Javier Núñez
Laberinto
S/. 25.00
120 pág.
El nuevo libro del joven narrador, Javier Núñez, LABERINTO,
«Un gran thriller, una novela que todo el mundo esperaba desde “Salomé”,
“Asesinas” y “Vírgenes y herejes” (I Concurso Nacional de Novela Corta
"Premio Ciudad Incontrastable” – 2011, Huancayo). Una novela recreada
desde la realidad a la ficción (el sonado caso del estudiante Ciro Castillo –
Rojo, perdido en el cañón del Colca – Arequipa, hace más de dos años junto a su
enamorada Rosario Ponce López)...
PRESENTACIÓN:
Este jueves 29 de agosto,
Hrs. 18:30 p.m.
CASA DE LA CULTURA - Puno.
(Jr. Lima 3er. piso).
El autor
Javier Núñez, nació en Ayaviri, Puno – Perú. Aunque había descubierto su vocación literaria antes de los diez años y escrito sus primeros relatos, desde el 2004 se dedicó a la literatura con bastante pasión y disciplina. Fue director y editor de los boletines literarios: Letrajoven (2004 - 2005) y Gatos y garabatos (2006 - 2007). Publicó Espejos de bronce (Letrajoven Ediciones, 2005), Salomé y otros cuentos (Grupo Editorial Hijos de la Lluvia, 2009), Asesinas (Grupo Editorial Hijos de la Lluvia, 2010) y Vírgenes y herejes (Bisagra Editores, 2011). En el 2008 fue Primera Mención Honrosa con el cuento Clara Luz en el V Premio Regional de Cultura, auspiciado por el I.N.C. de Cusco. En el 2009 fue Segunda Mención Honrosa con el cuento El profesor Arias en el Premio Nacional “Víctor Humareda Gallegos”. En el 2011 obtuvo el I Premio Nacional de Novela “Ciudad Incontrastable”, con Vírgenes y herejes. Actualmente es director de la revista de literatura Debonsái.
Estudio Lengua y Literatura (UNA-Puno), maestría en Lingüística Aplicada (UNSA-Arequipa), y cursa estudios en Ciencias Contables (UNA-Puno). Sus líneas de investigación son: Análisis del Discurso, Pragmática y Teoría literaria.
La obra
Una novela recreada desde
la realidad a la ficción (el sonado caso Ciro Castillo y Rosario Ponce)... El
nuevo libro del joven narrador.
¿Quién mato a Gabriel del Villar?
En esta novela se rastrean los pasos de un posible asesino.
Y al final todos resultan ser asesinos. Incluso el propio
autor…
Javier Núñez -autor de Vírgenes
y Herejes (Premio Nacional de Novela “Ciudad incontrastable”- 2011)- narra
una historia hipnótica y alucinante desde la primera página hasta la última, a
partir de un hecho conmovedor: la desaparición del joven universitario Gabriel
del Villar en el valle del Colca.
En Laberinto se entrecruzan
dos historias paralelas: Gabriel desaparece misteriosamente y se llega a la
conclusión de que se trata de un crimen. Su hermano Erick emprende la venganza,
amenaza con matar a Débora Hernández, novia de Gabriel, la única sospechosa,
hasta el momento; logra conversar con el fantasma de la víctima a través de
varios médiums y conoce las versiones más sorprendentes sobre el supuesto
asesinato. Por otro lado Christopher de la Riva se propone escribir una novela
basada en la vida de Gabriel por sugerencias de su amigo Américo del Valle.
¿Qué papel juega e todo esto Américo?,
¿ocultará algo detrás de su vocación literaria? Christopher viaja a Lima,
Arequipa y Chivay en busca de datos para su novela. En Cusco es secuestrado y
amenazado por escribir dicho libro, y conoce un dato clave que puede llegar a
identificar al asesino.
Una novela sobre el laberinto, la encrucijada,
los caminos que se entrecruzan en nuestras vidas, y sobre nuestros pasos que se
pierden para llevarnos a la muerte.
Se dice de Javier Núñez:
Salomé y otros cuentos, de Javier Núñez (Premio Nacional de Novela Ciudad Incontrastable-2011 con Vírgenes y herejes), explora las partes oscuras del ser humano referidas al amor, sexo, infidelidad, venganza y demás fantasías hedonistas: crímenes en plena relación íntima, las chiclayanas despampanantes que emboban a los chicos, las mujeres que utilizan sus encantos para seducir, secuestros por venganza, orgías insólitas en los bares, infidelidades de los novios en plena boda, diablesas ebrias en los hoteles, las infidelidades pagadas con la misma moneda y otras historias relacionadas con la juventud actual.
La novela nos llamó mucho la atención por su originalidad, por su estructura y su modernidad. Cuando se publique, en noviembre por Bisagra editores, va a sorprender. Javier Núñez promete como narrador. Su forma de abordar la realidad es muy novedosa dentro de lo que es la narrativa andina actual. Considero representa un nuevo aire en la novela que se escribe en el mundo andino, y que representa los cambios en el imaginario literario de esa parte de nuestro país. Esta es una novela muy original, técnicamente lograda, muy imaginativa.
Carlos Calderón Fajardo
(Jurado del Concurso de Novela Ciudad Incontrastable-2011)
Núñez, renuncia al papel de testigo y asume el de cómplice, para recrear con fidelidad las atmósferas de la vida y la muerte, explorando regiones ignotas. En Laberinto, Núñez nos muestra que la realidad es imperfecta porque estorba la ficción para convertirla en una probable extravagancia, hacer verosímil la realidad a la ficción – y a esta le gusta seducir- se preocupa por ser y todavía más: parecer perfectamente verosímil.
Walter L. Bedregal Paz
Cuando leemos o hacemos literatura existe una invisible línea que nos separa de la realidad y la ficción, probablemente este límite desaparece en quien se dedica a recrear historias, los distraídos amantes de las artes y las letras, Javier afirma “Yo no distingo muy bien lo que es realidad y ficción, no sé si estoy viviendo en la realidad o simplemente es una ficción la vida que vivo”.
Marcos Vilca Jiménez
En este libro, Asesinas, Javier Núñez se muestra como un escritor que domina la estructura del cuento y los diversos recursos modernos de la narrativa. Lo acosan, de modo obsesivo, temas de encuentros y frustraciones sexuales y asesinatos, en cuya atmósfera saturada “en grado extremo”, desfilan personajes enajenados, lujuriosos y desquiciados. El humor y el erotismo son las notas más saltantes que caracterizan la prosa de este joven escritor que, con trabajo y estudio permanente, viene ganando espacio en la narrativa regional.
Feliciano Padilla
El sexo es la llave perfecta para perderse en el laberinto de la vida. Esto se produce porque el mundo que nos presenta el escritor se caracteriza por su caos, cinismo y desintegración que afianza la incredulidad de los personajes y pérdida del sentido de la vida. En este mundo, la experiencia carnal constituye una tabla de salvación para seguir buscando el horizonte de la vida.
Bladimiro Centeno
Las crónicas policiales se llenan a diario de suicidios y asesinatos por amor. Los amores infieles matan. Pero el ser humano terco sigue en ese camino peligroso, jugándose la vida, robando amores ajenos, hasta ser descubiertos por los agraviados(as). Entonces se viene la tragedia. Bala. Cuchillo. Horca. Veneno. Muerte. Al día siguiente, en otro hotel se juegan la vida dos seres humanos. Pero mientras dura ese acto peligroso, seguramente son felices en ese pequeño espacio aislado del mundo, lejos de los dedos acusadores, aunque la muerte los espere tranquilamente relamiéndose los labios, sabiendo que tarde o temprano ha de cosechar almas pecadoras.
Niko Velita Palacín
Bienvenido sea cualquier pretexto novelístico si sirve para que los lectores jóvenes descubran a Javier Núñez en una aventura maniatada de ilusiones, mentiras, desengaños y traiciones. LABERINTO, nos enseña una vez más que la realidad supera la ficción.
Carlos Mendoza
Los cuentos homicidas de Javier Núñez
Walter L. Bedregal Paz
La colección de narrativa breve SERIE PRESAGIO incluye un nuevo libro a su catálogo que ya cuenta con 8 títulos. Con entusiasmo, la crítica y el público lector celebran la aparición de Asesinas, segundo libro de cuentos de Javier Núñez, publicado por el Grupo Editorial Hijos de la lluvia, Lima 2010. Este libro se presentará el día viernes 25 de febrero en la CASA DE LA CULTURA de la Municipalidad Provincial de Puno. El lector podrá sentirse bien servido, puesto que en el autor hay una inflexión progresiva, sus respectivos textos retoman, como suele decirse, una nueva mirada al cuento puneño, pero que influye lo que antes podía denominarse la preocupación formal e implica una verdadera reflexión, en el texto, ahora con la tendencia erótica más elaborada.
Los escritores puneños de la última generación, entre poetas y narradores, son proclives a este género –el erótico–, no es un misterio que la novela sigue ejerciendo el imperio, con los impactos que a veces produce y la mistificación respectiva a que arrastra. No quiero dar ejemplos, hacer citas, trozar el texto; quiero deslizarme a su alrededor para sugerir cómo se constituye mi propio espacio de lectura. Porque cuando acertamos con la voz del narrador la historia se cuenta sola. Hay un punto muy hermoso en el momento de la escritura, y es ese punto en el que parece que realmente el escritor desaparece de ahí. La voz del narrador está tan viva, cuenta tan suelta, ligada a saber qué lugar escondido de nuestra conciencia, que el autor desaparece completamente. Lo cual tiene que ver con el libro que Javier Núñez nos entrega ahora (y quién sabe qué relación tiene este tema con el otoño o el invierno, o simplemente para entendedores con la mujer, su sensualidad, el sexo y la muerte).
Asesinas, incluye ocho cuentos: El crimen, El tobogán, Una aventura con Christian Rivera, Los ojos de Cleopatra, Hotel El Búho, La asesina, Lagrimas para Ariadna, Sybil Vane, Stephanie, Líneas de sangre. Los críticos podrán ahora decir si se trata de cuentos vinculados al género del erotismo, podrán decir, asimismo, como nouvelles constituyen un acontecimiento –y que mejor en época de festividad en la ciudad lacustre de Puno (La fiesta de la Virgen de la Candelaria),– como ya se conocía la escritura del autor:
La conocí a las doce de la noche cuando terminaba la Parada Folklórica de Trajes de Luces. A esa hora, y en fiestas de esta índole, siempre hay diablesas ebrias para recogerlas. En ocasiones anteriores tuve la suerte de llevármelas al hotel. Por eso siempre recorro los sitios donde terminan los pasacalles en busca de bailarinas mareadas. A la semana siguiente pienso ir al Carnaval de Juliaca. Me han dicho que allá las danzarinas beben a jarras incalculables y terminan bailando marinera con sus ropas íntimas en las manos. [1]
Del narrador vamos a hablar siempre. El narrador es todo. Porque es el narrador el que cuenta las historias que escribimos. El autor cuenta la historia a través del narrador. Es su voz la que cuenta la historia. Y es su voz, no la del autor. Es importante que sea así, que tenga su propia vida separada de nosotros –y más unida a nuestras entrañas que a nuestro cerebro, a ser posible–. ¿Cómo encontramos, entonces, esa voz del narrador que nos lleve tan de la mano hasta cierto punto en el que parece que llega a desaparecer?:
Empecé con mi oficio de asesina a los 18 años, cuando Fernando Bueno me sacó la vuelta. Aún no olvido la noche del crimen, aunque ya pasaron cuatro años. Lo amaba con pasión desenfrenada; fue el amor de mi vida. Pero este maldito me falló, me pagó mal… Tuve que matarlo, no me quedaba otra opción… La noche que debuté de asesina, naturalmente, era novata en estas cuestiones… Por poco se me fue de las manos; a duras penas logré acabar con él. [2]
Bueno, en primer lugar (o en segundo lugar, lo mismo da en este caso) tenemos que tener claro desde un punto de vista general cómo funcionan los distintos tipos de narradores y para qué sirven. Esto es algo que realmente ya sabemos de manera instintiva porque venimos escuchando historias desde que somos niños. ¿Quién de nosotros no ha contado lo que le ocurrió una vez que se fue a una excursión en bici y se encontró con…? Aunque no escribamos sí contamos historias. Así que viene bien ordenar un poco eso que sabemos y ponerle nombre.
Lo otro a tener en cuenta es que para encontrar la voz del narrador tenemos dos herramientas importantes a nuestro alcance. La primera es la intuición, y la segunda, es doble: la prueba y el error. La intuición es algo que se desarrolla, que se educa, porque tiene que ver con la sensibilidad y el criterio literario. Ahora nuestra intención puede no acertar mucho, bien, pero con el tiempo (y sobre todo con las lecturas) se acabará de afinar. Cuánto más intuición tengamos, más acertaremos con el narrador de una manera casi natural.
En la segunda herramienta, la de prueba y error, está gran parte del aprendizaje. Hay que probar las cosas para saber si funcionan, oírlas en voz alta, escuchar cómo suenan. ¡Sobre todo tratándose, en este caso, de una voz! Nada como probar un narrador, o dos, o tres, para descartar el que menos sirva. Si no comparamos narradores es difícil, al principio, saber cuál nos sirve mejor para esa historia que tenemos en la cabeza.
Como suelen decir los maestros del arte de narrar: el narrador tiene ojos, además de voz. ¿Qué nos queda entonces después de escuchar la voz? Pues más claro imposible: la vista. Es decir, por un lado es importante fijarse cómo suena la voz que cuenta la historia, cómo es su tono de cálido, de frío o de seco, o de cariñoso, o de cómico… Todas las características que podemos sacar de la voz del narrador son abstractas, y por tanto conecta con la emoción, con el sentimiento. Y son, obviamente, bastante subjetivas. ¿Cómo es el tono de la voz, su volumen…? Acertar con el tono perfecto es como afinar un instrumento, las cuerdas no pueden estar ni muy sueltas ni muy tirantes, tienen que estar en su justa medida.
Por otro lado nos interesan los ojos del narrador porque es importante ver dónde se sitúa para contar la historia. Desde dónde, físicamente en el espacio, nos cuenta la historia. Ese lugar desde donde cuenta el narrador marcará, por tanto, la distancia a la que se encuentra de los personajes. No es lo mismo contar la historia de Juvenal, mirando a Juvenal desde sus botas de vaquero —como si tuviéramos la altura de un niño minúsculo, para el que todo el mundo que le rodea es enorme y casi deforme desde ahí abajo—, que contarla desde la planta décima de un edificio mientras Juvenal es una de las cientos de personas que en ese momento cruzan la avenida.
Entonces este aprendizaje de la escritura con criterios textuales los asume Javier Núñez en todas sus etapas; con el cómo y el dónde, y con nuestro narrador ya tenemos bastante camino andado. Quedaría el quién, que nos daría, claro, para otro tipo de clasificaciones (primera o segunda persona, o tercera del plural, o...), pero eso ya es otra historia. En consecuencia, Javier Núñez posee, como buen narrador, el espíritu adecuado para traducir la condición humana, con su voz y sus ojos afinados de hombre contemporáneo en el altiplano puneño, tenemos ya más que ventaja sobre la historia que narra. Estos nuevos cuentos de Núñez nos confirman otra vez el nivel escriturario que este joven narrador está desarrollando en el contexto de la narrativa puneña.
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[1] Salomé y otros cuentos. Grupo Editorial Hijos de la lluvia. Lima, 2009. Cuento Salomé
[2] Asesinas. Grupo Editorial Hijos de la lluvia. Lima, 2011. Cuento Stephanie.
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