad francesa, especialista en Lengua y Literatura Hispánica; Martín Colán Torres, del Centro Cultural de la Universidad nacional Mayor de san Marcos; Jorge Flórez Aybar, Presidente del Grupo Sur de Escritores y José Paniagua Núñez, Presidente del Instituto Americano de Arte.

La convocatoria que apareció sin contaminaciones de otras expresiones formales de narrativa y que acertadamente con esfuerzo, Electro Puno convocara, queda para el olvido.

Este periodo del cuento nuestro, con nuevas tendencias contemporáneas y nuevos procedimientos literarios, va a tener un resultado de seguro peculiar. Deseo que augura en nuestros narradores sigan enriqueciendo su expresión con la predominante esencia, no solo andina, que sea más el subjetivismo hondo el que concilie su género cuentístico.

Está en nuestras manos – si no podemos ser veraces – ser cordiales y comprensivos; aunque lo que nos propone las circunstancias en las que vivimos, el ser discernidores, hasta el último párrafo o punto escrito de no dejarlo pasar por un simple cumplido, las normas para la crítica, no sólo deben ser el saber leer y enseñar a leer a los demás; mostrar la otra postura que está en la mayoría, en la parte oscura de nuestra sensibilidad literaria, - a los que denominé siempre seres insensibles – con su arte de ningunear; y lo que deberíamos hacer cada uno de los lectores, a semejanza de los narradores nuestros es tener esa energía positiva y viva siempre, comprenderlos, - aunque angustiosamente – su labor como estetas, surja en un tiempo que espera un pueblo despertar a la literatura en un siglo esperado, con las ilusiones y esperanzas de los seguidores de las huellas aunque, estas estén en medio de espinas o escabrosos senderos. Y los escritores de alma, no son otros que nuestros coetáneos, de invaluable imaginación cada día más humanos, y nosotros estamos en deuda con ellos; porque todavía desde Oquendo, Peralta, Miranda, Espezúa, dos o tres poetas de la generación de Fin de Siglo, en Puno nadie ha sabido encarnar nuestra narrativa representativa, original. Espero que con esos vacíos, el destino de la narrativa puneña en este momento sombrío en el que le parece llegar al cuento, esa hora del seol olvidado, aparezcan valores, y sé que existen, dos o tres narradores, capaces de producir, en sus estertores, semejantes al canto de sirenas pese a los innumerables síntomas, espero que ello no sea mortal.

Hubiese sido interesante conocer el libro publicado, incluyendo la publicación del texto de los 15 finalistas – percibir la pasión (de los antologados) por la literatura y su lucidez para explicar las audaces elaboraciones simbólicas de lo imaginario, plural que podemos también tener nosotros al momento de sentarnos a escribir un cuento. Porque cuando detallamos la armonía, queremos manifestar que la literatura es el camino más hermoso que puede encaminar un hombre: El escritor.

En un próximo artículo, escribo un comentario de uno de los cuentos que estuvo entre los primeros lugares, el cual, para satisfacción mía y de los que gustan del buen cuento, creo sin temor a equivocarme es uno de los mejores que he leído de la literatura de esta parte del altiplano peruano, el título del cuento es: Es que hacías tanta falta, cuyo autor Darwin Bedoya, que hasta ese entonces no tuve el placer de conocerlo personalmente, - pero si por sus escritos – dejó pautas para encarar la narrativa desde la otra orilla.

Entonces a leer, el análisis del texto narrativo


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(*) sus escritos, los considero infolios de poetas, algo mediocre de sus insatisfacciones, habría que incluir ahora a los propios narradores.