sábado, 23 de agosto de 2008

Gabriel Apaza *

Eres contra el olvido

Explosión de silencio,

cierras la ventana al alba cuando llega y la dejas entregarse

al ave somnolienta,

eres distancia donde los hombres desgajan a cuchillo cópulas

desiertas.

Gabriel Apaza



Escribe: Walter L. Bedregal Paz



Gabriel Apaza

(Moho, 1969)


EL jardín del altiplano, fue testigo pasivo al ver nacer a este poeta. Tiene en su haber Mención Honrosa en el Primer Concurso Nacional de Poesía Premio Pucará 1996 – Huancayo, con el poemario (inédito) Transparencia de luciérnaga. Segundo Puesto (compartido) en los IV Juegos Florales organizado por la Dirección de Proyección Social de la UNA – Puno, 1997. Mención Honrosa en el Concurso Regional de Poesía ELEGIA – 1999.


Le publicaron Heridas Deshojadas (1991) Publicó en el primer año del nuevo milenio APORIA la duda de la luciérnaga o sus heridas deshojadas (Consejero del lobo editores, 2001). Título del denso texto de influencia barroca y modernista, aunque sin alejarse de la temática andina.


Reside en Juliaca, trabaja para imponer a la puritana sociedad puneña muchas trascendentales ideas modernas. Sucesivamente hace crítica literaria con un marco teórico que lo manifestó en las publicaciones que nos entregó en las revistas que dirigió: Cualquiercosario "Buró de literatura"; Consejero del lobo, y la revista de política, cultura y cosas peores El zorro de arriba las cuales dirigió acertadamente. Gabriel nos manifiesta que está preparando una novela, que le tomará si fuera posible todo el tiempo del mundo. Luego de labrarse camino por medio del periodismo escrito y radial, incursiona en la televisión dirigiendo un programa donde abarca todos los temas posibles del ambiente político y cultural de nuestro entorno; estudia Derecho en la UNA – Puno. Defensor de la pintura impresionista, la música aymara de sonidos de zampoñas, aboga la nueva ciencia en defensa de la ecología, y por implantar las nuevas teorías filosóficas en boga de un mundo literario.


Hay poetas de ingenio cuyas especiales condiciones les impiden ser populares, si acaso son conocidos fuera de su propio entorno; tal podría ser el caso de Gabriel Apaza, uno de los talentos originales que puede ser brillante en la denominada generación depoesía de Fin de Siglo, y en este momento el más discutido en nuestro medio, un comentario que según noticia analizada en su momento no fue ignorado en los centros intelectuales mimetizados de Puno; aquella, cuando el poeta moheño también, José Luis Ayala, manifestó de él :

“…Gabriel Apaza parece ser la última y novísima voz de la poesía puneña, con él se cierra el siglo XX y una poesía que empieza con Alejandro Peralta”. (1998, AYALA, J. L.) “Encuentro y coincidencias con Gabriel Apaza”. Diario “Los Andes”. Puno) ¿Entonces Apaza posee las cualidades que lo distinguen de sus coterráneos en las letras? (Bedregal Paz, W., 1997 marzo 10, “Páginas Escogidas”. Diario Los Andes. Puno).


La imaginación creadora, equilibrada de su poética con una viva percepción de aspectos peculiares de la realidad, la perpetua movilidad y agudeza de ingenio lo pueden mostrar.

En la ciudad calcetera lucha por imponer en la mediocre sociedad de poetas – o mejor entablarlos en pseudopoetas – lo único que debería tomarse en cuenta: “La buena poesía”, es lo que puede enseñarnos con influencias en los pocos lectores, aunque en algunas cuestiones muestren la mayoría estar menos informados y queda en nosotros dejar en mención sus premios, hasta que llegue el momento en que éstos puedan causarnos alegría.


Pero el puesto importante que Gabriel Apaza ha conquistado ya entre los pensadores altiplánicos y la influencia creciente de su obra orgánica, hacen en él, más fácil y alentadora la tarea de llevar a los espíritus, el hacer conocer las partes más sólidas de su filosofía a la vez que ello nos indica ser inoportunos y así discutir sus errores; hay yerros en que ha incurrido, cualesquiera que sea, pueden ejercer influencia nociva y el exponerlos libremente no será ya perjudicial.


Gabriel, como uno de los militantes expuso también su parecer de la llamada “Generación de Fin de Siglo”. “… los nuevos militantes del arte poético deben imprescindiblemente enfrentarse al discernimiento de sí, su producción es o no efectivamente poesía. Con la globalización actual de la cultura y la especialización que requieren los oficios. La poesía sería un espacio donde accederla demande integridad y consagración a la palabra. El respaldo académico del que precisan los nuevos artistas, tornan fantasmagóricas la bohemia provinciana, la afición de fin de semana, tan característico en nuestro medio”. (APAZA, G., 1997 abril 05, Diario “Los Andes” . Puno.26).



CUANDO YO ME CASE


Cuando yo me case; luego de la espera inmortal, habrán de oficiar dos consejeros, de pollera y ojotas, ilusorios y jóvenes, que irán regando todito el día los lugares por donde vayamos con mi novia, polígrafas kantutas como alfombras que temblarán sobre un patio de huyñitos.

Reinita descifrable

Así no me mires

Porque tiemblo

Cholita juliaqueña

Miénteme

Una noche soñé contigo

Y de día

Todos estaban enamorados.

Cuando yo publique un libro de poesía, una dádiva de la nostalgia, será para no morir de mudo y para que los demás me miren como a un marciano y tú puedas hallar en mí grandes penas descolgándose como maldecidos por Nietzsche.

Sólo el tintero

De tus versos

Sabe que eres virgen

Ni de noche

Ni con el pensamiento

Ni los siete pretendientes

Tu corazoncito

No se llenaba todavía

Y resbalaban alegrías

De tus lágrimas

Yo llegué de repente

Y sombreado

Viejo

Pero versando despacito

Si miras al hondo de ti

Vas a encontrar

Un afanoso poema de amor.

Cuando invadan Cuba, los dioses locos que no conocen a Verlaine, formaremos un batallón para ir a resistir. Existe la posibilidad de que muera y me pierda de ti, misteriosa rutina de los jazmines, por eso estoy escribiendo hartos poemitas. De ésos que fácilmente se hacen invisibles a las balas.

Si me hubieras conocido

Cuando yo todavía la poesía

Si hubieras conocido, repito

Mi vulnerable afán

De pastor de ovejitas

De lluvia de puna, de Ezra Pound

Cuando yo también era virgen

No habría podido escribir esto

Y todavía seguiría buscándote.

Mario ha firmado ¡Patria o muerte! Ahora que los poetas elegantes practican con gran cinismo ético la ataraxia, la epoché, y yo me he puesto por la poca solidez de mis manuscritos y mis huesos, ahora que los jóvenes han decidido que otro mundo es posible. Ahora que te encuentro visionaria pero vedada.

No sólo porque me miras

Y tus ojitos

Se agachan parpadeando

No sólo porque sonríes

Cuando me encuentras

Como un poema barroco

No sólo porque los violines

Hayan aprendido de las palomas

No sólo porque las noches

Se hayan convertido navidad

No sólo porque te sueño.

Abriendo tus muslos calientitos.


Ayer he terminado de leer Los Conquistadores, La Condición Humana, La esperanza, Los Nogales de Altenburg, he decidido que me caso contigo para comprender La Metamorfosis de los Dioses. Lo Sobrenatural, Lo Irreal y lo Intemporal.




aporía

la duda de la luciérnaga

o sus heridas deshojadas



Para esta confesión menor

blanca

sin violines de indolencia

un ave noctámbula me hizo partituras de silencio

pedí del amor sus lanzas

los crepúsculos

para discernir el extravío

me dio un amasijo de otoño y luciérnagas

dos gotas de poiesis

donde los ángeles cubridores sucumbieron.

Al principio

era el concertista del lenguaje

soñaba yo enloquecer patriarca

porque mis revelaciones bajaban góticas

y aún no conocía la desamparada fábula

que entreabriría todas las ausencias.

Me prohibieron elegir

pero deseé

el principado del crepúsculo

y anteponía

los cantos de los pájaros malditos,

cavilaba feroces métodos de sedición.

Entonces, can colérico, opté por la poesía

y desando ahora

los postigos de las viñas descarnadas.


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(*) Parte de este texto está inmerso en el libro Aquí no falta nadie, antología de poesía puneña de Walter L. Bedregal Paz. Grupo Editorial "Hijos de la lluvia" & LagOculto Editores. 2008.

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