Gustavo Pérez - Ocampo («Diez Poemas Para Mañana», 1957) Luis Nieto Miranda («Puños en Alto», «Charango», «Romancero del Pueblo en Armas», etc.) son dos grandes poetas que tiene el Cusco. Ambos influyeron de modo decisivo en las generaciones del 60,70 i 80. Hasta hoy, Vicente Benavente no pudo escapar de esos influjos. Benavente publicó varios poemarios: «Julia» (1954), «Vientos de Amor» (1962), «Cinco Poemas Para Mañana» Mensaje Cholo (1965), etc.
Al parecer, según la crítica, “Cinco Poemas para Mañana” Mensaje Cholo, sería el poemario que mayores satisfacciones dio al poeta Benavente.
El los poemas: Calcetero, Calcetera, Calceta; traslucen al hombre andino.
Son poemas que pertenecen a un tiempo i a un espacio; por eso, a veces, encontramos en ellos ciertos rezagos de sentido histórico. Es la vida misma de un pueblo planteada artísticamente:
«Calcetero
de lluvia y polvareda .
“¡Levanta los brazos de árboles!”
O, cuando dice:
«Con overol de fábrica
los huesos y la sangre .
te uniforman en la calle
sin cólera ni fatigas».
La dicotomía «yo» i «sociedad» subyacen en la conciencia del poeta como una unidad indisoluble. Si tuviéramos que ubicar al poeta Benavente dentro de una corriente literaria, esta sería el neo-indigenismo. Esa configuración de rasgos: Búsqueda, denuncia o de turbulencia naciente pertenece sólo a los grandes poetas:
«En todas partes mi calcetera
anda que anda con la lliclla del atado,
yendo y viniendo, revolcada en el sol,
enchascada en el remolino.
Sudando el alalaú por las tardes
llegas mascando la distancia.
En el fondo - como lo dice Luis Nieto -, estos versos «son un justo homenaje lírico a Juliaca y a las gentes que discurren en el áspero e imponente escenario de la altipampa. Hay deslumbramiento, jolgorio, júbilo de día de fiesta de Chupeqhato”. Aquí está Benavente con toda su fibra Chola, ebrio de color y de paisajes, gozoso y encandilado ante el espectáculo sobrecogedor que brindan las tempestades, los vientos cordilleranos y los ocasos violentos. Todo él, conmovido y absorto, ante la pincelada humana de las gentes sencillas que le dejaron su siembra de lágrimas y de canciones en los repliegues más íntimos del corazón».
Se advierte una claridad en el mensaje a pesar de los términos “Lliclla” o «Alalaú», vocablos que el poblador andino supo internalizarlos, comprenderlos, o en todo caso, hacerlos suyos. Benavente actúa como sus poemas, libremente; i esa libertad hace que su pluma corra libre i espontánea.
Sin embargo, si al paso de los años su poesía continúa vigente, cabe preguntarnos: ¿Benavente se acabó allí? Poéticamente hablando se supone. O, estamos esperando una nueva producción donde realmente nos muestre su desarrollo poético, al más alto nivel.
No creemos que su obra tenga carácter definitivo; pero, nuestra perspectiva se basa en el hecho de que cómo nuestros poetas se insertan en el ámbito nacional. O, es que, continuamos siendo marginales. Aquí, no se trata de historiar algo que no es aún historia. Creo que la pregunta es válida para todos los hacedores de poesía, pues, ¿Qué ocurrió poéticamente en nuestra región al cabo de 30 años en materia de poesía? Todo parece indicar que estamos aún muy lejos de Gamaliel Churata, Alejandro Peralta, Carlos Oquendo de Amat, Ernesto More, Luis de Rodrigo, Efraín Miranda Lujan, etc.
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(29). Inmerso en “Cinco poemas para mañana Treinta años después. Edit. 1996.
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