Walter L. Bedregal Paz
Lo caracterizó el estilo del indigenismo y vanguardia establecido por el GRUPO ORKOPATA; el aporte del más grande intelectual del departamento de Puno, quien fustigó el centralismo y gamonalismo en su tiempo, defendiendo por convicción al indio, fortaleciendo el indigenismo como corriente renovadora; naciendo así el valor insigne de la literatura altiplánica.
De 1917 hasta 1920 publica en Puno las revistas: “
El Grupo Intelectual ORKOPATA, estuvo integrado por sus hermanos Alejandro Peralta (poeta), Antero Peralta (pintor), Emilio Armaza, Dante Nava, Aurelio Martínez, Eustaquio Rodríguez Aweranka, Benjamín Camacho, Inocencio Mamani, José Díaz Bedregal, Andrés Dávila, Víctor Cuentas, Enríque López y Daniel Arteta; toda la expresión artística fue básicamente planificada por Churata. Y es que este grupo tuvo su centro de estudios en el barrio alto de la ciudad de Puno llamado Mañazo, centralizado a la mitad de la urbe, recostado en el cerro tradicional “Huajsapata” bordeando la ciudad lacustre. Sus órganos de ejecución fueron; Compañía Teatral Orkopata (teatro), Sociedad Vernacular Orkopata (música) y el Grupo Intelectual Orkopata (literatura), bajo la tutela de Gamaliel Churata.
Cuando Mariátegui murió, Churata le dedicó toda la edición del Nº XXXIV del Boletín Titikaka. En la primera página aparece un artículo firmado por Vicente Mendoza Díaz: “Alrededor de José Carlos Mariátegui”, y en el centro de la portada está el retrato del gran Amauta, xilografía de Kunurana (seudónimo de Antero, hermano de Arturo y Alejandro). (1).
“… porque sólo se es “maestro” cuando se tiene discípulos generacionales”. (2). Se ha dicho mucho de la obra de Churata: “El Pez de Oro”, cuya primera edición se remite hacia el año 1957, publicado en
Sin embargo, y sin exagerar, su obra cumbre el “Pez de Oro”, lo acredita como el notable creador literario del indigenismo, en el periodo que dicha corriente centralizó la reflexión sobre la cultura, entre los años 1920 – 1935, porque no sólo su obra entreteje tres idiomas – quién sabe más de tres -, su ambición fue forjar una especie de Biblia, que fuera a la vez una enciclopedia de nuestro pasado, presente y futuro del hombre andino. Churata fue un autor de fuentes muy heterogéneas, destacando entre la tradición andina,
“Soñaba, y en el sueño sabía que soñaba. O lo que es lo
mismo: la conciencia se esforzaba por develar la
monstruosa creación del subconsciente, consciente de
que la irrealidad del sueño en mi realidad efectúa en un
punto en mí dado del espacio.
…después de este sueño, tengo que admitir que otra
naturaleza se había acoplado a la mía; y si a momentos
me transportaba a la sublimidad otra me convertía en
estropajos de la demencia”. (3).
Churata, es importante también por esa adhesión relativa, en lo concerniente a los grupos vanguardistas, el que mejor congenió con su opción creadora fue el surrealismo, mientras que para su hermano y otros integrantes del grupo ORKOPATA, les resultaba más estimulante otra forma de vanguardia.
Si bien es cierto, la obra de Churata es un conjunto de expresiones literarias en donde “…encontramos piezas breves, como el haylli, harawis, poemas líricos, trozos narrativos, capítulos de prosa poética, en donde campean mitos, leyendas, historias, mitologías del Kollao, y amén de pensamientos e ideas” (4) que reflejan una vanguardia andinista con motivos altiplánicos.
Este insigne alumno del gran maestro José Antonio Encinas Franco, realizó una titánica labor más allá de la razón y el ego individualista; hizo para Puno, Perú, Latinoamérica y el mundo, conocer su alto pensamiento. Gamaliel encontró una notable audiencia en lo que va más allá de su centenario de vida, porque el nacer hace de este hombre un representante en Hispanoamérica que desde su evolución esquemática de ser humano, de hombre de carne y hueso hasta en su alma; puede ser discutible tal afirmación, pero la evolución de la literatura en nuestro altiplano como comentario en este pequeño ensayo; de allí que considero necesario analizarlo críticamente, contraponiendo otro esquema evolutivo que trate de ver con más amplitud las plurales opciones que ha desarrollado Churata después del movimiento modernista. Luego de una obsesión evasiva y estética del modernismo, desembocó en el Regionalismo; nombre que encuadra diversas tendencias como “escritos de la tierra”, “escritos del indio”, “del negro”, “del cholo” – no sé todavía del desaparecido “escritos del campesino” del altiplano nuestro. El lector de la época que leía a Churata no comprobó los valores estéticos de su escritura, sólo exigió que ésta probara su existencia y su esencia americana, que exudara nuestras pampas.
Su libro, el “Pez de Oro” se agotó un día por repetición incesante, por ello los jóvenes narradores quedaron sin padre literario, pocos tuvieron acceso a aquella Biblia andina – como literalmente la conocieron -, al comprobar que Churata no podía compararse a los contemporáneos de Europa y América. Los jóvenes narradores descubrieron que Gamaliel escribía impulsado desde fuera del mundo, de allí que ellos asumen la tarea de escribir desde el interior de la consciencia, así que aquel hombre histórico vendría a ser sustituido por el hombre esencial, aspecto que le reconozco y le reconocen hoy al hombre de letras puneño, porque ya supero esa etapa regionalista; el lector se enfrenta con una gran variedad de autores, que constituyen “la nueva narrativa” del altiplano, entre los cuales se encuentran los que realmente hay que estudiarlos en un conjunto de ensayos críticos, elaborado sobre algunos narradores representativos del entorno de los nacidos a orillas del lago sagrado de los Incas.
Los autores, narradores estudiados serían: los integrantes del indigenismo del Grupo Orkopata, luego vendrían, Ernesto More, Lizandro Luna, Honorio Morales Arce, Vicente Achata Vargas, Mateo Jaika, Oscar Cano Tores, José Parada Manríque, José Luis Ayala, Luis Gallegos, Feliciano Padilla, Jorge Flórez Ayabar, Jovín Valdez Peñaranda, Vladimiro Centeno, Edgar Huamán Frisancho (+), Miguel Ángel Cáceres Calvo, Crhistian Reynoso Torres, Adrian Cáceres, Fidel Mendoza; compilación que de seguro será ardua elaborarla, pero la tarea está dada.
El esquema evolutivo propuesto, responde a una visión parcial del proceso de nuestra literatura, porque la consideración de indigenismo y regionalismo implica una revaloración de Gamaliel Churata de sus años en los que su Grupo Orkopata, consolidó ciertas estructuras, a partir de las cuales sus seguidores las han transformado de acuerdo al proceso histórico latinoamericano de las últimas décadas. A estos narradores regionalistas, auténticos rescatadores de las culturas regionales tradicionales de Latinoamérica, Ángel Rama los ha llamado los “narradores de la transculturación”.
Sé que solamente abordo una parte de la literatura puneña, es decir, la línea cosmopolita de su desarrollo, no es casual que afirme con este estudio introductorio que entre las “innovaciones” de la “nueva literatura” se encuentra: el rechazo a los maestros por parte de los nuevos narradores., la dicotomía campo-ciudad, el tratamiento audaz del lenguaje (que debe ser el centro de las preocupaciones de la crítica literaria), experimentación y búsqueda de nuevas formas narrativas, etc. Todas estas características tiene un signo inverso en la narrativa de los nuevos narradores regionalistas o de la transculturación: no hay un rechazo total a los maestros del regionalismo, pues ellos parten de estructuras consolidadas por éstos; y la dicotomía campo-ciudad sigue subsistiendo, obviamente en un contexto histórico distinto de los primeros cincuenta años del siglo pasado, entremezclada con otra dicotomía: la lucha entre la variedad de componentes culturales de las culturas tradicionales de Latinoamérica, que tratan de mantenerse, en oposición al carácter avasallador y homogenizante de la cultura modernizada que ha tenido un inusitado desarrollo en los últimos treinta años en las urbes latinoamericanas.
Luego de esta revaloración de los narradores regionalistas, es evidente que las características aludidas, respondan solamente a una vertiente de desarrollo de la literatura puneña, es decir, a su vertiente urbana cosmopolita. A pesar que de seguro encontraré para seguir compilando crítica, estudios acerca de algunos de los nuevos narradores regionalistas, ya que las dos opciones distintas y contrapuestas una a otra: la narrativa urbana cosmopolita y la narrativa neoregionalista o de trasculturación están sujetas a un solo proceso histórico que las ha dinamizado, y bajo la cual adquieren su sentido: el acentuado proceso de industrialización y urbanización de las ciudades latinoamericanas.
En esta reseña he querido resaltar, críticamente, las propuestas teóricas sobre la “nueva narrativa” puneña, más que hacer un mero comentario no solo al gran Gamaliel Churata y a los narradores que sugiero compilar para un estudio futuro, sobre los cuales basta decir que constituyen un conjunto de aproximaciones a la novelística y/o cuentística de algunos narradores representativos del altiplano peruano, que puede ser muy útil tanto para lectores iniciados como no iniciados en la lectura de la obra de este conjunto de escritores. Hay algunos de estos estudios que van más allá de una primera aproximación y proponen una interpretación coherente del mundo narrativo de algunos de estos escritores; sin negar la legitimidad e importancia que tienen los poetas que trato en el libro (5), creo que la inclusión de estudios sobre poesía puneña en esta oportunidad hubiera permitido una mejor adecuación al título que estoy maquiavelisando, pero es preferible no amalgamar a poetas y narradores, porque pueden alegar para censurarse que ellos no se parecen en nada, o para elogiarse declararían que nos confundimos con ellos.
Señalar algunas causas del éxito comercial y editorial del Grupo Orkopata, pude ser la apertura de editoriales y la concentración urbana que produjo consecuentemente el aumento de potenciales lectores y la reconquista del mercado latinoamericano, a todo esto se le puede agregar un fenómeno histórico-político que concitó la atención mundial:
Conozcamos al gran Gamaliel, a través de su vanguardia desarrollada entre la vertiente surrealista:
ELEGÍA PLEBEYA POR
Tuvo el lampo el brillo casto
sus ojos dulzuras
buena como flor que repta por los campos
saturaba de amor la candidez del aire.
Vino a ser panacea de almas,
sus sonrisas agua de cristal de alboradas;
tenían sus hijos la fuerza de la yerba
y, nobles como el Sol
como él se acostaron un día
entre el arrebol de fauce herida.
Despertó para mi espíritu
cuando el pleamar sonaba a la distancia
y a mi carne la tuvo aprisionada
para siempre con los cinco garfios
y las siete cañas musicales del cielo,
pero se durmió en el tiempo
ala de rosa y pétalo de nube.
Amorosamente desde el cerro
ve pasar el cortejo de qirqis
y el llanto de pinkullu se pone azúcar
en su mirada que tanto adormeció adornando.
Fue buena,
como es bueno el pan del pobre
y la hediondez sencilla de la cocina todos los
días.
Pero se fue, se fue
y el aire limpio para beberse,
la pampa alhajada de lágrimas
las canciones que escarban la tierra
Oro y esmeralda silvestre.
Nadie sabrá desde este día
su lindo olor de salvia.
para cantar más largo sus querencias
todas las flautas del Ande
se van con ella llorando.
Con una vocación constante de modernidad, la poesía en nuestro entorno se distancio aparentemente de lo político y lo purista, creando así los límites del vanguardismo, con todas las crisis surgidas y su subsiguiente derrota, este impulso contribuyo a fundar la poesía peruana contemporánea. “…José Carlos Mariátegui llamó la atención sobre lo que consideró la perdida de los valores alimentados por los principios de la clase burguesa, esta desvalorización marcó, a su juicio, el tono de esta literatura escéptica, mórbida, decadente. Ante esta situación la salida inmediata que encuentra el artista es expresar la descomposición de ese orbe”. (7).
Por diversos atajos, en medio del recuerdo, hemos estado en el altiplano y su historia literaria, la que nos legara Gamaliel Churata. El caso que nos han ayudado en este recorrido impide mayores generalizaciones, pero, hipotéticamente, me atrevería a lanzar las siguientes sospechas. Primero, en el nuevo horizonte mediático, la literatura: poesía y narrativa puneña juega un papel hasta insignificante, si se quiere, pero, al mismo tiempo, es condición de articulación entre los otros elementos en juego. Los versos de Churata: en el Pez de Oro: ejemplifican ese papel, y el contraste entre “cantor” y “rimador”:
CORAL
“ He aquí
el hijo
de la ciudad
muerta
he aquí
el Pez de Oro
del lago
de los brujos (8).
Esta cosmopolitización, en tercer lugar, desarraiga, enajena, evidentemente, las sistematizaciones locales (“nacionales” o “nacionalistas”) con que, frecuentemente, se tiñen las hegemonías, la poética incluida. Es probable que las pérdidas hegemónicas de la poesía no anden lejos de esta cosmopolitización, porque, en rigor, sea como sea, ¿cómo lograr una hegemonía –“realmente”– universal? O sea: no habría tránsito, (hiper)difusión, desplazamiento, sin pérdidas de grados de identidad o... de hegemonía. Pero, en cuarto lugar, si la primera y segunda hipótesis fueran ciertas, la poesía puneña no dejaría de hacer lo suyo en un “nuevo” mundo que, a la vez, se rearticula mientras (aparentemente) diluye el instrumento que integra o acoge.
Acabado el ensayo, entre líneas, reconozco un modelo tácito: me parece que, en el trasfondo, se desliza “La bella durmiente”, esperando su príncipe azul, con una diferencia: que la poesía no se casa, finalmente, con el príncipe, aunque este le haya dado un beso para devolverla a la vida… y hasta es probable que los siete enanos deseen terminar como poetas un día, poetas que trasuntarían por sendas inimaginables, buscando huellas donde no hallaran una obra de elevada importancia, como el hito en los estudios sobre el admirable Gamaliel Churata.
___________________________
(1) “Literatura y violencia en los Andes”. Jorge Flórez Aybar.
(2). HUAMAN PEÑALOZA, Domingo: “El teatro de Inocencio Mamani– Asoc. Gráfica Tarea- Lima, 1969 – Pág. 16.
(3) CHURATA,Gamaliel – “El Pez de Oro”. Edit Canata – La paz Bolivia 1957. Pág. 178.
(4). TORO MONTALVO, Cesar. Literatura peruana” Edit. Horizonte – Lima 1988. Pág. 599.
(5). SEDUCTORES DE
(6). En “Harahui”. Editor, Víctor Mazzi. Director, Francisco Carrillo – Chosica Perú 1997 – N° 109.
(7). Mirla Alcibíades. Mariátegui, AMAUTA y la vanguardia literaria, en revista de crítica literaria latinoamericana, Nº 15,pp 133.
(8). Frase traducida del canto original andino (Quechua). Nos resume la enseñanza de Gamaliel Churata.
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