jueves, 22 de octubre de 2009

II Encuentro Nacional de Escritores Peruanos "Lampa: El lugar de mis sueños" 2009, 05, 06, 07 y 08 de diciembre







BASES. Género Poesía. I Bienal de Arte “Víctor Humareda Gallegos” 2009.


__________Arlequín ajusticiado__________
Oleo sobre tela 80 X 66 cms.



Bases de Poesía


1. Pueden participar todos los peruanos y extranjeros, sin distinción, siempre que las obras hayan sido escritas en español y se envíen en este idioma.


2. El tema, metro y rima son libres.


3. Los poemas deben conformar un poemario inédito –se considerará inédita la obra que haya sido publicada parcialmente por cualquier medio–. La extensión mínima será de 300 versos y la máxima de 900. Deben presentarse mecanografiados por una sola cara en papel A4, a espacio y medio entre líneas. En caso de que se escriba en computadora, deberá usarse letra Arial 12.


4. Los participantes concursan bajo seudónimo.


5. El poemario se presentará en cinco ejemplares legibles, debidamente compaginados, foliados, y anillados o “espiralados”. Éstos deberán estar acompañados por un sobre tamaño carta o similar cerrado, que en su exterior consigne el correspondiente seudónimo, y en el interior los nombres y apellidos del autor, número de documento de identidad, lugar de nacimiento y dirección domiciliaria, dirección electrónica y teléfono, así como un breve resumen biográfico. También incluirá un CD en versión digital del poemario.


6. Los concursantes podrán presentar más de un poemario al concurso, siempre que lo hagan en sobres separados y con seudónimos diferentes.


7. El soporte electrónico, los cinco ejemplares del poemario y el sobre tamaño carta o similar con los datos biográficos del participante deberán guardarse en un sobre manila. Éste deberá presentarse o remitirse por correo postal. Cada participante tiene como fecha límite el 21 de noviembre de 2009 a las 18:00 horas para entregar personalmente en la oficina de secretaría de la Municipalidad de Lampa. El sobre cerrado estará dirigido a la siguiente dirección:


Señores:


Municipalidad Provincial de Lampa,


I Bienal de Arte “Víctor Humareda Gallegos” 2009.


Plaza de Armas,


Lampa- Puno.


8. Los premios serán:


Los premios no podrán declararse desiertos, y serán:


Primer Puesto: Premio Nacional de Poesía “Víctor Humareda Gallegos” de Oro 2009 y 3,000.00 (tres mil nuevos soles).


Segundo Puesto: Premio Nacional de Poesía “Víctor Humareda Gallegos” de Plata 2009 y 2,000.00 (dos mil nuevos soles).


Tercer Puesto: Premio Nacional de Poesía “Víctor Humareda Gallegos” de Bronce 2009 y 1,000.00 (un mil nuevos soles).


Finalistas:


Serán solo nueve los finalistas, a quienes se les otorgará Diplomas de Honor a nombre de la I Bienal de Arte Premio Nacional “Víctor Humareda Gallegos” 2009 y la Municipalidad Provincial de Lampa.


9. El Jurado Calificador estará integrado por un representante de cada una de las siguientes instituciones: Universidad Nacional Mayor de San Marcos - Lima, Universidad Nacional de San Agustín – Arequipa, Universidad Nacional del Altiplano – Puno, Universidad Autónoma de Barcelona (España), Grupo Editorial “Hijos de la Lluvia” y LagOculto Editores. El fallo del jurado será inapelable y se dará a conocer durante el desarrollo del II Encuentro Nacional de Escritores Peruanos “Lampa: El lugar de mis sueños” 2009, en las instalaciones del Salón Consistorial de la Municipalidad de Lampa, el 07 de diciembre de 2009. En la misma fecha se dará a conocer el día de la premiación.


10. Los poemarios ganadores y los poemas de los finalistas que el Jurado Calificador recomiende por su calidad serán publicados en un solo volumen por la Municipalidad Provincial de Lampa (bajo los sellos editoriales “Hijos de la lluvia & LagOculto Editores), que se reservan los derechos para la primera edición por el periodo de tres años y para publicaciones antológicas y por Internet sin límite de tiempo. Salvo esta reserva, los derechos de autor pertenecen totalmente a los premiados.


11. Los trabajos no seleccionados deberán ser recogidos en la Municipalidad de Lampa entre el 09 de diciembre y el 31 del mismo mes de 2009. Cumplido el plazo, los participantes no podrán exigir su devolución por ningún motivo. Finalizado el concurso, los trabajos que no hayan sido recabados serán incinerados.


12. La participación en este certamen implica la aceptación de todos los puntos antes señalados.


13. Cualquier caso no previsto en las presentes bases se resolverá a criterio del Jurado Calificador y de los organizadores.



Lampa, junio de 2009.




BASES. Género Cuento. I Bienal de Arte “Víctor Humareda Gallegos” 2009 .

____________ Don Quijote __________
Oleo sobre tela 80 X 60 cms.

Bases de Cuento



1. Podrán participar todos los peruanos y extranjeros, sin distinción, siempre que las obras hayan sido escritas en español y se envíen en este idioma. Asimismo, solo participarán obras que no se hayan presentado con anterioridad a otro premio o concurso nacional cuyo esté pendiente.



2. El tema es libre.



3. El cuento deber ser inédito. La extensión máxima será de veinte páginas, y debe presentarse digitado por una sola cara en papel bond A4, a espacio y medio entre líneas, en letra Arial 12.



4. Los participantes concursarán bajo seudónimo.



5. El cuento se presentará en soporte electrónico disco compacto (CD), con el archivo en programa Word— y en papel —cinco ejemplares legibles, debidamente compaginados, numerados en el extremo inferior derecho y anillados o «espiralados»—. El soporte electrónico y los cinco ejemplares deberán estar acompañados por un sobre tamaño carta o similar cerrado, que en su exterior consigne el correspondiente seudónimo y nombre del cuento, y en el interior los nombres y apellidos del autor, número de documento de identidad, lugar de nacimiento, dirección domiciliaria, dirección electrónica y teléfono, así como un breve resumen biográfico.


6. Los concursantes podrán presentar más de un cuento al concurso, siempre que lo hagan en sobres separados y con seudónimos diferentes.

El soporte electrónico, los cinco ejemplares del cuento y el sobre tamaño carta o similar con los datos biográficos del participante deberán guardarse en un sobre manila. Éste deberá presentarse o remitirse por correo postal. Cada participante tiene como fecha límite el 21 de noviembre de 2009 a las 18:00 horas para entregar personalmente en la oficina de secretaría de la Municipalidad de Lampa.



El sobre cerrado estará dirigido a la siguiente dirección:


Señores:


Municipalidad Provincial de Lampa,


I Bienal de Arte “Víctor Humareda Gallegos” 2009.


Plaza de Armas,


Lampa- Puno.



7. Los trabajos enviados mediante servicio de mensajería serán aceptados hasta fecha posterior siempre que en el sello de recepción de la empresa postal se consigne el 21 de noviembre de 2009.



8. Los organizadores no se responsabilizarán de los inconvenientes que puedan surgir durante el envío de las obras. El participante deberá informarse, en la empresa postal que se encargará del envío, de los costos y posibles riesgos que tendrá que asumir para que la obra llegue sin contratiempos.


9. Los premios no podrán declararse desiertos, y serán:



Primer Puesto: Premio Nacional de Cuento “Víctor Humareda Gallegos” de Oro 2009 y 3,000.00 (tres mil nuevos soles).



Segundo Puesto: Premio Nacional de Cuento “Víctor Humareda Gallegos” de Plata 2009 y 2,000.00 (dos mil nuevos soles).



Tercer Puesto: Premio Nacional de Cuento “Víctor Humareda Gallegos” de Bronce 2009 y 1,000.00 (un mil nuevos soles).



Finalistas:



Serán solo nueve los finalistas, a quienes se les otorgará Diplomas de Honor a nombre de la I Bienal de Arte Premio Nacional “Víctor Humareda Gallegos” 2009 y la Municipalidad Provincial de Lampa.



10. El Jurado Calificador estará integrado por un representante de cada una de las siguientes instituciones: Universidad Nacional Mayor de San Marcos - Lima, Universidad Nacional de San Agustín – Arequipa, Universidad Nacional del Altiplano – Puno, Universidad Autónoma de Barcelona (España), Grupo Editorial “Hijos de la Lluvia” y LagOculto Editores. El fallo del jurado será inapelable y se dará a conocer durante el desarrollo del II Encuentro Nacional de Escritores Peruanos “Lampa: El lugar de mis sueños” 2009, en las instalaciones del Salón Consistorial de la Municipalidad de Lampa, el 06 de diciembre de 2009. En la misma fecha se dará a conocer el día de la premiación.



11. Los cuentos ganadores y finalistas serán publicados en un solo volumen por la Municipalidad Provincial de Lampa (bajo los sellos editoriales “Hijos de la lluvia & LagOculto Editores), que se reservan los derechos para la primera edición por el periodo de tres años y para publicaciones antológicas y por Internet sin límite de tiempo. Salvo esta reserva, los derechos de autor pertenecen totalmente a los ganadores y finalistas.



12. Los expedientes no seleccionados deberán ser recogidos en la Municipalidad de Lampa entre el 09 de diciembre y el 31 del mismo mes de 2009. Cumplido el plazo, los participantes no podrán exigir su devolución por ningún motivo. Finalizado el concurso, los trabajos que no hayan sido recabados serán incinerados.


13. La participación en este certamen implica la aceptación de todos los puntos antes señalados.



14. Cualquier contenido no previsto en las presentes bases se resolverá a criterio del Jurado Calificador y de los organizadores.



Lampa, junio de 2009.



miércoles, 21 de octubre de 2009

BASES. Género Pintura. I Bienal de Arte "Víctor Humareda Gallegos" 2009.


Bases de Pintura


Sobre los participantes y las obras:


1. Pueden participar pintores peruanos que vivan en el país o estén realizando estancias fuera de él.


2.
Cada artista puede participar con un trabajo como mínimo y un máximo de tres obras, realizadas.



3. Los trabajos no deben haber participado en otros certámenes ni haber sido expuestos o presentados con anterioridad.

4. El tema, la técnica y la tendencia de las pinturas quedan a juicio de los autores.


5. El formato no debe ser menor de 70 x 50 cm. ni mayor de 200 cm. por lado (incluyendo el marco). Para los formatos irregulares se tomarán las mismas medidas como punto de referencia.


6. En caso de ser seleccionadas, las obras deberán presentarse listas para su exhibición.

























___________
Torero sentado___________
Oleo sobre tela 75 X 65 cms.

7. Cualquier trabajo que no respete las especificaciones anteriores será automáticamente descalificado.


8. De las propuestas recibidas se elegirá un máximo de 30 obras, las cuales conformarán la exposición de la bienal.


Sobre el envío y recepción de trabajos y documentación:


9. Cada participante tiene como fecha límite el 21 de noviembre de 2009 a las 18:00 horas para entregar su trabajo personalmente en la oficina de secretaría de la Municipalidad de Lampa. Además, añadiendo en sobre cerrado la siguiente documentación:


a) Formato de inscripción lleno y por duplicado.


b) Curriculum vitae impreso que incluya:


Nombre completo.


Fecha y lugar de nacimiento.


Dirección, teléfono, fax y correo electrónico.


Ficha biográfica del artista (máximo una cuartilla) que incluya estudios realizados, exposiciones individuales y colectivas, premios nacionales e internacionales.


Un CD con el siguiente contenido:


c) Curriculum vitae en archivo de Word.


d) Una imagen digital por cada propuesta de trabajo en dos versiones:


- En resolución de 72 dpi, archivo con extensión JPG, con un tamaño mínimo de 20 x 20 cm.


- En resolución de 300 dpi, archivo con extensión TIFF, con un tamaño mínimo de 20 x 20 cm.


- En caso de que el artista cuente con obra publicada en catálogos de exposiciones, folletos e invitaciones, así como con artículos periodísticos sobre su trabajo, los puede presentar digitalizados.


e) En ficha anexa (archivo de Word) se debe especificar nombre del autor, título de la obra, fecha de realización, técnica empleada, dimensiones (altura y longitud).


Nota: Los archivos electrónicos de las imágenes deben indicar en el nombre cuál es el tipo de extensión. Por ejemplo: obra. jpg, obra, tiff. Para los envíos por correo se considerará la fecha del matasellos en caso de que los sobres lleguen después de la fecha límite.


























No se recibirá ningún material por correo electrónico.


10. El expediente deberá remitirse a:


Municipalidad Provincial de Lampa,


Plaza de Armas,


Lampa- Puno;


dirigido a:


I Bienal de Arte “Víctor Humareda Gallegos” 2009.


Selección de obras y envío de trabajos:


11. Las sesiones de trabajo para seleccionar las obras que conformarán la exposición se llevarán a cabo en las instalaciones de la Municipalidad de Lampa los días 25, 26 y 27 de noviembre de 2009 desde las 10:00 a las 15:00 horas y de las 16:00 a las 18:00 horas.


12. Los participantes que resulten seleccionados serán informados vía telefónica, por fax o correo electrónico el 29 y 30 de noviembre de 2009 para que envíen, antes del 04 de diciembre, la(s) obra(s) que se les indique a la Municipalidad de Lampa.


13. Los gastos de empaque, transporte, envío de obra, así como del seguro durante el trayecto a la Municipalidad de Lampa, corren por cuenta de los participantes. Los artistas peruanos seleccionados que residan en el extranjero se harán responsables de los trámites de envío de sus obras (embalaje, aduana, papelería, almacenaje y seguro). La I Bienal de Arte “Víctor Humareda Gallegos” 2009, se hará responsable de la conservación y la seguridad de las piezas seleccionadas a partir del momento en que éstas hayan sido recibidas en buen estado en el Municipio de Lampa.


14. Los expedientes no seleccionados deberán ser recogidos en la Municipalidad de Lampa entre el 09 de diciembre y el 31 del mismo mes de 2009. Cumplido el plazo, los participantes no podrán exigir su devolución por ningún motivo.


Premiación y exhibición:


15. La Municipalidad de Lampa en coordinación con entidades de reconocido prestigio otorgarán tres Premios. Primer Lugar: Premio Nacional de Pintura “Víctor Humareda Gallegos” de Oro 2009, asciende a S/.3,000.00, (tres mil nuevos soles). El jurado otorgara dos menciones honoríficas, Segundo lugar: Premio Nacional de Pintura “Víctor Humareda Gallegos” de Plata 2009, con S/. 2,000.00 (dos mil nuevos soles); Tercer lugar: Premio Nacional de Pintura “Víctor Humareda Gallegos” 2009 de Bronce con S/ 1,000.00 (un mil nuevos soles), más diplomas. Las únicas obras premiadas pasarán a formar parte del Museo de Arte “Víctor Humareda Gallegos” de la Municipalidad de Lampa.


16. El jurado calificador estará integrado por cinco personas de reconocida trayectoria artística e intelectual. Sus nombres se darán a conocer en su oportunidad. El fallo del jurado será inapelable y se dará a conocer durante la inauguración del II Encuentro Nacional de Escritores Peruanos “Lampa: El lugar de mis sueños” 2009, en las instalaciones del Salón Consistorial de la Municipalidad de Lampa, el 05 de diciembre de 2009. En la misma fecha se dará a conocer el día de la premiación.


17. Todas las obras seleccionadas serán reproducidas en el catálogo que editará la Municipalidad de Lampa.


18. Cualquier caso no considerado en la presente convocatoria será resuelto a criterio del jurado calificador y de los organizadores.


Lampa, junio de 2009.



I BIENAL DE ARTE "Víctor Humareda Gallegos" 2009



El arte no es para ser entendido

sino para ser sentido

ANÓNIMO



Víctor Humareda, sin

comienzo ni fin

Actualmente no existe ni un espacio, ni un evento integral para el desarrollo con las artes en Puno. Existe una necesidad primordial con el objetivo de desarrollar y promover las artes en el país, porque todo esfuerzo que se haga en Perú por fomentar las artes plásticas, el cuento y la poesía, en cualquiera de sus manifestaciones es digno de encomio, de apoyo, de comprensión y de trabajo mancomunado. Es importante justificar la integración entre arte, ciencia y tecnología. Establecer fronteras en lo teórico, en la práctica de estas artes y en lo que puede ser una posibilidad estética. Estimular la producción de obras y artes con estos medios. Dar a conocer obras de este tipo a la sociedad y a la comunidad. Promover el intercambio, sumar recursos para asegurar el nivel del evento y de otros que puedan surgir como sub-producto del mismo.


La creación, producción y muestra de arte requiere de un trabajo serio y, además, requieren de un lugar que sea conformado por seres humanos ínter-disciplinarios y dispuestos a compartir las diversas estéticas que puedan tocar el alma; qué mejor aún reunidos todos en el marco del II Encuentro Nacional de Escritores Peruanos “Lampa el lugar de mis sueños”. Por ello, con la convocatoria de la I Bienal de Arte “Víctor Humareda Gallegos” 2009, hacemos justicia a uno de los grandes valores de las artes plásticas de nuestro país, y orgullo de Lampa y Puno, que nos dejó el recuerdo de un artista íntegro; como los también lampeños inolvidables, por nombrarlos ahora lejos de preámbulos y epílogos, el músico: Zacarías Puntaca, los poetas Vladimir Herrera, Alfredo Herrera, la artista plástica Yemy Alemán y el torero “Joselito Riquelme”, que seguirán en bienales posteriores siendo motivo de homenaje.


Así la Municipalidad Provincial de Lampa, tiene proyectado junto a los Grupos Editoriales “Hijos de la lluvia”, LagOculto Editores y la Universidad Andina “Néstor Cáceres Velásquez” de Juliaca, como un formato y una dinámica para descubrir, investigar y desarrollar nuevas tendencias y manifestaciones del arte y para suplir hasta donde sea posible la brecha que existe a nivel académico, de recursos, de infraestructura, de comprensión, de oportunidades y posibilidades entre diferentes personalidades del arte, estudiantes, docentes, narradores, poetas, escritores y público interesado en el tema.



Ciriaco I. Díaz Aréstegui

Alcalde

Municipalidad Provincial de Lampa





martes, 20 de octubre de 2009

HUMAREDA MON AMOUR



Por: Luis Pacora Cabrera


La vida del “último bohemio” recreada a través de la memoria de dos mujeres que conocieron y compartieron parte esencial de sus vidas con el artista puneño.

21 de noviembre de 1986. Hace veinte años y algo más, la menuda cabeza de un risueño pintor se estremecía sobre la almohada de un hospital. Mientras la enfermera de turno cogía su mano con fervor, él dibujaba sus últimos gestos de vida. Aquella vida entregada al color, la belleza femenina y la poesía urbana que late en la otra cara de la ciudad.
Como cientos de inmigrantes que por entonces llegaban a la capital, Víctor Humareda arribó a Lima en 1939, con la convicción de estudiar artes plásticas. Al parecer, la pintura, la luz y los colores se impregnaron en él desde que abrió los ojos en 1920, entre las paredes rosáceas de su natal Lampa. En 1947 se graduaría en la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA), lo que constituiría el inicio de su verdadero aprendizaje.


IVETTE
Humareda siempre iba a Bellas Artes, visitaba los talleres, hablaba con los alumnos; como aquella mañana de 1980 en que se acercó a una alumna y le aconsejó dejar de ver la pintura como una simple fotografía. Semanas después aquella muchacha abandonó la compañía de sus amigos y sepuso a disposición del espíritu y los ánimos del artista. Ivette Taboada se convirtió desde entonces, en la cómplice predilecta del pintor.
Desde la calidez de su cocina, ella sonríe y dice que una tarde, mientras caminaban por la Plaza 2 de Mayo, una melodía de Gardel se esparció por el aire. Humareda le hizo una venia y al instante se entregaron al baile, en un vuelo de risas. Su viaje a Buenos Aires fue muy importante porque afianzó su pasión por el expresionismo, además del gusto por el tango, cuenta la improvisada bailarina antes de recordar también a Enrique de Larrañaga, pintor argentino en cuyos compadritos porteños y personajes circenses, Humareda vio reflejada su vocación por lo marginal y bufonesco.
Esa feria de fantasía y color ya había visitado a la propia Ivette, quien se escapó con un circo con tan solo quince abriles y, aunque tuvo que volver, aquella experiencia tal vez fue el preludio que la llevaría a abandonar Huanuco años después, del mismo modo en que Humareda había experimentado el desarraigo cuando en 1939 abandonó a su familia y ciudad para atender el llamado de su naturaleza.
Ya en Lima, este personaje de figura desfachatada y cara de cholo cachaciento, haría patente ese germen de provocación y gran amplitud de humanidad. Ivette recuerda que Humareda prefirió convivir entre ambulantes, faites de esquina y chaufas al paso de La Parada, a las acogedoras calles de Montmartre, en Francia. Y no era que careciera de charme. Siempre risueña, nos dice que el pintor llegó incluso a visitar el Moulin Rouge, encandilado por las esbeltas bailarinas del lugar, aunque lamentablemente no pudo más que pellizcar a una de ellas porque no hablaba el idioma. A los pocos días huiría de Francia.
“Humareda se sintió decepcionado de buscar a sus amigos Delacroix, Monet o Van Gogh y solo encontrar cuadros colgados en museos”, relata ella que también usa el pincel. A fin de cuentas, La Parada siempre fue su Montmartre, su lugar de culto, de paseos nocturnos, bares conventuales, burdeles acicalados y la habitación 203 del Lima Hotel, donde siempre lo esperaba su adorada Marilyn.


¡OH MARILYN!
Al cholo le gustaban bellas y resueltas. Tenía amigas por doquier, pero él prefería a las que nadie prestaba atención. Tal vez por ello frecuentaba burdeles como La Nené, en La Victoria, donde llegaba para encontrar a sus amigas, “incluso disfrazándome de hombre”, dice Ivette, solo con el fin de que fuera partícipe del jolgorio que se armaba cada vez que llegaba a bailar, conversar y dibujar en estos lugares. Siempre así, hasta volver al hotel, porque él solo amaba a Monroe.
“Víctor se identificaba mucho con la vida trágica de Marilyn, con su soledad a pesar de la fama”. La soledad, nuestra verdadera condición humana, fue la silenciosa compañera del pintor, por ello apreciaba tanto a sus amigos -los vivos y los muertos- con quienes conversaba largas horas en la azotea del hotel. Al caer la noche, el arlequín quedaba pensativo en medio de sus pinturas.


LA LUZ DE LOS MÁRGENES
Transcurrían los primeros años ochenta, luego de doce años de dictadura militar, bajo promesas de cambio, crisis social, inestabilidad económica, guerra en Las Malvinas y Hola Yola: Humareda caminaba por la vereda de enfrente. Incontables fueron las noches en que, a la saga del pintor, Ivette ambulaba por las calles de Lima en ese buscar sin buscar, guiados por el espíritu de los impresionistas, en busca de la belleza cotidiana, urbana, sencilla. La imagen de un gato negro sobre un muro, iluminado por un farol de la Quinta Heeren, es algo que ella aún recuerda con la vívida emoción de su voz al relatarlo.
“Víctor pintaba arlequines porque decía que en ellos se reflejaban todos los estados del hombre: el dramatismo, la alegría, la ira”. Histriónicos, alegres, consecuentes y reflexivos. Ivette habla de los arlequines como describiendo a Humareda, de quien rescata su perenne militancia en la lucha por la libertad, aquella que para 1984 era nuevamente afectada por coches bomba, toques de queda y erráticas acciones antisubversivas.
En medio de este escenario, Humareda caminaba por los pasillos del Lima Hotel aturdido por sus propias angustias: la del insoportable administrador que le cobraba día a día el alquiler, los inmorales encopetados que se llevaban sus cuadros para pagarle jamás o la marginación constante y sonante de aquellos que lo tildaban de borracho o loco. Quizá por ello optaría por construirse su propia realidad, lejos de los noticieros.


EL ÚLTIMO ROMÁNTICO
Maestro, para usted, ¿qué significa Vargas Llosa?
No existe.
Maestro, para usted, ¿quién es el mejor pintor del Perú?”
Víctor Humareda.


Largas fueron las noches en que, echado sobre su cama, Humareda escuchaba atentamente la voz de Ivette. Ella, con mirada perdida, recuerda su propia imagen sentada a un lado, leyendo en voz alta libros sobre pintura, literatura, filosofía o lo que deseara el pintor en aquel momento. Un cáncer a la garganta había minado por completo su salud mas no su espíritu. “Humareda antes que artista era hombre”, pronuncia con voz maternal Ivette, “por ello, se divertía filosofando tanto con señorones de algún cafetín miraflorino como con las madres de sus amigos a quienes visitaba desde temprano para ganarse con el almuerzo".
“El verdadero artista debe pasar por tres etapas: la de obrero, filósofo y artista”,
solía decir el pintor. Bajo esta filosofía de vida, demostraba, por convicción, que el arte era una religión y como tal la entrega debía ser total. De allí su indignación al enterarse que Ivette había quedado embarazada. Con cierta pena, ella recuerda cómo en esos días de 1985, Humareda no perdonaba la traición “al apostolado del arte” de su discípula. Pero esto no le duró más de una semana ya que el cariño que éste le profesaba diluyó cualquier molestia. “Total -le dijo- él se queda con tu cuerpo pero yo con tu espíritu”.


EDBY
Una noche del 2006, un homenaje organizado por la Biblioteca Nacional culminaba con el inesperado testimonio de una mujer que se levantó de entre el público. Habían pasado veintitrés años desde la primera vez que lo conoció en el hospital del Instituto de Neoplásicas. Fue el espíritu infantil y desenfado de aquel paciente la primera impresión que guardó Edby Blanco, quien entonces trabajaba como enfermera en dicho hospital.
Luego de beber un vaso de chicha, Edby acalla y una melodía criolla parece volver a sus oídos: es la imagen de Humareda bailándose un valsecito en pleno cuarto de hospital, por lo que logra decir. Cuenta que mucho después se enteró a través de alumnos de Bellas Artes, quién era realmente ese risueño dibujante que le había enseñado a pronunciar correctamente los nombres de Delacroix o Gauguin.
“Recuerdo que solía lavarle su carita, afeitarlo, incluso cortarle su cabello. Cuando ya estaba chic, llamaba al médico”. En medio de la charla, Edby me ofrece un plato de comida con maternal amabilidad, quizá la misma que tantas veces ofreció a Humareda, quien al poco tiempo perdió la voz debido al cáncer que lo aquejaba. “Siempre fue muy fuerte y alegre a pesar de la enfermedad, tenía confianza en que se curaría pronto, aunque eso era casi imposible”, recuerda ella.
Los últimos meses en el hospital, Humareda recibió la visita de mucha gente. Parecía que todos los personajes de sus cuadros se hubiesen reunido alrededor de él, pero el pintor, ay! siguió riendo. Además de los amigos cercanos, dice la enfermera que un día se aparecieron en comitiva las amigas de la “buena vida” del pintor. Aquella tarde, la habitación fue una fiesta.
Una visita aún más inesperada fue la de Carmen Humareda, desconocida hermana del pintor, quien llegó de Arequipa para verlo. El artista que nunca hablaba de su familia, siempre mantuvo comunicación con su madre, “a quien adoraba”, dice Ivette. Tal vez sea este gesto, evidencia de la honda presencia que siempre tuvo la ciudad de Lampa en su vida y en su obra. Tal vez por ello, alguien mencionó que, ¿acaso ese sol puneño sería el origen de los colores y la luminosidad nocturna de Humareda?



AUNQUE ME CUESTE LA VIDA
En medio de tazas ya vacías, Ivette detuvo la mirada y pronunció –casi observándolo- que a la hora en que fallecía Humareda, ella sintió una caricia en su frente con la misma sorpresa del día en que el pintor, a pesar de su convalecencia, se escapó del hospital para ir a visitarla y aún con las sondas en la nariz, se fue al cine con ella.
A las 3 a.m., fallecía el cholo Humareda en la sala de emergencias del Neoplásicas. Edby lo recordó claridad y tristeza. Ella acompañó al pintor en sus últimas imágenes del mundo. “¡Víctor! Ten calma, yo estoy contigo, te vamos a ayudar”. Desesperado, el pintor apretó la mano de su enfermera, de su alumna, de su madre, de su ciudad y se unió al silencio.
“Ha pasado tantos años y la gente aún lo sigue recordando, es como si hubiese muerto ayer”, dice Ivette, y es cierto, Humareda murió ayer, porque hoy ya es inmortal.

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Fotografías: Sophia Durand

lunes, 19 de octubre de 2009

Una lectura de Hotel Lima

La travesía totalmente humana de Miguel Ildefonso

David Antonio Abanto Aragón

No podemos aceptar como nuevo un arte que no nos trae sino una nueva técnica.[...] Ninguna estética puede rebajar el trabajo artístico a una nueva técnica. La técnica nueva debe corresponder a un espíritu nuevo también.

José Carlos Maríategui.
"Arte, revolución y decadencia". En: Amauta, año I, núm. 3, Lima, noviembre de 1924.


Absurdo fuera no reconocerlo

"No cabe duda de que la narrativa peruana está pasando por un buen momento. En los años 90 asistimos a una floración abundante de novelas relevantes, como nunca habíamos tenido en las letras peruanas, lo que exageradamente el recordado poeta Cesáreo Martínez apodó "boom de la novela posvargasllosiana"; pero aclaremos que dicha "eclosión" (para utilizar otro vocablo excesivo, por comparación con la escasa cosecha de títulos memorables que podíamos obtener anualmente en las décadas anteriores de nuestra narrativa) la protagonizaron sobre todo escritores no tan jóvenes, pertenecientes a las hornadas dadas a conocer en los años 60 y 70, más algunos aportes de la siempre fecunda Generación del 50. Ya situados en la presente década, el aporte de los jóvenes ha comenzado a ocupar el primer plano, dando a conocer varios autores con un potencial narrativo a considerar", ha señalado con acierto Ricardo González Vigil.

Como pruebas de ello, podemos hacer mención a las obras narrativas de escritores como Jaime Bayly, Iván Thays, Gonzalo Portals, Manuel Rilo, Sergio Galarza, Sandro Bossio, Julio César Vega, Carlos Rengifo, Santiago del Prado, Grecia Cáceres, Juan Manuel Chávez, Alexis Iparraguirre, Marco García Falcón, más recientemente, Daniel Alarcón, Santiago Roncagliolo Miguel Ildefonso, Diego Trelles Gabriel Ruíz-Ortega, Leonardo Aguirre, Víctor Coral, Ezio Neyra, Johan Page, Claudia Ulloa, entre muchas otras voces narrativas.

En 1999 el narrador Oswaldo Reynoso empleó la categoría de "narrativa de transición" para hacer referencia a las obras de los narradores jóvenes y afirmó que las mismas "están preparando el camino para una gran novela" empleando dos vías de expresión narrativa que deben considerarse al momento de aproximarnos a esta hornada generacional: la de negación total de la realidad y la del enfrentamiento descarnado y violento de la realidad. Ya en 2007, ya entrado el siglo XXI, esta afirmación sigue siendo vigente en lo esencial.

Ahora bien, el buen momento de la narrativa peruana y la irrupción de una nueva hornada de narradores a los que aluden González Vigil y Reynoso no debe hacernos olvidar algo que no podemos dejar de señalar: si bien es cierto que la narrativa peruana ha ganado pericia y gran dominio en la técnica y la forma, no es menos cierto que ha perdido hondura en su relación con la realidad de la cual emerge. Frente a obras como las de escritores como las de Martín Adán, Gamaliel Churata, Arguedas, Scorza, Loayza, Vargas Llosa, Reynoso y Gutiérrez, la narrativa peruana actual se ha tornado en gran medida mezquina. El Perú es una realidad de gran complejidad inserta en una totalidad que se ha convertido en una "aldea global" que espera aún ser explorada, explicada y recreada estéticamente por nuestros creadores. Naturalmente tal trabajo no solo debe considerar el empleo de técnicas novedosas y modos de expresión superficiales, lo que nos remite a esa meridiana y vigente expresión de José Carlos Mariátegui que señalaba que una nueva técnica no hace un nuevo arte, este supone una sensibilidad orgánica y tácitamente nueva, atenta a lo nuevo, a lo que, para decirlo arguedianamente, no se ve ni se sabe, pero que ya se siente y se espera. La representación artística de esta nueva realidad que emerge imponente constituye, pues, un formidable reto que no debe ser asumido como algo ya resuelto por el curso de la historia o el arte, sino un proyecto en marcha, para todos los creadores.

Al respecto traemos a colación lo señalado con meridiana lucidez por Alfredo Villar: "la literatura de la clase media pequeña burguesa y letrada, sobre todo limeña, está muriendo. Muere porque ha fracasado en la idea de crear una nación literaria más amplia y democrática. Muere porque ha fracasado en llegar a las grandes mayorías, es decir por elitista. Pero estamos en un país maravilloso, de una gran riqueza que no sólo es letrada sino oral y musical: en sus calles y pueblos hay miles de historias que se desvanecen en la plaza pública o en la conversación de cantina, sea en las comunidades que imaginan mitos, sea en las ciudades que alucinan relatos callejeros. Sea también en los músicos populares que viajan por todo el país haciendo bailar con sus canciones, quizás la única poesía popular que sobrevive, lucha y llega a todo el Perú. En estos momentos los zorros de arriba y abajo hablan mejor que nosotros, cantan mejor que nosotros, hacen poesía mejor que nosotros, aman mejor que nosotros, en escuchar con humildad y hacernos parte de su eco quizás este la salvación de nuestras letras y nuestros corazones".

Uno de esos zorros de arriba y de abajo que ha asumido ese reto dentro de una propuesta totalizante es Miguel Dante Ildefonso Huanca (Lima, 1970), el escritor peruano que con los libros publicados y divulgados nos muestra un oficio que ha sabido tejer un proyecto de escritura sólido y coherente que lo convierte en un escritor representativo de fines del siglo XX y comienzos del siglo XXI. Con más títulos -no solo en cantidad sino en calidad- que cualquier otro para encarnar este periodo en todo su dinamismo y complejidad.

Sirva de magnífica prueba, la desconcertante textura de la novela Hotel Lima (Editora Mesa redonda, 2006) que cruza niveles textuales, técnicas muy complejas y una sensibilidad atenta en un provocador diálogo con las tradiciones en un proceso de apropiación y transformación de la narrativa peruana de este nuevo siglo.

Hasta ahora el reciente libro de Ildefonso ha recibido tibias aprobaciones cuando no ha sido menospreciado, omitido y "ninguneado" (expresión de Arguedas en el "Tercer diario" de El zorro de arriba y el zorro de abajo), cuando no condenado por sus "defectos artísticos", o reducido a un valioso "artefacto verbal" y es que en su recepción no se ha considerado aún algunos elementos que podrían ayudar a valorarla en su justa dimensión.


Una desconcertante propuesta totalizante

En un reciente texto de presentación para el libro virtual Los desmoronamientos sinfónicos de Ildefonso, el extraordinario poeta José Pancorvo dejó constancia de lo siguiente: "Tengo en mis manos por ejemplo un manuscrito de Hotel Lima, de hace más de quince años, en copia de papel carbón y lapicero -hasta con caracteres chinos-, en que hay poemas supra que no están acá". En 2003 ante una pregunta acerca del estado de sus proyectos poéticos y su proyecto Hotel Lima Ildefonso afirmó: "No lo abandoné. Lo dejé como idea original por inconcluso, porque me di cuenta de que nunca, tal vez, se concluye una obra" y más adelante "Aún sigo escribiendo ese gran proyecto (tipo Verástegui o Adán o Pessoa o Pound), pero con otros nombres, a través de otras ciudades, desde otros sujetos poéticos. Alguien que se interese en lo que escribo podría encontrar claves. De eso se trata mi universo". Nos encontramos pues ante un work in progress que se da a conocer de a pocos, que va levantando los pisos de una edificación en continua construcción, al modo de los proyectos totalizantes de los años setenta.

Un modo expresivo que se sirve de las vías expresivas más adecuadas a su búsqueda: verso, prosa, visual, plástica, etc. Una exploración múltiple y totalizante. Esta vez, queremos realizar una aproximación a parte de su universo creativo: el narrativo, conformado, a la fecha, por dos libros: el libro de cuentos El Paso y la novela Hotel Lima. Desde el punto de vista del lenguaje, de los recursos expresivos, Ildefonso sintetiza la búsqueda y exploración de nuevos modos expresivos de la narración "tradicional". Pero Ildefonso sobresale como el creador indiscutible de una sedición novelesca, autor del primer relato absolutamente "moderno" del nuevo siglo, el más representativo de lo que va la nueva centuria: Hotel Lima. Como artífice del lenguaje asimila para aprovechar las posibilidades expresivas de la novela para recomponerla en una fiesta verbal en la que el lenguaje es un protagonista fundamental, tan importante como el propio Dante, como Humareda y como el propio Hotel Lima.

En Hotel Lima el modo de narrar es tan importante como lo que se quiere narrar o en todo caso, el modo de narrar debe corresponder perfectamente a lo que se quiere narrar. Nosotros queremos resaltar, por ahora, su hondo humanismo, su comunión total con todo lo humano (soma y psique, cuerpo y alma), visto como una maravillosa -inextricable hasta el misterio- aventura vivida como hospedaje en este mundo, sin preludios o epílogos ultraterrenos.

Para ello abordemos dos cuestiones fundamentales, examinadas desde perspectivas diversas; pero con frecuencia, distorsionadas, por no ser relacionadas con el humanismo de la búsqueda de Ildefonso: el Realismo y el Simbolismo.


En pos de una síntesis totalizante

Las dos corrientes literarias que han tenido mayor incidencia en la configuración de la literatura del siglo XX, fueron el Realismo, con su eje creativo en la narrativa (Tolstoi, Balzac, Flaubert, Maupassant, Zola, Dickens,...); y el Simbolismo, con su eje creativo en la poesía lírica (Baudelaire, Rimbaud, Verlaine, Mallarmé,...).

Un reto mayor de la narrativa de fines del siglo XIX, la primera mitad del XX e inicios del siglo XXI consiste en conjugar las lecciones del Realismo y las del Simbolismo, aspirando a un retrato totalizador (que no se quede solo en lo empírico, racional y pragmático) de la experiencia humana. En esa tarea, cabe destacar las producciones de James, Musil, Virginia Woolf, Faulkner y, por cierto, Proust, Mann y Joyce.

Para Hotel Lima, Ildefonso echa mano de dos influencias. La primera, la narrativa realista, como Balzac y Flaubert, donde se aprovechaban las vivencias para crear. Y la segunda, la poesía simbolista, de lo que se deduce que no se contentaba con la experiencia sensorial.

Una detenida revisión permitirá comprobar que Hotel Lima -y en menor medida El Paso- de Ildefonso vence en poder totalizador a las obras de otros autores recientes: totalización de los niveles de la experiencia tanto psicológica como social, desde lo más fisiológico hasta lo más espiritual, desde lo irrepetible hasta lo compartido arribando incluso al "inconsciente colectivo". Y búsqueda de totalización de posibilidades de la palabra y de la técnica literaria; el propio estilo, vuelto estilema, cambia en sus episodios adaptándose al tema, al espacio, al tiempo, etc. Otro modo de constatar la búsqueda de un poder totalizador: Dante y Humareda son personajes retratados de modo integral por la novela peruana reciente en lo que va del nuevo siglo; y Lima puede ser literalmente recorrida, calle por calle, en las páginas de Hotel Lima. En ese sentido Ildefonso no inventa nada, todo lo que él describe existe, pero se aleja de lo circunstancial para sacar a flote lo esencial.

Factor central de esa extraordinaria capacidad de totalización es el humanismo liberador de la propuesta de Ildefonso. Mientras que el Simbolismo tiende a imponerse al Realismo, invitando a un inasible misterio en Iván Thays y Luis Hernán Castañeda; y mientras que el Realismo llega a sofocar el ingrediente simbolista, hasta tornarlo esquemático o escasamente iluminador en Santiago Roncagliolo y Oscar Malca (podemos mencionar más cerca del equilibrio logrado por Ildefonso entre lo real y lo simbólico a Carlos Herrera, Santiago del Prado y Sandro Bossio); en el caso de Ildefonso van enlazados el detallismo realista y la sugerencia simbolista, porque, para él, la "otra orilla", "la soñada coherencia" de Luis Hernández, está encarnada permanentemente en esta orilla: cada elemento de la existencia posee una carga iluminadora o epifánica, según la llamaba Joyce, en cuanto parte insustituible del Todo.

Existen dos grandes tipos de obras maestras. Las primeras están representadas por obras como El Quijote o las obras de Shakespeare (en el ámbito latinoamericano podemos mencionar a Cien años de soledad de García Márquez, y en el peruano, La violencia del tiempo de Miguel Gutiérrez), para las que no se necesitan reflexiones muy profundas o una gran cultura para entenderlas y disfrutarlas. El otro tipo corresponde a obras como la Divina Comedia de Dante o Finnegans Wake de Joyce que exigen una gran competencia en el lector, una serie de experiencias de vida y una cultura muy amplia (Rayuela de Cortázar, en el ámbito latinoamericano y El zorro de arriba y el zorro de abajo de Arguedas en el ámbito nacional).


Un paralelo paródico de tintes épicos y filosóficos

Hotel Lima es la novela más representativa de la narrativa peruana reciente, porque sintetiza casi toda su cultura. Su lectura demanda dedicación, pero cuando se entiende, uno queda sorprendido con su jocosidad, irreverencia y burla. Hotel Lima es un libro "jocoserio", como decía Joyce. La comicidad y la risa son propias de la vida humana desde la noche de los tiempos; ya en el Quijote, se escucha la risa como proveniente de las farsas medievales; uno se ríe del caballero que lleva una bacía a modo de yelmo, o de su escudero que recibe una paliza. Pero, además de esa comicidad, casi siempre estereotipada, casi siempre cruel, otra, mucho más sutil, se desprende de Hotel Lima, de la mirada que nos plantea y nos sitúa en la esfera infinitamente más refinada que llamamos humor.

Recordemos que la evolución hacia la novela se debe comprender atendiendo a la reducción de la distancia con lo narrado y esa reducción la da la risa. Veamos, desde los orígenes de la epopeya -y de toda manifestación "sublime"- junto a ella se daba la parodia: la misma historia pero presentada grotescamente. Así, en la poesía épica, la epopeya es sublime, y la épica burlesca es grotesca; en la poesía dramática, la tragedia corresponde al tono elevado, y la comedia, al bajo. Junto a la Ilíada había una versión desmitificadora, la Batracomiomaquia -atribuida también a Homero- que satirizaba la guerra de Troya. La parodia corrige y critica cómicamente a la versión que toma como referente, revelando nuevos aspectos pero además guarda cierta contemporaneidad con lo narrado y elimina la distancia. En su momento, Dante Alighieri lo hizo en su inmortal poema al poner en una forma baja y vulgar (la Comedia) un contenido elevado (Divino): una Divina Comedia en la denominación otorgada por Petrarca. Lo propio hicieron Cervantes (en el Quijote que entre otras cosas puede ser leído como un soberbio homenaje a las historias de caballerías a través de su parodia) y Joyce (con la Odisea homérica), el cubismo de Picasso, etc. Ya Bajtin apuntaba que no se puede reír de lo distante, a menos que se lo acerque, que se lo vuelva cotidiano.

En Hotel Lima no nos reímos porque se ha ridiculizado, o burlado e incluso humillado a alguien, sino porque, de pronto, el mundo, nuestro mundo, aparece en toda su ambigüedad, las cosas pierden su significado aparente, la gente se revela distinta a lo que ella misma cree que es.

Entrelazando tiempos, tanto por el hilo de conversaciones reales como soñadas (o dictadas por voces interiores que torturan al protagonista), Hotel Lima saca a flote, de un lado, la nostalgia del pasado para liberar emociones primigenias en los episodios de infancia en los cuales como ha señalado Olga Rodríguez Ulloa "se llega a una condensación lingüística llena de simplicidad y belleza", echado a perder (por el desorden vital, las drogas, la violencia imperante, la corrupción, etc.) y, de otro lado, el sentimiento a modo del hybris (defecto o exceso) inherente en el ser humano. Pero el impulso principal es ajustar cuentas mediante la escritura de un Libro que desencadenará un desenlace imprevisto. En el trasfondo de la novela palpita el rol salvador del lenguaje, ya sea el oral (confidencias a personas encontradas después de años y, por cierto, revelaciones a cargo de voces fantasmales que lo habitan), ya sea -y privilegiadamente- el escrito nacido de la vocación literaria -tenaz, ineludible- del protagonista. Tengamos presente lo que dijo el autor a Maribel de Paz: "el libro mismo también es un personaje, una creación del propio narrador, Dante, quien emprende su proyecto de escritura mientras trata de vivir como Humareda, en el Hotel Lima, entre prostitutas".

No es, sin embargo, la cuestión temática de Hotel Lima lo que lo hace distinto. El argumento es escaso. Lo ha resumido Javier Agreda: "Dante, joven poeta limeño de inicios de los 90, quien cuenta sus peripecias en las calles más sórdidas del centro de la ciudad, rodeado de prostitutas, delincuentes, niños de la calle y especialmente de los poetas "malditos" con los que conforma el grupo de la "No Poesía". A estas aventuras se suman también recuerdos de infancia del protagonista, algunos relatos escritos por él, y hasta una dimensión fantástica en la que Humareda convive y dialoga con las imágenes recurrentes de sus pinturas: el arlequín y Marilyn Monroe, convertidos también en personajes".

Hotel Lima trata de la necesidad recíproca que tienen las personas, en la estructura menor de la familia y en la más amplia de la ciudad. Ese sencillo tema se universaliza por la imposición de un mito intemporal, el del errante Odiseo en busca de su reino insular. Dante es un agudo testigo de los conflictos y desencuentros sociales, ideológico-políticos y culturales que enfrentan al mundo, es Telémaco y Odiseo o Ulises. Sus bastante triviales vivencias en el Hotel Lima, en la habitación 283 (nicho, vientre de ballena), se transforman en un paralelo paródico de las del personaje de Homero y del mismo Dante Alighieri (en esta Odisea, en esta Comedia, el moderno Telémaco en pos de Ulises, el moderno Dante que es guiado por esa especie de Virgilio que es el Maestro, Víctor Humareda), y, a su vez, adoptan varias formas de resaltar un paralelismo con las clásicas travesías, sobre todo a través del estilo y del lenguaje.

Por momentos en la narración el estilo resulta más importante que el contenido, pero la intensa concentración en el lenguaje permite a Ildefonso llegar sortear límites de la mente humana posibilitando los nexos entre lo onírico, lo arquetípico y lo simbólico, inasequibles para el novelista sin pericia. El lenguaje no solo es complejo, sino también de una claridad sin precedentes: abundan las alusiones sexuales y fisiológicas que se utilizan al servicio de una finalidad expresiva y no como mero divertimento. Precisamente Olga Rodríguez Ulloa ha señalado que la riqueza de Hotel Lima "radica tanto en la estructura como en el lenguaje" para mostrar "una tensión que se inscribe dentro de la imposibilidad del ejercicio literario. La escritura del Libro que emprende el protagonista, la presencia del Maestro Humareda como modelo incólume y vigente de esa tensión".

Cuestión peliaguda es la del pulso poético de la prosa de Ildefonso. Así, negándose a ver Hotel Lima como una novela, se la juzga como escritura poética en prosa. El problema es que nuestro escritor dinamita los límites o, para usar un término más caro a su propuesta, las "fronteras" entre los géneros literarios y más que demostrar una "crisis de novela", en nuestra opinión, lo que manifiesta es una crisis en el uso de los parámetros de la crítica. Ese es uno de los motivos por el que Hotel Lima es, injustamente, catalogada como novela "fallida", contenedora de "altibajos", con "poca claridad de la historia", con "muchos cabos sueltos" y "excesos", y uno de los motivos por el que Ildefonso, es señalado como el escritor de la "marginalidad" cuyo libro "no logra disolver la impresión de fragmentación", publicado con "la intención de salir del paso" lo que significó "cumplir con una cantidad mínima de páginas para ser considerada una novela corta" y que hace que se le reconozca a su autor, con justicia por cierto, como el gran poeta que es, pero se le escatime reconocimientos como el gran narrador que, ahora lo podemos comprobar, también es. Precisamente queremos abordar sucintamente dos aspectos: el de la fragmentariedad y el de la marginalidad.


Fragmentariedad y marginalidad

Hotel Lima no es una reunión de una cantidad de páginas, es una novela que acusa un carácter fragmentario por la intercalación de textos novelescos con diálogos, discursos y poemas que lo componen, lo que, a nuestro entender, se da para precisamente recrear esa sensación de incoherencia y desorden inicial que produce la experiencia subjetiva de la modernización a través de la globalización capitalista en realidades como la peruana. Esta experiencia hace que se reconozcan nuevos sentimientos y, correspondientemente, nuevos lenguajes y nuevas prácticas. La polaridad primordial de ese nuevo mundo en surgimiento está representada en los tres escenarios o espacios emblemáticos mencionados en la novela (la habitación 283, el Hotel Lima y las calles de Lima).

Lo dicho nos permite discrepar opiniones como la de Víctor Coral quien, por ejemplo, ha señalado que Hotel Lima es "Una suerte de Frankestein [sic] con escaso movimiento y vida parcial, un artefacto verbal que "simula una forma narrativa" pero no la realiza". Nosotros traeríamos la imagen de la Criatura no para señalar una limitación sino para afirmar un logro, porque como ha escrito Alberto Manguel "Hecho de tantos hombres, el Monstruo del doctor Frankenstein es, en parte al menos, nuestro espejo, reflejo de aquello que no queremos o no nos atrevemos a recordar. Quizás por eso da miedo". Y es que Hotel Lima, la novela de Miguel Ildefonso más que un "artefacto verbal" separado de la existencia es, que duda cabe, una obra de arte que da cuenta de la complejidad vivencial de su autor y, a través de la lectura de sus páginas, de la nuestra como lectores. En los episodios de Hotel Lima asistimos a una visión tremendamente crítica y abisal, pero no desencantada de la vida. Una visión que nos inquieta por los cuestionamientos que nos plantea ("por eso da miedo"), que nos confronta con nosotros mismos como criaturas (en tanto creaciones de un Creador), pero que a través de ello también nos propone alternativas. Por eso, Hotel Lima "pinta" el descalabro peruano tomando como referencia la vida y obra de otro gran creador: Víctor Humareda, el Maestro de Hotel Lima, por eso en sus páginas bullen colores y sonidos que impregnan de grandeza a lo cotidiano, lo sencillo, lo bajo, lo vulgar (en tanto proveniente del vulgo), es la belleza que nace del pueblo, es su verdad y una forma de conocimiento, es un nuevo poder. Una belleza que hay que aprender a apreciar con humildad y sencillez, atentos a su mensaje, a ese mensaje que estremece nuestro país desde hace un buen tiempo, pero que pocos creadores han sabido integrar a su obra de un modo natural, como Arguedas o como Humareda.

Porque como en la pintura de Humareda lo cotidiano, lo popular convive junto con lo culto y elevado. Las fronteras son dinamitadas. Así como se escucha el "Claro de Luna" de Bethoven, también se escucha "El Cartero" del Super Grupo que remite a "Please Mister Postman" de The Beatles, al lado de Edith Piaf, Pastorita Huaracina; Los Pasteles Verdes y The Doors, etc. Por eso podemos ver al protagonista dialogando en café de Ginebra con Jorge Luis Borges, del mismo modo que bebiendo unas cervezas con Juan Ojeda y José María Arguedas al ritmo de la chicha. Por eso también su opción por el Hotel Lima, que se yergue majestuoso (como en el cuadro del pintor Enrique Polanco que ilustra la cubierta) en pleno corazón de La Parada y por la figura emblemática de Víctor Humareda (cuyas fotografías tomadas por Herman Schwarz se intercalan en cada acto de los interiores de la novela). Al respecto transcribimos in extenso una esclarecedora respuesta dada por Ildefonso a Gabriel Ruiz-Ortega:

"Ese lugarcito [La Parada] está presente en muchos poemas y relatos, cierto, es una metáfora de lo que es Lima o el Perú. Pienso también en toda una movida desde la pintura de Humareda (que vivió en el Hotel Lima, doblando por Gamarra) a Quijano; la música de Polem, Del Pueblo, Mojarras; o la poesía de Hora Zero y Kloaca. Debe ser porque está cerca de Apolo, la Tierra de Nunca Jamás, donde re-vivo. Nací en Apolo, pero eso no quiere decir que sea netamente apolíneo, sino, siguiendo a Nietszche, hay algo de dionisiaco en todo esto. Periódicamente voy por allá para ver vida, trabajo, gente que suda, grita, ríe, se embriaga, a montones, y no es tan peligroso, eh, sólo hay que saber andar. Y los zapallos, los limones, las lechugas frescas, hay toda una naturaleza viviente, y eso me interesa de lo popular, pues hay toda una sabiduría y un instinto color verde que es arte, como la chicha, y allí pienso en Chacalón, en Vico, en Guinda. Me gusta Federico García Lorca, y por ahí también va este tratamiento cariñoso, respetuoso, duendístico y crítico con lo que es aquel arte de colores chillones y sonidos agudos. Arguedas enseña, es un maestrazo, y no sólo desde el punto de vista intelectual, a apreciar o valorar el folclore. El fue a La Parada un día antes de su suicidio. Y Ginsberg y Burroughs estuvieron allí también. Además, mis raíces y mi piel, hablan, cantan y bailan por sí solas (índices como cuchillos). Mi amigo el poeta [José] Pancorvo está ligado a los danzantes de tijeras, y cada cierto tiempo me invita a ir a sus festivales. Antes íbamos frecuentemente a las fiestas chicha, al Palacio de la Cumbia, a la Catedral de la Cumbia. Qué bravo era todo eso. Otro amigo, Yuca, me llama siempre, y vamos al bar Candela, junto al Mercado Mayorista, el único bar en el corazón de La Parada donde ponen rock, y van los estibadores y pequeños negociantes rockeros, y que está abierto las veinticuatro horas".

Recientemente Hugo Neira al referirse a Humareda ha escrito: "¿No ha dicho Mallarmé "que el mundo está hecho para que se produzca un bello libro"? Podríamos pensar, entonces, que el Danubio existe para que lo cante Strauss. Y que Lima, error urbano, para que Humareda nos devuelva su desorden en un olor a aguarrás" y, añadimos nosotros, para que Ildefonso lo grabe en palabras para refundar su leyenda, reinventándola en olor a poesía.

Tengamos presente que la imagen del pintor es definida de un modo explícito en los retratos actuantes que constituyen sus autorretratos más difundidos. A la manera de los clásicos, Humareda al igual que el protagonista de Hotel Lima se muestra en plena actividad y rodeado por sus elementos habituales de trabajo. Precisamente aquí queremos remitirnos a uno de esoscuadros que se titula "Humareda y sus espíritus", parafraseando en tono humorístico el nombre de un filme de Federico Fellini (Giulietta degli spiriti o Giulietta de los espíritus de 1965), en el que se nos muestra a Humareda en primer plano con la paleta cubierta de colores y rodeado por un compacto grupo de arlequines, brujas, payasos y toreros, todos ellos personajes habituales de sus cuadros. Pero esta vez no ocupan lienzos figurados sino que parecen disputar el espacio compositivo con su propio creador, subrayando la acuciante presencia de sus "espíritus". Del mismo modo, al mismo modo de los clásicos, Hotel Lima nos presenta a Dante en pleno proceso de escritura del Libro y "disputándose" el espacio compositivo de sus episodios con sus "fantasmas" (Vargas Llosa emplea la imagen de los "demonios"que obseden al creador), con una decidida identificación con ellos en contrapuntos significativos.

En Humareda, según Neira, Lima: "la ciudad como teatralidad, treta y pesquisa que concluía en torno a su cama maloliente, butaca de la sublimación pictórica de sus calles. O de una conversación con una puta barata, según contaba. Lo bueno no se puede definir, decía otro barroco, Gracián, "porque no se sabe en qué consiste"". En Ildefonso, para nosotros, Lima, la ciudad, y el Hotel Lima como hospedaje y refugio (ya no estamos ante la "casa de cartón" de Adán sino ante una morada más adecuada a nuestros tiempos de tránsito: un hotel) que concluye en una amable travesía por esta ciudad a pesar de las explosiones, con sus putas, sus homosexuales con tacón, sus cotidianos rituales de inmolación (los de ayer y los de hoy), y Pierrot y el Arlequín y Marilyn y el Maestro, y las jornadas en el Cordano, el Queirolo, el Superba, algún parque o calle de la ciudad, las incursiones al Crazy Horse, los ladrones y los borrachos de La Parada y la pululación de repente poética de las calles del Centro de Lima, la Colmena, "la avenida del cloro eterno", del prostibulario jirón Cailloma, la avenida Colonial y la avenida 28 de Julio y es que en esos espacios el protagonista, como a su vez lo hiciera el Maestro, aprehende dispersamente los elementos que configuran del arte del porvenir. No son un anuncio de lo que vendrá, sino de lo que ya ha comenzado a dar sus primeros pasos y está preñado de futuro como nos lo demuestra Hotel Lima.

En efecto, Humareda es un personaje que se revela de a pocos en Hotel Lima en diálogo con sus espectros y que gradualmente se quita sus caretas de Goya, Toulouse Lautrec y Van Gogh, y es autor de un "ensayo de agresión" intitulado Notas al pie del abismo. En Hotel Lima vemos como Humareda cumple con alegría su tarea de comunicar a los hombres de arriba y de abajo, de la sierra y la costa, confiado en su don y seguro de coincidir con el orden primordial del mundo: el tiempo, por eso, en la novela, no tiene más que un sentido aleatorio y la realidad es apenas un dato contingente. Sabe que su tiempo es otro y su realidad distinta y que en su ir y venir está trazando la urdimbre de un lienzo-mundo que también es otro y distinto. Podría decirse que el mismo Ildefonso busca asumir la condición de un Humareda moderno, que realiza en sí mismo la misión intercomunicadora, a la espera que la radical unidad del texto-mundo nuevo convierta el vínculo (vínculo capaz de universalizarse, decía Arguedas) en la materia misma de un cosmos humanizado. Lo ha expresado el autor en una entrevista hecha por Maribel de Paz: "No importa por dónde entres, no importa el orden en que llegues, porque todas van a conducir al cuarto de Humareda y a Humareda mismo".

Hotel Lima se sitúa en un espacio temporal que Jorge Coaguila ha situado entre los años 1987, un año después de la muerte de Humareda, y 1992, cuando el Hotel Lima, muy cerca del emporio comercial de Gamarra, se convierte en una galería de tiendas que comercian ropa. Período en el que nuestra convulsa realidad había desencadenado diversas formas de representación artística en las que se imponían una crispación formal emparentada con el horizonte de los lenguajes figurativos vinculados con las emergentes realidades urbanas del país. Ágreda ya ha señalado que Hotel Lima conjuga, los paisajes y personajes del universo urbano limeño (tanto el que está a flor de piel como el submundo) con los universos artificiales de la subjetividad personal y la creación artística, y, añadimos por nuestra parte, se vale de técnicas como el monólogo interior para revelar los pensamientos y sentimientos más íntimos de sus personajes -por momentos de una forma presintáctica y casi preverbal-, ahonda el examen de la fantasía y las ansiedades de la conciencia humana que le otorgan a su narración una textura desrealizadora y por momentos ambigua a raíz de su polisemia. Al respecto Ildefonso señaló a Maribel de Paz: "Quise que el lenguaje y la estructura [de Hotel Lima] obedecieran a este personaje [Humareda] que era muy libre y a veces muy enredado".

Hotel Lima no simula una forma narrativa que no realiza, sino es realización plena de la misma con una noción estructural definida concientemente por parte del autor. La estructura de Hotel Lima está organizada en cuatro partes (cuatro actos), que se pueden corresponder a las partes de la Odisea, las partes de la Divina Comedia (tengamos presente que el peregrinar de Dante, el protagonista de Hotel Lima, puede ser leído -es una de las posibilidades- como una nueva odisea que repite, con un ropaje nuevo las peripecias de Ulises y de Dante, el florentino, de Stephen Dedalus y Leopold Bloom la célebre pareja joyceana,). Lo señalado torna patente la destreza de Ildefonso para cincelar un volumen orgánico, de manera tal que cada episodio posee autonomía creadora, pero también puede leerse como parte de un cuadro totalizante.

En el caso de Hotel Lima la pugna entre arribar y no arribar al Libro, entre captar y no captar las sumas voces, entre abolir y no abolir la existencia terrena para vivir el trance de creación continua encuentra una formidable cristalización comunicativa en los cuatro actos en los que está dividida y que, respetando las exigencias de espacio, tiempo y acción, hacen trastabillar el molde secular llevándolo por momentos al borde mismo de lo comunicable en tanto travesía que nos transporta extramuros (para usar una imagen cara a Enrique Verástegui, poeta también admirado por Ildefonso) en lo decible. Y es que como el mismo autor lo ha afirmado en la entrevista publicada en el número 1 del periódico de poesía Odumodneurtse "me interesa desarrollar una obra al margen de los convencionalismos editoriales".

El elemento de la marginalidad, tan mencionado al momento de hablar de la obra de Ildefonso, no ha sido precisado con claridad aún. Por nuestra parte creemos que debe ser entendido no como una cuestión de tópicos, temas o menciones de creadores signados por Baudelaire, Rimbaud, Bukowski, Mishima, tan de uso común en muchos jóvenes narradores, sino como una cuestión relacionada a la complejidad vital. Tengamos en cuenta el vivir en el Perú (en Apolo) y el haber vivido en El Paso, en Estados Unidos, ha convertido a Ildefonso en un hombre de "dos mundos" (con dos cosmovisiones que representan dos modos de vida) que padece una "doble marginalidad" al no sentirse integrado (entiéndase asimilado, aculturado, del mismo modo que Arguedas o el mismo Humareda) cabalmente ni en un mundo ni en el otro. Ello no nos permite afirmar que la marginalidad en el caso de su protagonista Dante en Hotel Lima esté, como lo ha señalado Fernando Carrasco Nuñez, en "una intención de evadir la realidad inmediata que lo circunda y agobia", más que una actitud evasiva encontramos en la marginalidad una actitud de confrontación, pero no beligerante ni belicosa, ni mucho menos pesimista. La mirada es optimista y cargada de humor, lejos de la solemnidad y suntuosidad de una parábola moral. Así entendemos en Hotel Lima sus referentes y, en la obra total del autor, la irrupción del elemento paródico, carnavalesco, grotesco y a veces exuberantemente cómico de la cultura popular como una cultura viva y de gran potencial creador. Por eso en Hotel Lima se cuestionan las normas del sistema porque plantean un ideal que, al chocar con la realidad nada paradisíaca (al borde de "guerras" pavorosas), genera en muchos casos una idealización nostálgica, pero que en el caso de Ildefonso no se queda en ella, se alimenta de ella para trazar búsquedas alternativas con un denominador común: el culto al arte, en una especie de ética "heroica" que nos recuerda a Joyce, Hemingway, Martín Adán, Vallejo, Gamaliel Churata, Arguedas, Vargas Llosa, Reynoso y Miguel Gutiérrez, en el plano de la narrativa. Ildefonso se sitúa en la conflictiva intersección de dos sistemas socioculturales (como Vallejo, como Arguedas, como Gutiérrez o recientemente el joven escritor Daniel Alarcón) intentando un diálogo vivificante, muchas veces, polémico en su forma, en su estructura general y en su significación. Si algo caracteriza fuertemente a Hotel Lima es la insistente referencia al sentido de la acción de los personajes. Esta característica se explica por el abandono de una perspectiva épica clásica, en la cual los héroes importan fundamentalmente como alegorías, encarnando significados que van más allá de sí mismos (nótese que el auge de la épica se da en sociedades donde actúa con fuerza la tradición oral y no existe una vida urbana significativa). En la Hotel Lima, en cambio, tiene características y vivencias personales que son proyección individual -toda la gama entre la adhesión y el disenso- del ámbito social. Por ello, en la novela de Ildefonso encontramos una galería con una gran diversidad de personajes que cuentan precisamente como personas, en su radical singularidad.

Otro signo aparente de la marginalidad, ya no en el terreno mismo de la prosa ildefonsiana, sino en la actitud de su autor podemos rastrearla en el escamoteo y retardo para divulgar escalonada y fragmentariamente sus escritos. Recordemos que algunos episodios de Hotel Lima fueron divulgados primero como relatos autónomos (logrando reconocimiento en diversos certámenes). Ildefonso consigue la unidad en la diversidad, que era uno de los requisitos más difícil de conseguir en una narración extensa. Pero no es ese, a nuestro juicio, lo central del proyecto creador de Ildefonso y de Hotel Lima, para nosotros lo fundamental subyace en la expresión de una búsqueda no solo artística, pero sí, en lo esencial, liberadora.

La singularidad de Hotel Lima de Ildefonso abarca otro factor: gran parte de los escritores de su generación se inclina por la narración fantástica y el juego de la metaliteratura (es decir, la literatura que habla de literatura, poniendo en el primer plano cuestiones de lenguaje, construcción de la ficción, etc.), endeudada con Borges, Cortázar, La casa de cartón de Adán, incluso, ya más cerca, La disciplina de la vanidad de Iván Thays. En cambio, Ildefonso se nutre de la narrativa realista; no el ramplón realismo social, sino la gran tradición del realismo cuestionador, complejo y totalizante de Ribeyro y los ya mencionados Arguedas, Vargas Llosa, Reynoso y Gutiérrez capaz de mostrar personajes, situaciones y perspectivas muy diversas mediante una variedad de recursos de la narrativa actual (al narrador omnisciente sucede la multiplicación de perspectivas e instancias discursivas y la visión fragmentada, fugaz; a la trama lineal o progresiva, un montaje de tiempos y perspectivas más sugestivo de las secuencias que imita el flujo espontáneo de la conciencia; a la "historia" o al argumento, unos cortes instantáneos de apariencia arbitraria). Ildefonso es de los escritores que a la palabra le conceden una arquitectura que busca sostenerla en el espacio. El ritmo está claramente marcado, acentuando la espacialización que le otorga.

Pero con Hotel Lima no estamos solo ante una propuesta estética sino, como ocurre con los grandes creadores, ante una propuesta ética que nos ofrece una novela de su existencia en trance de creación pura, absoluta, espuma (empleamos la imagen del anti-soneto "Intensidad y altura" de Vallejo) agónica que es a su vez el anuncio y confirmación de nuevas búsquedas.


Búsqueda liberadora desde lo vivido

Ildefonso suele ser presentado en muchas interpretaciones desde un ángulo: autor de la "marginalidad" (la cultura occidental nace al Este del Mar Mediterráneo, en tierra bíblica y helénica; y muere al Oeste, más allá de las "columnas de Hércules", en tierras transoceánicas, en urbes como Lima), de una época de crisis y de ruptura con el pasado, a la intemperie, corroída por la duda y el escepticismo; de una nueva versión pesimista de la existencia humana (Flaubert dio la suya en el siglo XIX, Joyce la del siglo XX, en el ámbito nacional mencionaríamos a Palma para el siglo XIX y Ribeyro para el siglo XX), etc. En esa línea, ha tenido mucha difusión la caracterización de Hotel Lima como una obra "marginal", propia de una época agotada, ya sin grandeza para vivir o revivir los mitos fundacionales de su cultura. Los valores circularían caricaturizados o negados; por ejemplo, las musas de Dante (el Telémaco en pos de Ulises, el Dante, el Stephen Dédalus en pos de la paternidad de Leopold Bloom, del Hotel Lima y la Lima ildefonsianos) serían lo contrario de la Penélope homérica, de la Beatrice de la Comedia dantiana, entregadas al placer y a la "deshonra" del oikos conyugal (matrimonio, y hogar). Sus musas están más cercanas a Catita, a Molly Bloom, pertenecen a la estirpe de Anna Livia Plurabelle, de la Maga.

Sin embargo, esta lectura nos parece inadecuada; invitamos a leer Hotel Lima de Ildefonso desde un ángulo positivo, como una gran búsqueda de la liberación del ser humano apresado en el laberinto del contrato social reinante (ya Ágreda ha identificado al Hotel Lima como "una especie de laberinto en cuyo centro se encuentra, en lugar del mítico Minotauro, Humareda y su universo artístico", Carrasco Núñez lo ha identificado como "símbolo de soledad, desarraigo, desorden, pobreza, clandestinidad, connotaciones contrarias a todo lo establecido por el sistema oficial [...] una metáfora de toda la ciudad", el propio Ildefonso ha dicho que el título de su novela "Refleja ese estado de tránsito perpetuo del artista incomprendido por la sociedad") y de los prejuicios heredados del pasado. En esa senda Hotel Lima es un extraordinario complemento de su búsqueda poética. Desde esta perspectiva "El vestido de la mujer transparente" inserto dentro del "Cuarto Acto" de Hotel Lima es un auténtico "manifiesto de Independencia" de su protagonista y del ser humano que se lanza a la búsqueda liberadora de lo nuevo y lo desconocido a modo de hazaña, magníficamente cerrado con el contemplativo "TRAGEDIA EN UN SOLO ACTO: EL ASCENSOR" de Víctor Humareda, todo un arte poética, que cierra y abre un ciclo de la búsqueda. Búsqueda que, aún, no alcanza a encontrar el modo de apresar ni la realidad ni la belleza plenamente, entregándonos "vestigios" de esa búsqueda que subraya una travesía a la sombra del Maestro quien "no puede tocar" solo "mirar" su ideal pleno en un estadio contemplativo en aroma de poesía que no dice nada.

La rica simbología de sus personajes está desplegada ampliamente en esta novela. "Así se explica que todos los personajes de Hotel Lima, incluso los más vulgares, lleven nombres literarios (Beatriz, Dafne, Silvia, Laura)", ha apuntado Ágreda; y también las menciones e interacciones con escritores como José Carlos Mariátegui, César Vallejo, Martín Adán, Gamaliel Churata, Oquendo de Amat, José María Arguedas, Manuel Scorza, Luis Hernández, Javier Heraud, Juan Ojeda, Carlos Oliva y Juan Vega, pero también Li Po, Dante, Shelley, Goethe, Beckett, Kafka, Joyce, Borges. Porque la experiencia no es "libresca", es una vivencia, los autores y escritores no insuflan su don en sesiones académicas literaturosas, sino en la vida misma para retratar la complejidad de la experiencia que no oculta las fibras más nobles y tiernas, con sus luces y sombras, así como para trazar conexiones entre las peripecias de sus protagonistas. Además la textura simbólica de su protagonista se encuentra acentuada por el hecho de que su nombre desata hondas connotaciones culturales, a tal punto que el mito central al que remite -el de la Divina Comedia- está incorporado como si fuera su nombre: Dante.

Hotel Lima deja de considerar la novela como un territorio cerrado donde reina un lenguaje propiamente "novelesco", para abrirla ampliamente a todos los discursos que surgen dentro de la literatura y la sociedad: orales y escritos, populares y cultos, antiguos y modernos, artísticos, periodísticos, técnicos y publicitarios, colectivos e individuales.

Ildefonso en nuestra opinión se ha propuesto hacer de Hotel Lima un objeto dirimente y apelativo, capaz no solo de dar cuenta de la crisis de un mundo (el de fines del siglo XX al modo como Vallejo lo hiciera con el de la Guerra Civil, o el apocalipsis modernizador en el caso de Arguedas) sino de revertir los términos de la crisis en la alegoría realizadora de la novela. Su irreverencia evidente, su mirada escéptica no es ya capaz sino de herejía, una herejía que no se ocupa de factores políticos, declarativos, que en el fondo deciden su búsqueda. Hotel Lima no habría sido posible antes, hoy que muchas propuestas no pasan de expresar un deliberado desencanto, un profesional escepticismo y un correcto desgarramiento. Ildefonso nos expresa una mirada insatisfecha que renace en cada búsqueda.

Terminemos estas consideraciones poniendo de relieve la naturaleza singular de Hotel Lima, la novela más ambiciosa y peregrina de la prosa peruana reciente en lo que va la nueva centuria. En sus episodios, la escritura de Ildefonso se asume como refugio y espacio cuestionador de la hegemonía socio-cultural, de modo que su propio desempeño busca negar la jerarquía de la dominación, constituyéndose en un mecanismo interno de resistencia y liberación. Hotel Lima consolida notablemente el proyecto creador de Miguel Ildefonso, una de las voces más vigorosas e intensas de la literatura peruana contemporánea, que merece estar entre los mejores escritores peruanos que nos sumergen adentro, bien adentro de la conciencia múltiple de nuestra experiencia vital como una odisea, como una travesía, una comedia humana, humanísima que vale la pena ser disfrutada a plenitud.


CODA

Citamos in extenso a Gabriel García Marquez: "Debo ser un lector muy ingenuo, porque nunca he pensado que los novelistas quieran decir más de lo que dicen. Cuando Franz Kafka dice que Gregorio Samsa despertó una mañana convertido en un gigantesco insecto, no me parece que sea el símbolo de nada y lo único que me ha intrigado es siempre qué clase de animal pudo haber sido. Creo que hubo en realidad un tiempo en que las alfombras volaban y había genios prisioneros dentro de las botellas. Creo que la burra de Ballam habló -como dice la Biblia- y lo único lamentable es que no se hubiera grabado su voz, y creo que Josué derribó murallas de Jericó con el poder de sus trompetas, y lo único lamentable es que nadie hubiera transcrito su música de demolición. Creo, en fin, que el licenciado Vidriera - de Cervantes- era en realidad de vidrio, como él lo creía en su locura, y creo que de veras en la jubilosa verdad de que Gargantúa se orinaba a torrentes sobre las catedrales de París. Más aún: creo que otros prodigios similares siguen ocurriendo, y que si no los vemos es en gran parte porque nos lo impide el racionalismo oscurantista que nos inculcaron los malos profesores de literatura" y algunas aproximaciones críticas añadiríamos nosotros, y es que antes García Márquez había señalado, en el mismo texto, una justificada crítica ante "la manía interpretativa [que] termina por ser a la larga una nueva forma de ficción que a veces encalla en el disparate". Esto hace que, a veces, sea más difícil leer la crítica que las obras mismas, una especie de "críptica" literaria que además, en los estudios críticos de los últimos años, evidencia la ausencia de un dominio hondo de la problemática que supone diferenciar entre crítica interna y externa, estudiar la ideología de un mensaje estético y establecer la especificidad de un enfoque sociológico de la literatura. En esa línea, entendemos la declaración de Miguel Ildefonso (él mismo dueño de un agudo discurso crítico plasmado en sus ensayos) en la entrevista hecha por Maribel de Paz: "Este es el libro más arriesgado que he escrito y puede ser un reto para un crítico", pero precisa "De repente, un lector simple se puede dejar llevar sin prejuicios, más que un crítico que obedece, muchas veces, a intereses del momento". Nuestra intención en esta aproximación a Hotel Lima no es otra que favorecer su lectura cabal, honda y completa, tanto del lector promedio como del especializado, si al final lo hemos conseguido nos daremos por satisfechos; sean los lectores de la gran novela de Ildefonso los que juzguen, alea jacta est.

Independencia, diciembre de 2006 y febrero de 2007



Referencias

- ÁGREDA, Javier. "Miguel Ildefonso en el Hotel Lima". Diario La República. Martes, 12 de diciembre de 2006

- CARRASCO NÚÑEZ, Fernando. "El discurso marginal en Hotel Lima de Miguel Ildefonso". Texto publicado en la página www.letras.s5.com Con el siguiente enlace: http://www.letras.s5.com/mi300107.htm

- COAGUILA, Jorge. "Un escritor marginal. La novela de Miguel Ildefonso". Suplemento El Dominical del diario El Comercio. Domingo, 4 de febrero de 2007

- CORAL, Víctor. "Libro y novela". Publicado en el blog Luz de limbo, el miércoles 7 de febrero de 2007:
http://luzdelimbo.blogspot.com/2007/02/libro-y-novela-un-novelista-tiene-que.html

- GARCÍA MÀRQUEZ, Gabriel. "La poesía, al alcance de los niños". En: Notas de prensa 1980-1984, Grupo Editorial Norma, Bogotá, 199.

- GONZÁLEZ VIGIL, Ricardo. "Se habla inglés peruanizado". Letra Viva, En: El Comercio, jueves, 27 de julio de 2006

- ILDEFONSO, Miguel. "Historia personal del 90 (Grupos poéticos de Lima en la década del noventa)". Tomado de Mundo alterno, con el siguiente enlace:
http://mundoalterno.com/decimas/ncolaboracion/miguel_ildefonso3.htm

- MANGUEL, Alberto, "Frankenstein, el monstruo". Suplemento Cultura del diario La Nación, Buenos Aires, domingo, 28 de enero de 2007

- NEIRA, Hugo. "Humareda. Del arte para ser feliz, en Lima". Diario La República, martes, 19 de diciembre de 2006.

- REYNOSO, Oswaldo. "Estos jóvenes están preparando el camino para una gran novela". Entrevista de Luis Fernando Chueca. En: Flecha en el azul, N° 10, 1999

- RODRIGUEZ ULLOA, Claudia. "De telos y literatura". Diario Correo, domingo 10 de diciembre de 2006

- VILLAR; Alfredo. "La generación del miedo". Artículo inédito cedido por el autor.


Entrevistas y reportajes a Miguel Ildefonso

Aquí solo consignamos aquí los títulos que nos han sido de mayor utilidad y/o que abordan los temas señalados en esta aproximación.

- CARLÍN, Ernesto. "Humareda como inspiración en libro de Miguel Ildefonso". Reportaje a Miguel Ildefonso. Diario Oficial El Peruano, jueves, 23 de noviembre de 2006.

- DE PAZ, Maribel. "Inquilino Literario". Entrevista con Miguel Ildefonso. Revista Caretas Edición Nº 1953 del jueves, 30 de noviembre de 2006.

- IZQUIERDO Q., Francisco. "Si mi nombre sale en algún medio que sea por lo que escribo". Entrevista con Miguel Ildefonso. Diario La Primera, domingo 10 de diciembre de 2006.

- Odumodneurtse, "Lo inacabado es coherencia". Entrevista con Miguel Ildefonso.- En: Odumodneurtse. Periódico de poesía, número 1, septiembre de 2003.

- RUIZ-ORTEGA, Gabriel. "Sólo quiero que empiece otra vez la fiesta". Entrevista con Miguel Ildefonso tomada del blog La Fortaleza de la soledad con el siguiente enlace: http://la-fortaleza-de-la-soledad.blogspot.com/2006/07/slo-quiero-que-empiece-otra-vez-la.html

- SAENZ, Carlos. "La poesía es el vehículo con que me conecto con el mundo" Entrevista con Miguel Ildefonso aparecida en Xcribas. Portal cultural con el siguiente enlace: http://www.xcrivas.com/?cat=10a&sid=308

- TORRES, Niltón. "El Perú es marginal". Entrevista a Miguel Ildefonso publicada en el suplemento Domingo del diario La República el 31 de diciembre de 2006.

- TRIVELLI, Carlo. "Sigo a Humareda desde mis inicios como creador". Reportaje a Miguel Ildefonso. Diario El Comercio, domingo 10 de diciembre de 2006.