Escribe: Walter L. Bedregal Paz
A Eustoquio Seca diablos, no lo debe conocer nadie, - menos en Puno, peor aún en nuestro entorno literario – tal vez uno, dos o tres narradores y unos cuantos amigos (entre los que incluyo “toreros”, “galleros”, “cazadores de zorrinos y sirenas” y uno que otro cazafortunas en premios literarios).
Pero en este horizonte puneño desolado de amistad, y es lo mejor que puede pasarme – porque no creo que entre compañeros se tiren barro – una de las escasas supervivencias será el canto de (*) sus pájaros sin matiz, y sus peces sin escama; sé que su falta de virtudes los conlleva a cometer gravísimos escritos, gimen de auto-conmiseración, esculpen a su ego, alegorías o acertijos que cuanto desearían que parieran por lo menos ratones ciegos – no gallos ciegos – o bolitas de vidrio.
No es para la crítica posterior que se harán luego de sus lecturas: lo justificable. Habría que poner en práctica lo aprendido por lectores serios: asediar a los poetas, novelistas, ensayistas, antes bien de entramar rigores y no caer en el padecer del ego que los glorifica.
Pasados los días, me recuerda este artículo preparado hace no sé exactamente, semanas, meses ó un par de años; habría que reconocer con mucha satisfacción a los organizadores del Concurso Nacional de Cuento Electro Puno S.A.A. 2006 y el objetivo primordial que tuvieron, al promocionar la cultura, incentivar la creatividad (con más de 18 mil nuevos soles en Premios), caso difícil de comprometerse, excepto el otro Premio Nacional de Cuento que organiza PETRO PERU, con sus convocatorias bienales. Pero esta vez el recuerdo es para criticarlos duramente por la no publicación del libro esperado con los finalistas – que dicen por ahí hasta tenía presupuesto (que pena por la literatura puneña) - Electro Puno, estableció un espacio libre para el pensamiento de los nuevos valores de la literatura peruana., entre los cuales dentro de los 15 finalistas para satisfacción lo estuve, junto a narradores que hasta hoy no conocía más que sus seudónimos, - y seguiré recordándolos hasta el resto del tiempo que nos depararán los organizadores en presentarlos como tales, como narradores del conglomerado que debe llevar aquel libro - pero es propicia todavía la ocasión para nombrarlos en un orden, primero el seudónimo para el Concurso, luego el título del trabajo presentado, finalmente quienes son y de donde procedían:
Abcato, Como se hizo rebelde, Abrahan Cauna Toma.Puno.
Amaranta, Recuerdos de un día perdido, Crisly Vanesa Pari Castillo.Juliaca.
Dada, Banca para cuatro, Marco Ernesto Campos De
Cruxes, Una luz en el frío, Jorge Luis Fernandez Zegarra. Arequipa.
Demetrio F.F., Lola, José Luis Velasquez Garambel. Puno.
Eustoquio seca diablos, Pamoslake, Walter Luis Bedregal Paz. Juliaca.
Evaristo Sauce, Luces de Febrero, Christian Reynoso Torres. Puno.
Jean Echenoz, Santiago, Gabriela Caballero Delgado.Tacna.
Filonilo Catalina, Ojos en el río, Luis Alberto Rodriguez Castillo. Arequipa. Jach'a, Los hijos de la luna, David Carpio Vargas. Puno.
Madika, Payana y el lápiz mágico, Erika Magdalena Góngora Vallejo. Juliaca.
Pastor de relámpagos, Es que hacías tanta falta, Darwin E. Bedoya Bautista. Juliaca.
Polonia, Rosas rojas en noviembre, Julia Inés Chavez Pinazo. Puno.
Saramugo, Unucha, Rony Benitz Ramos Huamanquispe. Puno.
Velero Azul, Bajo la lluvia, Juan Carlos Ortíz Zantalla. Puno.
Entonces complace o no que Electro Puno S.A.A. contribuyera a definir la siempre compleja personalidad del cuento, y convocándolo desde nuestro altiplano, procurándole el valor y peculiaridad que se merece. Hubiera sido beneficioso propender su desarrollo, pese a su ausencia demarcada e inédita.
Sin embargo hasta ahora no satisface plenamente volver a escuchar una convocatoria a Concurso de Cuento, con final esperado: la publicación de los trabajos en un libro; que me recuerda ahora el esfuerzo satisfactorio que me acarreó elaborarlo y publicarlo, cuando convocamos junto a un grupo de amigos con vocación hacia la literatura que nacidos para el infortunio, los denominé: “Hijos de la lluvia”, con los que convocamos aquel I Concurso Regional de Cuento, publicando el libro de antología: Nacionalidad Oculta y los Cuentos Ganadores del Premio ROGELIO ECLER 1994 (Juliaca 1995), que lleva el prólogo del escritor Cronwell Jara Jiménez.
Cuando uno ama el cuento como género independiente, es fácil buscar narradores de prestigio para que sean jurados del certamen convocado, y los cuentos luego de la selección que el jurado califica, simplemente deberían someterse a una edición y a una rigurosa revisión de estilo. Sólo el Concurso que organizó Electro Puno S. A. A. pasó como una lluvia de invierno, de nada sirvieron que los jurados estuvieron conformados por profesionales acreditados a nivel nacional e internacional, como: Alicia Bisso Céspedes, del Centro Cultural de
La convocatoria que apareció sin contaminaciones de otras expresiones formales de narrativa y que acertadamente con esfuerzo, Electro Puno convocara, queda para el olvido.
Este periodo del cuento nuestro, con nuevas tendencias contemporáneas y nuevos procedimientos literarios, va a tener un resultado de seguro peculiar. Deseo que augura en nuestros narradores sigan enriqueciendo su expresión con la predominante esencia, no solo andina, que sea más el subjetivismo hondo el que concilie su género cuentístico.
Está en nuestras manos – si no podemos ser veraces – ser cordiales y comprensivos; aunque lo que nos propone las circunstancias en las que vivimos, el ser discernidores, hasta el último párrafo o punto escrito de no dejarlo pasar por un simple cumplido, las normas para la crítica, no sólo deben ser el saber leer y enseñar a leer a los demás; mostrar la otra postura que está en la mayoría, en la parte oscura de nuestra sensibilidad literaria, - a los que denominé siempre seres insensibles – con su arte de ningunear; y lo que deberíamos hacer cada uno de los lectores, a semejanza de los narradores nuestros es tener esa energía positiva y viva siempre, comprenderlos, - aunque angustiosamente – su labor como estetas, surja en un tiempo que espera un pueblo despertar a la literatura en un siglo esperado, con las ilusiones y esperanzas de los seguidores de las huellas aunque, estas estén en medio de espinas o escabrosos senderos. Y los escritores de alma, no son otros que nuestros coetáneos, de invaluable imaginación cada día más humanos, y nosotros estamos en deuda con ellos; porque todavía desde Oquendo, Peralta, Miranda, Espezúa, dos o tres poetas de la generación de Fin de Siglo, en Puno nadie ha sabido encarnar nuestra narrativa representativa, original. Espero que con esos vacíos, el destino de la narrativa puneña en este momento sombrío en el que le parece llegar al cuento, esa hora del seol olvidado, aparezcan valores, y sé que existen, dos o tres narradores, capaces de producir, en sus estertores, semejantes al canto de sirenas pese a los innumerables síntomas, espero que ello no sea mortal.
Hubiese sido interesante conocer el libro publicado, incluyendo la publicación del texto de los 15 finalistas – percibir la pasión (de los antologados) por la literatura y su lucidez para explicar las audaces elaboraciones simbólicas de lo imaginario, plural que podemos también tener nosotros al momento de sentarnos a escribir un cuento. Porque cuando detallamos la armonía, queremos manifestar que la literatura es el camino más hermoso que puede encaminar un hombre: El escritor.
En un próximo artículo, escribo un comentario de uno de los cuentos que estuvo entre los primeros lugares, el cual, para satisfacción mía y de los que gustan del buen cuento, creo sin temor a equivocarme es uno de los mejores que he leído de la literatura de esta parte del altiplano peruano, el título del cuento es: Es que hacías tanta falta, cuyo autor Darwin Bedoya, que hasta ese entonces no tuve el placer de conocerlo personalmente, - pero si por sus escritos – dejó pautas para encarar la narrativa desde la otra orilla.
Entonces a leer, el análisis del texto narrativo
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(*) sus escritos, los considero infolios de poetas, algo mediocre de sus insatisfacciones, habría que incluir ahora a los propios narradores.
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