PRÓLOGO (*)
Fidel Mendoza Paredes
Walter L. Bedregal Paz, emprendió una temeraria carrera que le pone al borde del abismo. No debe ser fácil poner el pescuezo en la soga que cuelga en el patíbulo, se debe sentir un espasmo terrible que inclusive la ampolla vesicular entra en aprietos. Bedregal Paz, es un hombre forjado en los avatares de la literatura, es terriblemente constestatario e incurable promotor cultural. ¿Por qué hablar en un inicio de Bedregal Paz? Es simple la respuesta. Se debe a su esfuerzo el presente libro, que es el más pormenorizado estudio sobre la vida de Vicente Benavente Calla, poeta representativo de la literatura calcetera. Representativo por el ejercicio poético mejor identificado con la comarca. Bedregal Paz sin ser juliaqueño desde hogaño apostó por Juliaca, con más entusiasmo que los propios coetáneos y con un argumento logrado, debido a su exigente visión académica.
La crítica literaria existente en la región, no ha sido benevolente con los escritores locales, menos fueron objeto de referencia en celebradas antologías, varios nombres fueron olvidados, inmisericordemente, a pesar de su notoriedad en la localidad. Pero ninguna antología es completa, si tenemos en cuenta los criterios de selección, por calidad y mejor organización del trabajo. Ángel Rama, de varios críticos existentes en nuestro país, sólo se quedaba con Antonio Cornejo Polar, por su acuciosidad, independencia y requerimiento, sobre la estructura de una obra, sí éste soportaba un análisis literario. La apreciación de un libro requiere de objetividad, para este cometido se hace necesario despojarse de pasiones, para que los comentarios impliquen seriedad. En Puno, resultan sumamente esenciales los trabajos de Feliciano Padilla, Jorge Flórez Aybar, cuyos nombres y libros se exponen en conocidas librerías de la capital, e inclusive salieron las fronteras del país. José Luis Ayala Olazábal, constituye uno de los más prolijos escritores y universales, con más de treinta obras publicadas. Gloria Mendoza, está presente en todos los estudios de literatura, con una producción de trascendencia en el continente y ella es juliaqueña. La poesía de los últimos años impulsado por la “generación de fin de siglo” muestra al altiplano, como en su apogeo literario, debido a su calidad de elaboración y desafiante postura de entronización más duradera en el espacio literario. René Calsín y Hugo Apaza, reconstruyen la historia desde una perspectiva científica y didáctica en la explicación de un pasado histórico. En este escenario Bedregal Paz pone en la mesa de las degustaciones la poesía de Vicente Benavente, después de cuarenta años de ejercicio, se realiza una relectura y análisis. Es una tentación permanente hablar de la poesía de Benavente, al reconocer su poesía en el ideario de las nuevas generaciones, y es fácil distinguirlo por sus características casi definidas ya que tiene un cliché retratado con los elementos de Juliaca, que se alimenta de un sentimiento telúrico expresado en las querencias.
La poesía de Vicente Benavente, es secularmente juliaqueñista, entra en detalles aproximadamente descriptivos en la interpretación del ambiente. El medio geográfico le ha proporcionado un hálito esperanzador en la organización de los versos, construcción que obedece a cánones de una época que corresponde a la profunda vocación terrenal y social. En algunos poemas recurre a la métrica clásica, para resolver viejos anatemas.
Los nombres que aparecen en la valoración crítica son conocidos en el ambiente literario y cultural de la región. Encontramos apreciaciones sobre la obra y vida de Vicente Benavente, con distintos enfoques. Es imposible complacer a los gustos literarios, y en ese espacio están llamados las diferentes valoraciones críticas del presente libro, evidentemente las hay lo sumamente complacientes y dúctiles, los más técnicos y con mayor argumento, y los netamente analíticos en la pluma de experimentados críticos de la región. En el país hubo estudios exigentes sobre la obra de Vallejo, Oquendo, Whesphalen, Sologuren, Eielson, Moro, Abril; en la región sobre Churata, Nava, Peralta; en Juliaca es la primera vez que se organiza y publica un trabajo singular sobre un personaje, que representa a la poesía calcetera, cuya obra parece definir un periodo de iniciación y resurgimiento literario.
Esta actitud de Walter L. Bedregal Paz, es un acto humano y de justicia más trascendental para reconocer la virtud poética de Benavente. Es una obra referencial para futuros estudios de la literatura calcetera. El movimiento iniciado en Juliaca, en la última década viene nutriendo a la región, con una ferviente producción intelectual que mira el horizonte con una distinta visión de trascender a escenarios más universales.
Juliaca octubre del 2005
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(*) Prólogo en el libro: El mensaje de Vicente Benavente en el corazón del viento. Bedregal Paz, W. Edit “Grupo Editorial “Hijos de la lluvia”. Juliaca 2005
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