miércoles, 27 de mayo de 2009

GAMALIEL CHURATA


Walter L. Bedregal Paz


Lo caracterizó el estilo del indigenismo y vanguardia establecido por el GRUPO ORKOPATA; el aporte del más grande intelectual del departamento de Puno, quien fustigó el centralismo y gamonalismo en su tiempo, defendiendo por convicción al indio, fortaleciendo el indigenismo como corriente renovadora; naciendo así el valor insigne de la literatura altiplánica.





GAMALIEL CHURATA. Nace en Arequipa (1897). Es interesantísima la influencia del GRUPO ORKOPATA y Gamaliel Churata, para determinar la temática andina, ese espíritu vanguardista que abarcó todo el Kollao, sin pensar en las fronteras que dividen a nuestros países, en este caso Perú - Bolivia. Es por ello que buena parte de su existencia, sus años de juventud (alrededor de 32 años) los pasó en la hermana república; haciéndose de un prestigio internacional, lo cual llevó a considerarlo y otorgarle un Premio Nacional de Literatura en el año 1957, el cual no aceptó por ser ciudadano peruano. Su comienzo como un excepcional ideólogo, maestro y animador cultural hace para nuestra Literatura contemporánea un pilar fundamental, que tuvo su centro apoteósico en la década del 20.

De 1917 hasta 1920 publica en Puno las revistas: La Tea: “La voz del obrero”, “Pachacutec”, y organiza en Bolivia el Grupo “GESTA BÁRBARA”. Pero el afán de Churata era de admirarse, lo cual hace que lograra publicar entre 1926 y 1930 una de las mejores revistas latinoamericanas de su tiempo “Boletín Titikaka”; y en 1927 fue uno de los cofundadores del grupo “RESURGIMIENTO” con sede en la ciudad del Cusco.

El Grupo Intelectual ORKOPATA, estuvo integrado por sus hermanos Alejandro Peralta (poeta), Antero Peralta (pintor), Emilio Armaza, Dante Nava, Aurelio Martínez, Eustaquio Rodríguez Aweranka, Benjamín Camacho, Inocencio Mamani, José Díaz Bedregal, Andrés Dávila, Víctor Cuentas, Enríque López y Daniel Arteta; toda la expresión artística fue básicamente planificada por Churata. Y es que este grupo tuvo su centro de estudios en el barrio alto de la ciudad de Puno llamado Mañazo, centralizado a la mitad de la urbe, recostado en el cerro tradicional “Huajsapata” bordeando la ciudad lacustre. Sus órganos de ejecución fueron; Compañía Teatral Orkopata (teatro), Sociedad Vernacular Orkopata (música) y el Grupo Intelectual Orkopata (literatura), bajo la tutela de Gamaliel Churata.

Cuando Mariátegui murió, Churata le dedicó toda la edición del Nº XXXIV del Boletín Titikaka. En la primera página aparece un artículo firmado por Vicente Mendoza Díaz: “Alrededor de José Carlos Mariátegui”, y en el centro de la portada está el retrato del gran Amauta, xilografía de Kunurana (seudónimo de Antero, hermano de Arturo y Alejandro). (1).

“… porque sólo se es “maestro” cuando se tiene discípulos generacionales”.
(2).
Se ha dicho mucho de la obra de Churata: “El Pez de Oro”, cuya primera edición se remite hacia el año 1957, publicado en la Paz–Bolivia; que como un militante más de una literatura contemporánea. Prefiero considerar la obra de Gamaliel como un recuerdo a despertar una mañana, cuando quiera descubrir ese misterio que encierra.

Sin embargo, y sin exagerar, su obra cumbre el “Pez de Oro”, lo acredita como el notable creador literario del indigenismo, en el periodo que dicha corriente centralizó la reflexión sobre la cultura, entre los años 1920 – 1935, porque no sólo su obra entreteje tres idiomas – quién sabe más de tres -, su ambición fue forjar una especie de Biblia, que fuera a la vez una enciclopedia de nuestro pasado, presente y futuro del hombre andino. Churata fue un autor de fuentes muy heterogéneas, destacando entre la tradición andina, la Biblia – de donde extrajo el nombre de “Gamaliel” (uno de los arcángeles), uniéndolo al vocablo aimara “Churata”. (Iluminado, dotado, predestinado).

“Soñaba, y en el sueño sabía que soñaba. O lo que es lo
mismo: la conciencia se esforzaba por develar la

monstruosa creación del subconsciente, consciente de
que la irrealidad del sueño en mi realidad efectúa en un
punto en mí dado del espacio.
…después de este sueño, tengo que admitir que otra
naturaleza se había acoplado a la mía; y si a momentos
me transportaba a la sublimidad otra me convertía en
estropajos de la demencia”. (3).

Churata,
es importante también por esa adhesión relativa, en lo concerniente a los grupos vanguardistas, el que mejor congenió con su opción creadora fue el surrealismo, mientras que para su hermano y otros integrantes del grupo ORKOPATA, les resultaba más estimulante otra forma de vanguardia.

Si bien es cierto, la obra de Churata es un conjunto de expresiones literarias en donde “…encontramos piezas breves, como el haylli, harawis, poemas líricos, trozos narrativos, capítulos de prosa poética, en donde campean mitos, leyendas, historias, mitologías del Kollao, y amén de pensamientos e ideas” (4) que reflejan una vanguardia andinista con motivos altiplánicos.

Este insigne alumno del gran maestro José Antonio Encinas Franco, realizó una titánica labor más allá de la razón y el ego individualista; hizo para Puno, Perú, Latinoamérica y el mundo, conocer su alto pensamiento. Gamaliel encontró una notable audiencia en lo que va más allá de su centenario de vida, porque el nacer hace de este hombre un representante en Hispanoamérica que desde su evolución esquemática de ser humano, de hombre de carne y hueso hasta en su alma; puede ser discutible tal afirmación, pero la evolución de la literatura en nuestro altiplano como comentario en este pequeño ensayo; de allí que considero necesario analizarlo críticamente, contraponiendo otro esquema evolutivo que trate de ver con más amplitud las plurales opciones que ha desarrollado Churata después del movimiento modernista. Luego de una obsesión evasiva y estética del modernismo, desembocó en el Regionalismo; nombre que encuadra diversas tendencias como “escritos de la tierra”, “escritos del indio”, “del negro”, “del cholo” – no sé todavía del desaparecido “escritos del campesino” del altiplano nuestro. El lector de la época que leía a Churata no comprobó los valores estéticos de su escritura, sólo exigió que ésta probara su existencia y su esencia americana, que exudara nuestras pampas.

Su libro, el “Pez de Oro” se agotó un día por repetición incesante, por ello los jóvenes narradores quedaron sin padre literario, pocos tuvieron acceso a aquella Biblia andina – como literalmente la conocieron -, al comprobar que Churata no podía compararse a los contemporáneos de Europa y América. Los jóvenes narradores descubrieron que Gamaliel escribía impulsado desde fuera del mundo, de allí que ellos asumen la tarea de escribir desde el interior de la consciencia, así que aquel hombre histórico vendría a ser sustituido por el hombre esencial, aspecto que le reconozco y le reconocen hoy al hombre de letras puneño, porque ya supero esa etapa regionalista; el lector se enfrenta con una gran variedad de autores, que constituyen “la nueva narrativa” del altiplano, entre los cuales se encuentran los que realmente hay que estudiarlos en un conjunto de ensayos críticos, elaborado sobre algunos narradores representativos del entorno de los nacidos a orillas del lago sagrado de los Incas.

Los autores, narradores estudiados serían: los integrantes del indigenismo del Grupo Orkopata, luego vendrían, Ernesto More, Lizandro Luna, Honorio Morales Arce, Vicente Achata Vargas, Mateo Jaika, Oscar Cano Tores, José Parada Manríque, José Luis Ayala, Luis Gallegos, Feliciano Padilla, Jorge Flórez Ayabar, Jovín Valdez Peñaranda, Vladimiro Centeno, Edgar Huamán Frisancho (+), Miguel Ángel Cáceres Calvo, Crhistian Reynoso Torres, Adrian Cáceres, Fidel Mendoza; compilación que de seguro será ardua elaborarla, pero la tarea está dada.

El esquema evolutivo propuesto, responde a una visión parcial del proceso de nuestra literatura, porque la consideración de indigenismo y regionalismo implica una revaloración de Gamaliel Churata de sus años en los que su Grupo Orkopata, consolidó ciertas estructuras, a partir de las cuales sus seguidores las han transformado de acuerdo al proceso histórico latinoamericano de las últimas décadas. A estos narradores regionalistas, auténticos rescatadores de las culturas regionales tradicionales de Latinoamérica, Ángel Rama los ha llamado los “narradores de la transculturación”.

Sé que solamente abordo una parte de la literatura puneña, es decir, la línea cosmopolita de su desarrollo, no es casual que afirme con este estudio introductorio que entre las “innovaciones” de la “nueva literatura” se encuentra: el rechazo a los maestros por parte de los nuevos narradores., la dicotomía campo-ciudad, el tratamiento audaz del lenguaje (que debe ser el centro de las preocupaciones de la crítica literaria), experimentación y búsqueda de nuevas formas narrativas, etc. Todas estas características tiene un signo inverso en la narrativa de los nuevos narradores regionalistas o de la transculturación: no hay un rechazo total a los maestros del regionalismo, pues ellos parten de estructuras consolidadas por éstos; y la dicotomía campo-ciudad sigue subsistiendo, obviamente en un contexto histórico distinto de los primeros cincuenta años del siglo pasado, entremezclada con otra dicotomía: la lucha entre la variedad de componentes culturales de las culturas tradicionales de Latinoamérica, que tratan de mantenerse, en oposición al carácter avasallador y homogenizante de la cultura modernizada que ha tenido un inusitado desarrollo en los últimos treinta años en las urbes latinoamericanas.

Luego de esta revaloración de los narradores regionalistas, es evidente que las características aludidas, respondan solamente a una vertiente de desarrollo de la literatura puneña, es decir, a su vertiente urbana cosmopolita. A pesar que de seguro encontraré para seguir compilando crítica, estudios acerca de algunos de los nuevos narradores regionalistas, ya que las dos opciones distintas y contrapuestas una a otra: la narrativa urbana cosmopolita y la narrativa neoregionalista o de trasculturación están sujetas a un solo proceso histórico que las ha dinamizado, y bajo la cual adquieren su sentido: el acentuado proceso de industrialización y urbanización de las ciudades latinoamericanas.

En esta reseña he querido resaltar, críticamente, las propuestas teóricas sobre la “nueva narrativa” puneña, más que hacer un mero comentario no solo al gran Gamaliel Churata y a los narradores que sugiero compilar para un estudio futuro, sobre los cuales basta decir que constituyen un conjunto de aproximaciones a la novelística y/o cuentística de algunos narradores representativos del altiplano peruano, que puede ser muy útil tanto para lectores iniciados como no iniciados en la lectura de la obra de este conjunto de escritores. Hay algunos de estos estudios que van más allá de una primera aproximación y proponen una interpretación coherente del mundo narrativo de algunos de estos escritores; sin negar la legitimidad e importancia que tienen los poetas que trato en el libro (5), creo que la inclusión de estudios sobre poesía puneña en esta oportunidad hubiera permitido una mejor adecuación al título que estoy maquiavelisando, pero es preferible no amalgamar a poetas y narradores, porque pueden alegar para censurarse que ellos no se parecen en nada, o para elogiarse declararían que nos confundimos con ellos.

Señalar algunas causas del éxito comercial y editorial del Grupo Orkopata, pude ser la apertura de editoriales y la concentración urbana que produjo consecuentemente el aumento de potenciales lectores y la reconquista del mercado latinoamericano, a todo esto se le puede agregar un fenómeno histórico-político que concitó la atención mundial: la Revolución Cubana.

Tal sería la tarea de la crítica literaria que asumiendo científicamente estos supuestos llegue a conocer en sus aspectos significativos, uno de los fenómenos literarios más controvertidos de la literatura latinoamericana del nuevo siglo.

Conozcamos al gran Gamaliel, a través de su vanguardia desarrollada entre la vertiente surrealista:


ELEGÍA PLEBEYA POR LA COMPAÑERA QUE MURIO IMILLA (6)


Tuvo el lampo el brillo casto

sus ojos dulzuras

buena como flor que repta por los campos

saturaba de amor la candidez del aire.

Vino a ser panacea de almas,

sus sonrisas agua de cristal de alboradas;

tenían sus hijos la fuerza de la yerba

y, nobles como el Sol

como él se acostaron un día

entre el arrebol de fauce herida.

Despertó para mi espíritu

cuando el pleamar sonaba a la distancia

y a mi carne la tuvo aprisionada

para siempre con los cinco garfios

y las siete cañas musicales del cielo,

pero se durmió en el tiempo

ala de rosa y pétalo de nube.

Amorosamente desde el cerro

ve pasar el cortejo de qirqis

y el llanto de pinkullu se pone azúcar

en su mirada que tanto adormeció adornando.

Fue buena,

como es bueno el pan del pobre

y la hediondez sencilla de la cocina todos los

días.

Pero se fue, se fue

y el aire limpio para beberse,

la pampa alhajada de lágrimas

las canciones que escarban la tierra

Oro y esmeralda silvestre.

Nadie sabrá desde este día

su lindo olor de salvia.

para cantar más largo sus querencias

todas las flautas del Ande

se van con ella llorando.


Por aquel entonces sobresalieron en el indigenismo literario Alejandro Peralta Miranda, hermano de Gamaliel, Luis de Rodrigo, seudónimo de Luis Rodríguez Ortiz, Inocencio Mamani, Mateo Jaika, Emilio Armaza, Aurelio Martinez, conjuntamente con el propio Churata citaremos a Alberto Cuentas Zavala, Emilio Vázques, Andrés A. Dávila Martínez, Victor Cuentas Ampuero, Luis N. Chevarría, Juan José Jiménez, Enrique Ancieta. El indigenismo educativo, social, con José Antonio Encinas Franco, Telésforo Catacora, María A. Galindo; el indigenismo político con Ezequiel Urviola, Francisco Chuquiwanca Ayulo, Juan Bustamante y Manuel A. Quiroga; el indigenismo Pictórico, con Amadeo Landaeta, Francisco Montoya, Manuel Masías.

Con una vocación constante de modernidad, la poesía en nuestro entorno se distancio aparentemente de lo político y lo purista, creando así los límites del vanguardismo, con todas las crisis surgidas y su subsiguiente derrota, este impulso contribuyo a fundar la poesía peruana contemporánea. “…José Carlos Mariátegui llamó la atención sobre lo que consideró la perdida de los valores alimentados por los principios de la clase burguesa, esta desvalorización marcó, a su juicio, el tono de esta literatura escéptica, mórbida, decadente. Ante esta situación la salida inmediata que encuentra el artista es expresar la descomposición de ese orbe”. (7).

Por diversos atajos, en medio del recuerdo, hemos estado en el altiplano y su historia literaria, la que nos legara Gamaliel Churata. El caso que nos han ayudado en este recorrido impide mayores generalizaciones, pero, hipotéticamente, me atrevería a lanzar las siguientes sospechas. Primero, en el nuevo horizonte mediático, la literatura: poesía y narrativa puneña juega un papel hasta insignificante, si se quiere, pero, al mismo tiempo, es condición de articulación entre los otros elementos en juego. Los versos de Churata: en el Pez de Oro: ejemplifican ese papel, y el contraste entre “cantor” y “rimador”:


CORAL




He aquí

el hijo

de la ciudad

muerta

he aquí

el Pez de Oro

del lago

de los brujos (8).


Argumentan los cantos populares que escuchamos en nuestra serranía. También connota esa función. En segundo lugar, vía la canción y la prosa, Puno y su poesía transitan por un enorme y diverso espacio de interpelación.

Esta cosmopolitización, en tercer lugar, desarraiga, enajena, evidentemente, las sistematizaciones locales (“nacionales” o “nacionalistas”) con que, frecuentemente, se tiñen las hegemonías, la poética incluida. Es probable que las pérdidas hegemónicas de la poesía no anden lejos de esta cosmopolitización, porque, en rigor, sea como sea, ¿cómo lograr una hegemonía –“realmente”– universal? O sea: no habría tránsito, (hiper)difusión, desplazamiento, sin pérdidas de grados de identidad o... de hegemonía. Pero, en cuarto lugar, si la primera y segunda hipótesis fueran ciertas, la poesía puneña no dejaría de hacer lo suyo en un “nuevo” mundo que, a la vez, se rearticula mientras (aparentemente) diluye el instrumento que integra o acoge.

Acabado el ensayo, entre líneas, reconozco un modelo tácito: me parece que, en el trasfondo, se desliza “La bella durmiente”, esperando su príncipe azul, con una diferencia: que la poesía no se casa, finalmente, con el príncipe, aunque este le haya dado un beso para devolverla a la vida… y hasta es probable que los siete enanos deseen terminar como poetas un día, poetas que trasuntarían por sendas inimaginables, buscando huellas donde no hallaran una obra de elevada importancia, como el hito en los estudios sobre el admirable Gamaliel Churata.

Pero un afligido 8 de noviembre por el año de 1969, viviendo tristemente en Lima, olvidado entre muchos, falleció Gamaliel, dejándonos para su inmortalidad su verdadero nombre: Arturo Peralta Miranda.



___________________________

(1) “Literatura y violencia en los Andes”. Jorge Flórez Aybar.

(2). HUAMAN PEÑALOZA, Domingo: “El teatro de Inocencio Mamani– Asoc. Gráfica Tarea- Lima, 1969 – Pág. 16.

(3) CHURATA,Gamaliel – “El Pez de Oro”. Edit Canata – La paz Bolivia 1957. Pág. 178.

(4). TORO MONTALVO, Cesar. Literatura peruana” Edit. Horizonte – Lima 1988. Pág. 599.

(5). SEDUCTORES DE LA LUNA DE OTROS EQUINOCIOS. Estudios sobre Poesía Puneña. Escritos I. (En edición). Grupo Editorial Hijos de la Lluvia. 520 Pág.

(6). En “Harahui”. Editor, Víctor Mazzi. Director, Francisco Carrillo – Chosica Perú 1997 – N° 109.

(7). Mirla Alcibíades. Mariátegui, AMAUTA y la vanguardia literaria, en revista de crítica literaria latinoamericana, Nº 15,pp 133.

(8). Frase traducida del canto original andino (Quechua). Nos resume la enseñanza de Gamaliel Churata.

martes, 26 de mayo de 2009

BATALLAS EN TORNO A GAMALIEL CHURATA*


Escribe: José Córdoba

Destino inmortal que sólo alcanzan algunos escritores peruanos, a pesar que, estando vivos, nadie se acuerda de ellos y muchos viven en la más completa precariedad; y sin embargo, nunca reclaman nada. Tal es el caso de Gamaliel Churata, escritor muy poco valorado en nuestro país, pero pronto a convertirse en un paradigma de la literatura latinoamericana: varias tesis en el extranjero sobre su único libro El pez de oro entre las que destacan la del investigador suizo Thomas Bosshard: Ästhetik der andinen Avantgarde. Gamaliel Churata zwischen Indigenismus und Surrealismus (algo así como Hacia un estética de la vanguardia andina. Gamaliel Churata entre el indigenismo y el surrealismo), publicada en Alemania en el 2002; además de su pronta reedición en nada más y nada menos que la prestigiosa editorial Cátedra de España a cargo de Helena Usandizaga, catedrática de la Universidad Autónoma de Barcelona y especialista en literatura hispanoamericana; son sólo algunos ejemplos de su reivindicación tanto en el mundo académico como en el editorial. Olvidado también entre la sociedad y la intelectualidad arequipeña, su nombre verdadero fue Arturo Pablo Peralta Miranda, y nació aquí, en Arequipa, el 19 de junio de 1897. Sin embargo, siendo sus padres naturales de esta ciudad y evangelistas, tempranamente lo trasladaron a Puno donde desde su infancia tuvo un gran protagonismo intelectual. Luego —estando una temporada en Bolivia—, entre 1917 y 1919 y bajo el seudónimo de Juan Cajal, editó la revista literaria La Tea; y finalmente, en 1925, luego de su retorno y ya con el seudónimo de Gamaliel Churata, funda junto a su hermano Alejandro (aquel gran poeta que publicara Ande), el Grupo Orqopata y el Boletín Titikaka, convirtiéndose desde entonces en los principales centros de agitación intelectual del sur del país. Con colaboraciones de Borges, Mariátegui, Pavletich, Magda Portal, Oquendo de Amat, su hermano Alejandro y César Miró, entre otros; el boletín comenzará a circular por casi todo el planeta.


Años más tarde, en 1932, nuevamente se trasladará —esta vez exiliado— a Bolivia donde vive un buen tiempo; por ello existen muchos paralelismos con su coterráneo Mario Vargas Llosa: ambos son arequipeños sólo de nacimiento, y a pesar que nunca crecieron aquí, los dos emigraron a Bolivia; luego, ambos renunciaron a sus raíces: Churata se declara descendiente de aymaras (“no se es de donde se ha nacido, sino de donde se vino; pues no siempre nace uno donde debiera” escribió), mientras que Vargas Llosa (considerándose cosmopolita, “ciudadano del mundo”) se nacionalizó español para reafirmar su occidentalidad. Quizá parte de estas dos posiciones nos ayuden a comprender los conflictos raciales que existen en nuestro país. Pero el caso de Churata es más paradójico en el sentido que los arequipeños nunca lo han reclamado como suyo, (contrario al de MVLL); negó su ascendencia occidental, es decir, su casticidad (quizá ahí radique esta negación arequipeña) y se consideró propio de estas tierras (es decir, aborigen) con el fin de reivindicar la cultura quechua y aymara, al mismo nivel de la cultura occidental, a través de una hechura incomprendida: El pez de oro, su inclasificable obra cumbre —publicada tardíamente en Bolivia en 1957— donde mezcla la estructura del teatro, con la poesía, la narración, la filosofía, así como los mitos y leyendas que —construido como un retablo andino— confrontan la oralidad con la escritura en 7 libros que a la vez son solo 1, y en cuyo corpus Churata desarrolla lo que alguna vez ha denominado como Dialéctica del Realismo Psíquico o Alfabeto del Incognocible. Después de su retorno al Perú, estuvo radicando una corta temporada en Puno, y debido a la enfermedad de uno de sus hijos se trasladó a Lima, también por poco tiempo, pues, Churata murió allí sorpresivamente en noviembre de 1969 dejando una gran cantidad de artículos dispersos en varios diarios (se dice que son más de seis mil), así como gran parte de su obra inédita y casi desaparecida, debido a sucesos tales como el de 1932 cuando, antes de ser deportado, al sufrir las represalias por parte de algunas autoridades de Puno, los gendarmes le quitaron su biblioteca e incendiaron su casa. Y sin embargo, con su muerte no acabaría la biografía de este iluminado de las letras peruanas, pues, finalmente, cabe señalar como última anécdota que once años después de su muerte, su cadáver fue trasladado a Puno para un segundo sepelio en la Apacheta de los Amautas; y luego, como si el “cadáver continuara exiliándose”, dieciséis años más tarde, nuevamente fue exhumado para ser enterrado definitivamente en el Cementerio de Laycacota. Aquí, hasta ahora sólo ha sido estudiado parcialmente por Miguel Ángel Huamán (Fronteras de la escritura. Discurso y utopía en Churata, 1994), y Manuel Pantigoso (El ultraorbicismo en el pensamiento de Gamaliel Churata, 1999). «El hombre es todo en uno o no es» había dicho en el primer capítulo de su libro; y así fue y sigue siendo para nosotros el gran Churata.*



Publicado en el semanario El Búho (24 de mayo de 2009)


CÁLIDO HOMENAJE:


Varias instituciones de nuestra ciudad entre las que destacan la editorial Cascahuesos, el Instituto de Estudios Sociales del Sur y bajo el patrocinio de la Municipalidad Provincial de Arequipa, le rendirán un cálido homenaje este jueves 28 y viernes 29 de mayo a través de un ciclo de conferencias denominado “Batalla en torno a Churata”. Los especialistas que estarán en la mesa de debate son:


Helena Usandizaga (UAB-España).

José Gabriel Valdivia (UNSA-Arequipa).

Bladimiro Centeno (UNA-Puno).

Juan Wilfredo Yufra (IES-Arequipa).

José Luis Velásquez Garambel (UNA-Puno).

Richard Montoya Humpiri (UNSA-Arequipa).



La cita es a partir de las 6:00 p.m. en el Auditorio Principal del Palacio Municipal de la Municipalidad Provincial de Arequipa. El inicio de las conferencias se realizará con el ingreso de un grupo de sicuris, tal como le gustaba a Churata, y además se proyectará un video sobre varios aspectos de su vida.

lunes, 25 de mayo de 2009

Nuevo libro "El Hombre de la calle", Gamaliel Churata en sus textos

Nos permiten compartir con ustedes el último trabajo sobre el gran pensador puneño Gamaliel Churata. Se trata de un libro que recoge muchos artículos publicados por Gamaliel en el transcurso de su vida, tanto en Perú como en Bolivia. Estos artículos han sido rescatados del olvido gracias a la cooperación de generosos amigos churatianos: entre otros, el mexicano Arturo Vilchis y el boliviano Aldo Medinaceli, especialmente.

Les invitamos recorrer las páginas de este libro como quien abre las puertas de un hogar cálido y acogedor... de nuestro amigo, Wilmer B. Cutipa Luque.




Portada del reciente libro "El hombre de la Calle. Gamaliel Churata en sus textos" que en formato pdf ofrecemos libremente con la única finalidad de difundir el pensamiento de Gamaliel a través de sus textos. El libro incluye una entrevista realizada en 1936 donde Churata explica su posición política y social. Muchos de los artículos aquí recopilados han sido rescatados del olvido gracias a gente como Arturo vilchis, Aldo Medinaceli, Henry Esteba flores y otros menos conocidos... a todos ellos mi más profundo agradecimiento. Esperemos que el presente texto sirva como herramienta para iniciar una aproximación en cuanto a la producción periodística y literaria de Gamaliel Churata, plasmada en estos artículos de gran interés...


El libro completo puede descargarse gratuitamente pinchando el siguiente link:

Y No olviden visitar el blog dedicado a Gamaliel: http://skepsis-wilmer.blogspot.com/