sábado, 11 de septiembre de 2010

Literatura, interculturalidad y democracia en el Perú contemporáneo. Entrevista a Ulises Juan Zevallos-Aguilar.

Ulises Juan Zevallos Aguilar


Escribe: Juan Gensollen Sorados*


Los temas de las preguntas han sido trabajados o aludidos por el entrevistado en su libro Las provincias contraatacan. Regionalismo y anticentralismo en la literatura peruana del siglo XX (Ediciones del Vicerrectorado Académico UNMSM, 2009).



¿Cómo se expresa actualmente la situación de subalternidad de colectivos humanos de nuestro país?


La subalternidad se expresa en muchas maneras de exclusión que son justificadas por el racismo y el centralismo. La mayoría de ciudadanos peruanos, sobre todo los de provincias, no disfrutan de los derechos que les otorgan la constitución y las leyes. Los derechos de los subalternos son violados sistemáticamente cuando no reciben una adecuada educación, no tienen un sistema de salud, vivienda, trabajo y su cultura es transformada en desigualdad de condiciones. En la concesión y privatización del bosque amazónico, por ejemplo, se ha visto de manera muy clara el incumplimiento de leyes peruanas y la violación de tratados internacionales. El gobierno ha hecho muy poco en hacer cumplir el marco legal existente. No ha considerado los efectos de estas acciones en las poblaciones locales.


¿Usted cree que las políticas de los últimos gobiernos han favorecido eficazmente la inclusión social?


No. Nunca antes se ha visto una sociedad tan polarizada y violenta con poquísimos multimillonarios y una inmensidad de gente miserable. Los sociólogos se han visto en la necesidad de crear una categoría adicional para clasificar a los superpobres de las sociedades neoliberales. Las políticas del goteo de gobiernos neoliberales fomentan la exclusión social. En los últimos años se han incrementado males peruanos endémicos. El racismo, el hambre, las epidemias, la pobreza, el analfabetismo, contaminación, corrupción y centralismo son problemas que siguen afectando a la mayoría de peruanos. Las únicas inclusiones exitosas se han dado en el contexto de la economía global. La población peruana es consumidora de productos importados de mala calidad que no cumplen estándares internacionales y es mano de obra barata en las actividades extractivas para la exportación (agricultura y minería) de corporaciones extranjeras.


¿Cuál cree que es el mayor obstáculo para emprender un verdadero proyecto de modernización por parte de los agentes del Estado-nación?


Los obstáculos son muchos. Un buen comienzo de solución de los problemas es que los gobiernos reconozcan que todos los ciudadanos peruanos son o forman parte del Estado-nación. Como tal su obligación es gobernar para todos y no para ellos mismos o los grupos de poder de siempre. Gobernar en una democracia moderna no es obtener un turno para enriquecerse como viene ocurriendo, sino crear el bien común para todos. Se debe construir país con nuestros impuestos solucionando problemas de transporte, vivienda, salud, educación, etc.


Respecto de nuestra diversidad cultural e idiomática, ¿cuál es su concepto de la noción de interculturalidad, y si dicha categoría resulta útil en el contexto peruano, toda vez que acá su uso está más ligado a la preservación que al diálogo, sobre todo cuando las minorías legitiman la marginación a través de la vergüenza étnica y la vergüenza lingüística?


El prefijo inter significa “entre varios”. Gracias a la teoría del relativismo cultural, la raíz culturalidad del término se refiere a la coexistencia de varias culturas diferentes pero iguales en un espacio y tiempo dados. Entonces interculturalidad, literalmente, significa diálogo, interacción horizontal entre seres humanos diferentes pero iguales. Lamentablemente se ha adoptado la política multicultural neoliberal que se fija más en la preservación de la diversidad cultural y el término interculturalidad ha sido apropiado por funcionarios de gobierno y ONGs para justificar políticas culturales que benefician, en primer término, a sus promotores y no se le aplica en su debida dimensión.
La interculturalidad no pasará de ser una bonita palabra de moda si no se toma conciencia de que en el Perú existe la heterogeneidad cultural y su territorio acoge a seres humanos diferentes, pero, como ciudadanos, tienen los mismos derechos y obligaciones en la república. En otros términos, los programas interculturales deberían fomentar el respeto a la diferencia y la autoestima de todos los peruanos. Luego de tomar conciencia de estos dos principios básicos recién se puede establecer un diálogo y una interacción horizontal. El respeto a la diferencia y el desarrollo de la autoestima deben ser los objetivos de los currículos en todo el sistema educativo y deben ser difundidos por los medios masivos para que todos tomen conciencia de ellos. Solo así se eliminarán las vergüenzas étnica y lingüística que afectan a muchos compatriotas. Los beneficiarios de programas de educación intercultural bilingüe no deben ser únicamente los quechuas, aymaras y ashaninkas. La población urbana monolingüe en castellano también debe recibir una educación intercultural. Tiene que aprender las lenguas y las culturas de sus compatriotas. Esta es la interculturalidad que se debería promover. Se le conoce como “interculturalidad de ida y vuelta”. Su implementación ha dado extraordinarios resultados en otros países donde se ha fortalecido una democracia igualitaria.


Los jóvenes actualmente no muestran tanto interés ni por la política ni por los problemas sociales, en contraste con el espíritu de “compromiso” de las generaciones anteriores. ¿Cuál es su apreciación sobre este punto?


Los medios masivos, que han dejado de cumplir su función de cuarto poder, en cuanto fiscalizar al Estado y a los grupos de poder, crean esa imagen con la manipulación de la información. Afortunadamente, existen grupos de jóvenes activistas que están comprometidos en luchar contra el racismo, la corrupción, la destrucción del medio ambiente y a favor de los derechos indígenas. Recordemos que grupos de jóvenes universitarios contribuyeron al desmoronamiento de la dictadura de Alberto Fujimori con sus protestas y marchas.
Sin embargo, hay que reconocer que la mayoría de las últimas generaciones son más apáticas y autodestructivas. Esto es resultado de la imposición del modelo neoliberal, de 1975 al presente, que ha desmantelado una reforma educativa que promovía el pensamiento crítico. Si bien es cierto que la mayoría de los jóvenes tienen como valores “el todo vale” y “el sálvese quien pueda” y despliegan una actitud consumista como ejercicio de la libertad, no hay que preocuparse demasiado. La mayoría de jóvenes siempre ha sido conformista en todas las épocas. Cualquier movimiento de cambio social lo inicia una minoría de jóvenes. Esta es la historia de la humanidad.


¿Cuál considera que es el papel que cumple o debería cumplir la enseñanza de la literatura en la educación básica (escolar)?


La enseñanza de la literatura ha estado ligada a proporcionar estrategias de lectura a los estudiantes desde el primer grado en la escuela primaria. Las políticas educativas neoliberales han disminuido al mínimo su presencia en los currículos escolares precisamente porque se dieron cuenta de su carácter subversivo. Las estrategias de lectura en el fondo te enseñan a pensar y relativizar la autoridad de los grupos de poder. Que un escolar se dé cuenta de que un texto literario tiene muchos sentidos y, en consecuencia, muchas interpretaciones es fundamental para el desarrollo de un pensamiento crítico. Así se eliminan las interpretaciones únicas y absolutas de los textos, se identifican retóricas y falacias de los discursos de los medios masivos y se estimula la crítica y autocrítica. Una verdadera democracia funciona con electores educados que conocen sus derechos y la dinámica de la sociedad.

¿Cuál es el papel de las humanidades actualmente en un mundo que tiende cada vez más a marginar los estudios de letras y ciencias sociales y relegarlos al espacio académico?


Como contesté en la anterior pregunta, su papel es desarrollar un pensamiento crítico. Enseñan a pensar y cuestionar todo lo existente. A trazos gruesos, las humanidades y ciencias sociales te enseñan a pensar, desarrollan la imaginación sobre la existencia de mundos posibles, investigan el pasado para no repetir los mismos errores de nuestros antepasados y te hacen conocer la realidad presente. Por eso, los gobiernos autoritarios (dictaduras o democracias) lo primero que hacen es cerrar o reducir al mínimo las facultades de humanidades y ciencias sociales porque allí siempre se han refugiado los libre pensadores, los rebeldes, los antisistema.

Respecto de la construcción del canon literario, ¿cuál es el lugar que le corresponde a la literatura popular, que no se define ni a partir de la escritura ni del canon?


Ahora que se busca la interculturalidad su lugar es formar parte del canon. La oralidad en lenguas amerindias y castellano coloquial, las literaturas indígenas y populares deben ser integradas al canon. Pero, hay que conocer y apreciarlas en su especificidad lingüística y social. Su conocimiento requiere el aprendizaje y el respeto de otras lenguas, las culturas y sociedades en las que inscriben. En este proceso, se reconocerá su relación estrecha con literaturas cultas en castellano, la lengua dominante. Las obras literarias canónicas más memorables, como las de José María Arguedas, César Vallejo, Óscar Colchado, Juan Ramírez Ruíz, Alfredo Bryce Echenique, se han nutrido de las tradiciones y culturas orales.

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* Periodista de UNMSM.
Publicado en Sieteculebras. Revista Andina de Cultura nro. 28, Director: Mario Guevara Paredes.(2010), pp. 60-62. Cusco - Perú.

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