Aníbal Salazar Anglada
Las antologías no solo anclan su mirada en un pasado concluso con el fin de preservarlo o reescribirlo, sino que, como señalara José-Carlos Mainer, en ocasiones son “veneros de actualidad”, “manifiestos de lo que viene”. Es decir, se presentan como propuesta de futuridad a partir de un presente sintomático. Tal es el caso de Cuerpo plural. Antología de la poesía hispanoamericana contemporánea, preparada por el crítico venezolano Gustavo Guerrero, una obra cuya cuidada publicación está auspiciada por el Instituto Cervantes en el marco de la celebración del bicentenario de las repúblicas latinoamericanas. La compilación, que incluye un CD con lecturas y entrevistas de interés documental, reúne a 58 autores de 19 países entre los que se da cabida a territorios poéticos muy desatendidos en las antologías continentales (Costa Rica, Panamá, Bolivia), a los que se suma novedosamente Nuevo México. No obstante, el peso específico de la poesía latinoamericana sigue recayendo en países de una tradición moderna consolidada y ampliamente difundida como son Argentina, México o Chile.
Los poetas seleccionados, nacidos entre 1959 y 1979, representan unos nuevos modos poéticos, al ser testigos o herederos directos de una serie de profundas transformaciones de orden socioeconómico y cultural que se inicia simbólicamente con la caída del muro de Berlín, a final de los 80, y se cifra hoy en la globalización y una de sus consecuencias más visibles: la sociedad multicultural; en el uso de las nuevas tecnologías; en la industria del entretenimiento, con sus efectos sobre el mercado; y en fin, en la defunción de una cultura de raíz humanística que se ha visto suplantada por el consumo televisivo y la cibercultura. De este modo, al hacer el retrato de familia el antólogo signa al conjunto de autores como “el primer grupo de poetas hispanoamericanos que se forma y se da a conocer en el período inestable de rupturas y transiciones que sigue a la caída del paradigma moderno”.
Si el paso del siglo XIX al XX supuso para la cultura de habla hispana el salto a la modernidad, con Rubén Darío como profeta y cónsul del verso nuevo, este otro tránsito iniciado hace tres décadas marca el fin de la tradición moderna y anuncia un lenguaje estético distanciado del modernismo y las vanguardias. “Se trata por de pronto de un relato fragmentario e inconcluso”, afirma Gustavo Guerrero, de ahí que esta compilación nos muestre una poesía viva, en movimiento, imposible de aprehender con un nombre y de encapsular en una geografía común.
Cuerpo plural es una clara apuesta por un canon contemporáneo en estos tiempos de desorientación donde tirios y troyanos se valen de la misma tribuna. Lejos de dogmatizar, el autor es consciente de que dicha tarea no debe realizarse desde los viejos parámetros que han operado en la crítica de la segunda mitad del siglo XX, sino desde nuevas formas —transgeneracionales y transnacionales— de conceptualizar la multiplicidad estética. Entre algunos nombres ya consolidados en el panorama de la poesía actual encontramos al peruano Eduardo Chirinos, a los argentinos Edgardo Dobry y Fabián Casas, y al colombiano Ramón Cote; a quienes acompañan promesas del mañana como son el venezolano Jorge Vessel, el peruano José Carlos Yrigoyen o el chileno Héctor Hernández, nacidos en la segunda mitad de los 70.
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