J. Walter Zea M.
-Por supuesto-
Para el Cholo puro que solaza con el viento
sus huellas: y regenera con la lluvia
sus horizontes; como:
F. Vicente Benavente C.
Definitivamente…
células de beligerancia Kolla
trajinan por la interminable
Kashwa de Machu Aychas y ChiñiPilcos,
retumbando cada molécula fértil
con estentóreos camaretazos
y el rítmico suspiro del viento
que recorre la entraña sonora
del Tokoro generacional,
para extender su vigorosa voz
en la pampa y por los cerros,
anunciando la prodigalidad eterna
de
su cosecha de rayos, de sol,
de granizo, de hombres.
danzarán junto a sus mujeres
preñadas de júbilo existencial,
hasta que la pasión embriagada
desparrame hastíos de sucesión
por entre sus polleras amarillas;
que luego amamantará
la savia del oráculo verde,
con los pezones orondos de amor
que nunca cesarán de bailar
en ése voluptuoso ir y venir
de caderas, muslos y alcohol.
En: “Los borrones de Abimael”.
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