miércoles, 5 de enero de 2011

Un premio Copé y el Eclipse Literario: lo más trascendente en literatura puneña del 2010

Boris Espezúa

Nuestra gran literatura, siempre será ese espacio del quehacer cultural por el que también Puno es y será reconocido a nivel nacional e incluso más allá de sus fronteras. La vital poesía, la creciente narrativa, la serie de publicaciones, en fin, todas las actividades literarias realizadas, han hecho y hacen que esta parte del altiplano sea un epicentro de la literatura peruana. De lejos, dos hechos se llevan el reconocimiento mayor: el Premio Copé de Poesía obtenido por el poeta Boris Espezúa y El Eclipse Literario organizado por el Grupo “Alberto Mostajo”. A esto añadamos que el 2010 será también un punto de reflexión en torno al vertiginoso posesionamiento de la editorial “Hijos de la Lluvia” dirigida por Wálter Bedregal Paz la gran edición del libro “Resurrección de los muertos” de Churata y la anunciada defunción de la Revista de literatura PEZ DE ORO.


1.- UN PREMIO COPÉ QUE NOS ENORGULLECE.

Boris Espezúa, es el poeta puneño que ha dado la pauta literaria este año al obtener el premio Copé de Poesía. Ya lo dijimos, su presencia en el escenario nacional honra a los puneños, además de continuar la zaga de Churata, Oquendo, Alejandro Peralta y el mismo Efraín Miranda. Este premio a no dudarlo, fortalece nuestra identidad, motiva a los jóvenes poetas y reafirma el sitial bien ganado que tiene la poesía puneña en el contexto nacional.

Y no es para menos, el premio Copé, organizado por PETRO PERÚ, es el Concurso literario más importante que se realiza en el Perú. Nos alegra que un poeta desde las márgenes haya obtenido un premio como este, y tal vez sea por eso que en Lima, no haya sido tan ruidosa la noticia, como si lo fue con otros poetas cuyas afinidades están cerca de la Católica de Lima u otra universidad capitalina. Sin duda, es un premio al oficio del poeta, al trabajo y a esa perseverancia en las letras. Por eso, es preciso señalar que, a Boris, las generaciones últimas habrán de reconocerle una especie de cercano magisterio, desde su faceta de promotor literario cuando dirigiera algunos Talleres de literatura o, ya sea, presentando, comentando o prologando algunos libros. A esto hay que sumarle su don de gentes y su sencillez, que muchas veces le ha llevado a cometer algunos deslices en cuanto a su apreciación de la poesía, especialmente joven, algo que ya fue observado en más de uno que otro comentario deslizado en diarios o boletines de circulación local. Sin embargo, es su poesía el aporte de Boris, un esfuerzo permanente por transparentar lo andino con la modernidad. Una coordenada que ha trazado desde A través del ojo de un hueso, Tránsito de Amautas, Alba del Pez y Tiempo de cernícalo, al que se le suma Gamaliel y el Oráculo del agua -cuya edición aún esperamos-, con el que se hizo del Copé.

Por este premio, su activismo y su aporte a la literatura puneña, tiene merecido el reconocimiento de sus lectores y amigos, desde luego. Como es merecido el reconocimiento que le ha hecho la Universidad Nacional del Altiplano, la Municipalidad Provincial de Puno, y recientemente por el Instituto Nacional de Cultura.

2.- EL ECLIPSE LITERARIO 2010.

En el marco de los festejos por el aniversario de la ciudad de Puno, entre los días 02 al 10 de noviembre, se desarrolló el evento denominado Eclipse Literario 2010, organizado por el Grupo Literario “Alberto Mostajo” en Coordinación con la Subgerencia de Promoción, Educación, Cultura y Deporte de la Municipalidad de Puno. Con presencia de cultores de la literatura, presentación de libros, recitales de poesía, música, concurrencia de intelectuales y un público ávido de cultura, dieron realce a todas y cada una de las actividades llevadas a cabo en la denominada Casa de la Cultura. Auguramos que un evento de esta naturaleza se haga una tradición en esta tierra de artistas y poetas, aunque esta frase, a veces suene sólo como un mero cliché.

De lejos, este Eclipse se constituye en el evento literario del año, y ha servido indudablemente para tomarle el pulso a nuestra rica literatura puneña, y al realizarse casi a fines del año, ha operado también como una especie de recuento literario del 2010. Sorprende gratamente la presencia de este grupo de jóvenes estudiantes de nuestra universidad, como uno de los colectivos más pujantes y dinamizadores de la cultura en Puno, que ha tenido la capacidad de organizar un evento de esta envergadura. En más de una semana cargada de letras, pasión y entusiasmo por la creación literaria, han sido parte, escritores de la talla de Feliciano Padilla Chalco, Jorge Flórez-Áybar, Boris Espezúa, Percy Zaga, José Paniagua, Victor Villegas Arias, Walter Bedregal Paz, José Luis Velásquez Garambel, Luis Rodríguez Castillo, entre otros. Así mismo, artistas y personajes ligados a la cultura como Aurelio Medina (Moshó), Juan Vilca, entre otros, se congregaron y dieron brillo a este evento, como un coro que se yergue más allá del horizonte, anunciando que la literatura en Puno, al margen del desdén de nuestras autoridades políticas, permanece vital, y, para alegría nuestra, no ha pasado por desapercibido en los medios de comunicación masivos. Plausible la labor de los integrantes de este grupo por la feliz idea y materialización de este evento. Y no debe sorprendernos, entre sus integrantes están cantautores, poetas y narradores en ciernes. Felicitar a Alan Ever, César, Verónica, entre otros; y a la Subgerencia de Promoción, Educación, Cultura y Deporte de la Municipalidad de Puno.

La narrativa, poesía, el ensayo y el trabajo editorial, son los aspectos más resaltantes mostrados en este eclipse literario 2010.

La narrativa presente.

El escritor y docente universitario Feliciano Padilla, ha presentado “La Bahía” (Meru, 2010), un conjunto de cuentos que, a decir de su autor y cuyo contenido así lo evidencia, es un homenaje a la ciudad de Puno donde desposó una mujer, engendró algunos hijos y muchos libros. Una especie de antología de cuentos ya publicados en sus anteriores libros, con uno que otro inédito, caso No me dejes, Gustavo, con el que afirma su calidad narrativa y su adherencia a esta tierra, a esta su bahía, en fin, a todo este altiplano puneño que él quiere y engrandece sin ambages, como pocos.

A la par, su compañero generacional, Jorge Flórez Áybar, presentó “Por qué se fueron las gaviotas” (Meru, 2010). También una especie de antología personal de cuentos publicados en sus anteriores libros, a excepción de la segunda y tercera parte en el que inserta once cuentos inéditos. Áybar, ahora flamante regidor de nuestra municipalidad, continúa la línea temática de sus anteriores libros; es decir, la apuesta por el mundo andino, otear sus posibilidades, su riqueza, sus avatares, hasta recrear algunos temas de la mitología andina. En los que, Puno, como paisaje y sociedad, es parte ineludible.

A contracorriente de la temática que abordan nuestros narradores mayores, se presentó en este evento “Salomé y otros cuentos” (Hijos de la Lluvia, 2009) del aún joven escritor Javier Núñez. Libro breve cuyo tema central es el erotismo y la sensualidad. Un tema, como sabemos, poco horadado en nuestra narrativa local. Ese tal vez sea el sino de Javier, su cruz y su espada, su aporte y su carencia, una narrativa más cercana a la que se practica en urbes mayores como Lima, casi en las fronteras de la otrora literatura Light. En fin, el momento y sus avatares siempre tienen sus cultores, sus temas y sus preferencias. Este libro por la temática podría emparentarse a “Días secretos” (Ornitorrinco, 2009) de Bladimiro Centeno. Sin embargo, este último, aunque no presentando en este evento, reboza en mayores cualidades, a mi gusto. Elaborado con un lenguaje más denso y un mayor tratamiento escritural, una buena utilización de la trama y la secuencia de imágenes.

Muestra de poesía vital.

Sin duda, la poesía se ha fortalecido en este evento. Jovín Valdez presentó “Los pies del río” (Pasacalle, 2010). Hace años, cuando presentó El anuncio de los búhos, un comentarista le reclamó una producción alusiva a Puno, dada su estancia prolongada en esta ciudad. Jovín, como sabemos es moqueguano de nacimiento. Este libro es su reivindicación con Puno, aunque la poesía siempre será universal al margen de la temática que se tome.

En la colección Letras de la Poesía Latinoamericana, dos poetas del noventa, Darwin Bedoya y Luis Pacho, publicaron “Leve Ceniza” y “Horas de Sirena” (Los hijos de la lluvia, 2010) respectivamente. Leve Ceniza de Darwin Bedoya -narrador, ensayista, poeta y gran activista cultural-, es el libro de poesía más orgánico y denso que ha publicado. Un libro total. Un libro que opera como un tratado de la poesía, un habla de la poesía, o mejor dicho, el habla misma de la poesía. A la par, el suscrito he publicado Horas de Sirena. Como es obvio no comentaré el libro, a no ser que interese decirles, que nace a raíz de mi estancia en Juli, un hermoso pueblo al sur de Puno, cuyos contrastes sociales y culturales me han subyugado siempre. En ese pueblo, otrora cuna del reino Lupaka, posteriormente se dio con mayor violencia la catequización a manos de los curas Dominicos y Jesuitas. Los vestigios están a la vista: cuatro templos, antiguas costumbres, mitos sobrevivientes, fiestas católicas y una fuerte tradición oral. En este espacio pervive la leyenda de La Sirena de Huaquina, y el libro pretende poetizar ese mito.

Posterior a los noventa, se sigue escribiendo poesía, ciertamente. Si bien no se presentó el libro, es preciso mencionar “La ausencia de tu mirada” (Checca ediciones, 2010) de Wilson Chiara. En formato pequeño, se constituye en un buen anuncio de la poesía joven escrita en Puno, en el que el manejo del lenguaje y las imágenes, aparecen trabajadas adecuadamente. El tiempo dirá las cualidades del poeta, pero el comienzo es auspicioso. A esto habría que sumar Memorias de una verga de Alex Hilasaca, que me abstendré de comentar, dado que es inhallable.

El Fondo editorial: ¿un anuncio imposible?

Al final del Eclipse, un emotivo alcalde anunció que existe un proyecto presentado por un regidor para crear un Fondo editorial. ¿Milagro a la vista? ¿Nuestras autoridades por fin han entendido la riqueza y posibilidades de nuestra literatura? ¿Sólo una pose ante tanta reclamo por poner el tema de la cultura y la literatura en la agenda política? ¿Tal vez sólo un manera de congraciarse con el sector cultural literario de Puno? La verdad es que no lo sabemos, pero el anuncio está hecho. Veremos dijo el ciego, pues, metidos en el oficio de la literatura desde hace más de veinte años, la verdad es que no le creemos nada al alcalde, y por eso mismo, no nos interesa el susodicho anuncio. Nos interesa la materialización del anuncio. Así de simple es la cosa. Este fondo editorial serviría para editar libros de nuestros poetas, narradores y ensayistas, o reeditar libros hitos. Fondo, largamente reclamado a través de las revistas que editamos y cacareado hasta la saciedad por nuestros actores culturales. Eso sí, han proliferados esfuerzos personales y pasionales, desde el mismo municipio, o desde el Gobierno Regional con Percy Zaga cuando hizo de Gerente de Desarrollo Social. Otras regiones las tienen. El ejemplo de Tacna, es el más cercano. Desde luego que gran culpa de esto la tenemos los mismos actores literarios y/o culturales. Ya lo dijo Victor Vich en Políticas culturales (IEP, INC, OEI, 2006), “… el mismo sector cultural se encuentra muy desorganizado y no está capacitado para hacer propuestas nuevas y vigilar la elaboración de las leyes que lo beneficien”. En estos tiempos de “democracia participativa”, luchar una parte del Presupuesto participativo para la creación de un fondo editorial, es el camino más próximo. Pero esa es otra historia.

Lo que aquí hay que enfatizar, es la muy poca importancia que nuestros burócratas le dan a la cultura en general y la literatura en particular. Sino, veamos lo más elemental del asunto. No sé si nuestro alcalde y las autoridades que se sentaron cómodamente en la mesa de honor, en el acto de la clausura, habrán adquirido alguna publicación que se exhibió en la misma Casa de la Cultura. No sé si nunca compraron o pensaron comprar, o tal vez compraron y nosotros, no lo sabemos. Porque si realmente tienen las intenciones de comprometerse con la literatura, debían haber empezado adquiriendo un libro para sí y para la Biblioteca de la municipalidad. La verdad es que eso, permanecerá en el misterio. Pero repetiremos por una enésima vez más: nadie hace lo que no conoce. Eso explica porqué nuestros políticos sólo privilegian las construcciones de cemento y fierro, y no, las construcciones culturales. Pero no todo es malo, desde luego. Hay que reconocer algunos indicios, como el auspiciar y reconocer la actividad promovida por el grupo “Alberto Mostajo”, poner a disposición la llamada Casa de la Cultura para presentación de libros, exposiciones pictóricas, etc. Como es plausible ver la presencia de Yolanda Cornejo, encargada de la Subgerencia de Promoción, Educación, Cultura y Deporte de la Municipalidad de Puno. Una dama simpática e inteligente, cuya sensibilidad artística, merece nuestro reconocimiento.

3.- “HIJOS DE LA LLUVIA”: LA EDITORIAL PUNEÑA.

Ante este desolador panorama editorial y alentado por el factible acceso a la tecnología, editoriales particulares han salido a la palestra. Tal vez, el más cercano sea Lago sagrado editores del otrora gran promotor literario, Elard Serruto Dancuart. Pero el esfuerzo mayor, desde Puno mismo, es el que realiza Wálter Bedregal Paz con Hijos de la lluvia, regentada por Gladys Hinojosa Aguirre. Wálter, desde su escabrosa e intrincada labor literaria como narrador, antologador, difusor de eventos literarios, activista cultural, recaló en su mejor faceta: el de editor. Libros de calidad, sin nada que envidiar a ediciones capitalinas o extranjeras, varios son los títulos de poesía, cuento y otros, que han visto la luz a través de esta editorial: Es que hacías tanta falta, Aunque parezca mentira, Pamoslake, Mi hermana menor, la polémica antología Aquí no falta nadie, Salomé y otros cuentos, Leve Ceniza, Horas de Sirena. La coedición Mate de cedrón de Vladimir Herrera, y los anuncios próximos Asesinas de Javier Nuñez, Relámpagos del agua de Victor Villegas, la Antología de poesía latinoamericana Hijos de Puta y la Antología del cuento puneño, entre otros. A estas alturas, por la calidad y el trabajo serio, Hijos de la lluvia, es la única editorial puneña capaz de competir con otras editoriales del país y, por eso, ya es parte de ferias de libros y otras presentaciones.

Aquí habría que agregar algo más. En este mundillo literario local, en el que soterradamente convive el despiste y la mediocridad, es oportuno resaltar, reconocer y aplaudir la gran labor editorial y de difusión de la literatura puneña que realiza Walter Bedregal Paz. Hasta ahora, en Puno al menos, he conocido a muy pocos poetas o narradores que han sacudido sin dudar el bolsillo por la literatura. Algunos ya nos pavoneamos por un puestito en la burocracia, ostentamos cómodas casitas o carritos. Eso es natural, desde luego. Pero como ya apuntamos alguna vez (El rostro desvalido del oficio, El Katari Nº 7, 2007), una cosa es el verbo, el discurso en el podio, el bla bla bla en la TV o radio, y otro, muy diferente, es en los hechos. Bedregal, rara avis en la literatura puneña, es uno de los pocos que lleva la literatura en la sangre. En otro momento diremos algo o mucho de él.

4.- PEZ DE ORO: UNA MUERTE ANUNCIADA.

Quince números, quince ediciones de una revista literaria, es poco o mucho. Todo depende de la óptica desde la que se mire. No me toca señalar los deslices y grandezas de esta revista, que se concibió por obra y gracia del suscrito, Victor Villegas y Luis Balcona, al que luego se sumara Darwin Bedoya, después que se truncara la posibilidad de consolidar un colectivo mayor y generacional en torno a Consejero de lobo. Un colectivo labrado lejos y a contraposición del taller Oquendo. Si tiene los méritos, entrará en la historia, y si no la tiene, para eso están la humedad, las polillas y el basurero. No hay temor en eso. Pero si de algo estamos seguros, es que, quienes dirigimos estas hojitas dedicadas a la literatura, lo hicimos con pasión y sin escatimar tiempo ni dinero. Con aciertos y desaciertos, obviamente.

A los entrañables amigos y a los lectores, no queda sino agradecer la acogida y sus palabras. Luego de casi tres años de silencio, esta última edición está íntegramente dedicado a nuestro gran poeta vivo: Efraín Miranda Luján. Autor de Muerte cercana, Choza, Vida y Padre Sol. Son gratificantes y alentadoras las palabras de Mauro Mamani, Guissela Gonzáles, docentes de San Marcos; Jorge Terán, Dante Gonzales de Lhymen; de Boris Espezúa, Chano Padilla, entre muchos. Como también fue gratificante haber recibido artículos de escritores nacionales y extranjeros, haber incursionado en la elaboración de una antología y difundir poesía, cuento y libros. Este es un buen momento para reconocer a quienes en el camino hicieron carne y escama: al mismo Lucho Balcona, Boris Espezúa, Chano Padilla, José Luis Velásquez, entre otros. El Pez fenece en un momento oportuno. Por ahora me reservaré un testimonio y/o comentario mayor. Ensayar la falta de apoyo, la falta de dinero o un lector ausente, es lo menos.

5.- MÁS LIBROS Y UNO RECIENTE.

Una publicación deslumbrante por el volumen, la importancia y el tiempo que ha permanecido inédito bajo la custodia de uno de los hijos de Churata, residente en Estados Unidos, es la publicación realizada por el investigador italiano Ricardo Badini: “Resurrección de los muertos” de Gamaliel Churata, bajo el auspicio de la Universidad “Ricardo Palma” de Lima. A decir de sus estudiosos, este libro complementa a otro escrito por Churata, El Pez de oro. Este último, además, se constituye en el libro mayor que ha dado la intelectualidad puneña. Con estudios de Ricardo Gonzáles Vigil, Antonio Melis, José Luis Ayala y el propio Badini, “Resurrección de los muertos” se edita en un momento significativo para las letras puneñas, en el que los estudios sobre Churata crecen y se multiplican en estas y otras latitudes.

Aquí en Puno, una mirada particular merece José Luis Velásquez Garambel. Incansable promotor cultural, poeta, narrador, historiador, ¿filósofo?, editor, publicador y un largo etc. A mi modo, hay en él un antes y un después que se marca desde Movimientos sociales y la escuela en el Altiplano 1860-1930 (UNA Puno, 2007). Del antes, mejor no hablar por el momento; o, mejor hablar, sólo como esa etapa de aprendizaje y evolución. Del después, aún se espera más. Pero hay que resaltar dos publicaciones relevantes: BESO DE LLUVIA (Literatura puneña), que pese a su título romanticón para un estudio de esta naturaleza, es uno de los mayores trabajos sobre el tema que se ha hecho en Puno, especialmente por la forma didáctica de su abordaje. Sin embargo, este 2010 ha publicado “Las Luchas por la Escuela In-Imaginada del Indio” (UNA Puno, 2010), una especie de recapitulación o reelaboración del anterior libro Movimientos sociales y la escuela en el Altiplano (1860-1930). Este, a decir de algunas de las aproximaciones que se han hecho, es el libro que desde una perspectiva más madura y su faceta de “historiador” aborda con mejor solvencia el tema de la educación en Puno. Y casi al cierre de este artículo y al final del año, se presentó “Pájaros al Viento” (Qhala, 2010) del poeta Luis Rodríguez Castillo, conocido como Filonilo Catalina. Una selección de textos cuya temática gira en torno al amor y el desamor, como señala el propio autor. Laureado con el Copé de poesía y otros concursos, Lucho con este libro y junto a José Luis, inician un proyecto editorial denominado Qhala, que también incluye, una vez más, la reedición de 5 metros de poemas de Carlos Oquendo de Amat. Éxitos en esa nueva aventura, y salud por la literatura puneña.

Al final, sólo un apunte. Este artículo, como podrá desprenderse de su lectura, sólo pretende dar una mirada panorámica a la producción literaria del año y el hecho por sus actores. Hay otros libros, indudablemente. En Puno se publica prolíficamente. Pero no nos detendremos en libros menores. No es necesario gastar tinta en libritos hechos con fines meramente comerciales o aquellos infelices plagios que lindan con la delincuencia, y cuyos autores merecidamente no pasan de ser mediocres escribidores de la estafa. Por eso mismo no es necesario siquiera mencionar los títulos.

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* Luis Edgar Pacho Poma.- Codirigió la Revista de Literatura PEZDEORO. Ha publicado Geografía de la distancia (Lima, 2004) y Horas de sirena (Lima, 2010).


Fuente: http://www.losandes.com.pe/Cultural/20110102


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