Fermín Vicente Benavente Calla
(Juliaca 1926 - 2009)
OBITUARIO
En cada puerta hay restos de tus dedos,
sueños con formas de tu rostro,
y una flama que anida en la ceniza
mientras que un fragmento de adiós
duerme en los violines.
P. Orens
Vicente Benavente Calla, (Juliaca 1926), poeta de la nostalgia, del amor eterno, de olor a su tierra calcetera, del exilio interior, muere en su tierra natal a la edad de 83 años, este sábado 04 de julio, informaron fuentes próximas a su familia.
Tras una larga enfermedad que arrastraba un delicado estado de salud, dejo de existir en el Hospital de ESSALUD – Juliaca. El poeta había sido internado varias veces los últimos tres años. La última vez fue el pasado lunes: Benavente no pudo resistir la soledad que le dejó su amada esposa (Angélica Llerena, fallecida a finales del mes de diciembre del año 2008, tras 50 años de matrimonio).
Poeta ante todo de los sentimientos puros a su lar, a su tierra calcetera, de Chiñipilcos y Machu Aychas, de Cogotudos y Panzacalas, profesor, periodista, ensayista, promotor cultural, el poeta que le cantó a los jardines del viento, “La voz de la poesía juliaqueña”, deja tras de sí, los libros de poesía: «JULIA» (Poemas de 7 Estancias) Tip. Molleapaza, Juliaca 1954, agotada; «VIENTOS DE AMOR» (Antología), Edit. Garcilaso, Cusco 1962, Edición agotada; «MURAL DE LATIDOS» (Como una lágrima para todas las horas), 1974; «CANTOS ENCENDIDOS» (Pregón Calcetero), 1976. Entre sus obras inéditas: «EL AIRE DESBORDADO»; “IMAGEN DEL ALBA”; «PAGINAS DEL AGUA»; «CANTO A LAS HORAS DE NOVIEMBRE»; GOLONDRINA ENSORTIJADA»;»MEMORIAL DEL HOMBRE» Y «MARCHA DEL SACRIFICIO». También colaboró en muchas ediciones de revistas, destacando como periodista, entre las que podemos nombrar: «Progreso», “Xullaca”, «Orientación», «Calcetera», «Avanzada poética», entre otras. Benavente integró la Asoc. Cultural “Xullaca”, en la cual editó la revista “Xullaca” (1956 – 1957), organizando certámenes literarios en los cuales en una oportunidad invitaron a participar a los poetas Juan Gonzalo Rose, Alejandro Romualdo, Luis Nieto Miranda, Guillermo Carnero y Gustavo Valcárcel. Asociación que delineó en su época para con generaciones posteriores.
Su última obra publicada, la antología de poesía “Raíces del viento” (presentada en las instalaciones del salón Consistorial de la Municipalidad Provincial de San Román el 02 de octubre de 1997, fue aclamada por los estudiosos de su poesía). Juliaca la tierra que lo vio nacer, donde vivió enraisado hace varios decenios fue testigo fiel de los amoríos que tuvo hacía éste su hogar Calcetero, con esa sencillez sin subterfugios que heredó de la raza milenaria: la Kolla, que quedará en el alma de la literatura juliaqueña.
Por ello, el tiempo en ocasiones es el peor enemigo, pero nunca es tarde, menos si queremos y deseamos elucubrar y dar muestras de solidaridad hacia la familia por esta irreparable pérdida, y más para las letras del altiplano peruano.
Antes de su último ingreso, Benavente estaba trabajando en un nuevo libro de poesía, cuyo título provisional era: “Cartas para encontrarme”.
Antes de su último ingreso, Benavente estaba trabajando en un nuevo libro de poesía, cuyo título provisional era: “Cartas para encontrarme”.
Aunque para él patriarca de las letras calceteras – como se le conocía – era tener lectores y ser querido por una población entera, él, en la ciudad de los vientos, Juliaca, fue reconocido con innumerables galardones.
En el año 2007, se le rindió un merecido Homenaje, en un II Encuentro Internacional de Escritores “Juliaca 2007” que llevó su nombre.
En su última aparición en público, (15 de abril, día del poeta peruano) Benavente recibió el Premio “Carlos Oquendo de Amat” a las letras puneñas 2009, en el género de poesía; de manos de la presidencia de la ANEA – San Román y patrocinado por la Universidad Andina “Néstor Cáceres Velásquez”, la Municipalidad Provincial de San Román – Juliaca y los Grupos editoriales “Hijos de la lluvia” y LagOculto editores.
En cuanto a su mensaje en el corazón del viento, como titula el libro (en su segunda edición, que solo está a la espera de su presentación) en el que están inmersas múltiples voces, con disímiles apreciaciones a su obra, quizá su más cabal presentación o resumen, que hubiera excusado todo lo escrito, éste sencillamente en aquellas palabras que él poeta recreaba de Walt Whitman que cierran sus Cantos de adiós:
Camarada, esto no es un libro.
Quien vuelve sus hojas toca un hombre.
Camarada, esto no es un libro.
Quien vuelve sus hojas toca un hombre.
II Encuentro Internacional de Escritores
Juliaca 2007" Vicente Benavente Calla
Junto al poeta José Gabriel Valdivia
Con el narrador Willard Díaz
Junto al poeta Luis Zambrano
Con el narrador Willard Díaz
Junto al poeta Luis Zambrano
Con la narradora Gabriela Caballero Delgado
y el poeta y narrador Hernán Trujillo
Compilador: Walter L. Bedregal Paz
Poemas de Vicente Benavente
Como un árbol pasa la noche
II Encuentro Internacional de Escritores "Juliaca 2007".
en el corazón del viento
Compilador: Walter L. Bedregal Paz
Grupo Editorial "Hijos de la lluvia"
&
LagOculto editores
Segunda edición, Lima 2009. 178 pp.
Poemas de Vicente Benavente
Viva la luz
Como un árbol pasa la noche
y casi inclinada en los ojos
se abre contigo la puerta
que transparenta todo sueño.
Algo se abandona en el silencio,
algo que vive relata el corazón.
Un pedazo de piedra en el río
habla en nombre de una golondrina.
Los aires peinan tu cabellera
dormida en el reloj de espejo,
tus manos en la primavera
son flores que alcanzan tu hermosura.
Recién entendida, contempla la sed.
Costras de una tierna escultura,
alas de ave que persigue la vida
en alta voz hasta la fantasía.
Pero tú en el verde de la tierra,
en el grito que sacude los cristales,
sola me dices aferrada a la brisa:
¡Que viva la luz en la piedra más sencilla!
Desde el silencio
En el irme lejos
Desde el silencio
En el irme lejos
pienso llevarme el día,
la mañana
Entre la humedad del hueso, y
verme solo en la distancia,
guardar mi pena
cerca de los hombres,
llenar mi voz desierta
en el monólogo del surco
hasta buscarme en el silencio.
Tú la ausencia,
tú la presencia;
digo la lluvia,
la inmensa risa
goteando el agua
en la misma rosa.
Que esta hora comience
en las manos descubiertas del hombre,
que vierta la sangre
la semejanza de la dicha,
que así amanezca
el espacio en el alma.
Que abrigo del hombre
la noción de algo,
de algo en que viene sencilla la noche
y que así tiemblo
de jugar con tu ausencia.
Ver mi amor con tu presencia.
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