José Parada Manrique
A Vicente Benavente
Surcando el mar de aire
las notas del “Tokcoro”
expanden el mensaje
de mi tierra: el Collao;
ora ríen, se retuercen,
ora aúllan su dolor
llevando el dúo al viento
Tokcoro!
Tokcoro!
Tokcoro viril!
Regazo de aquel grito
que se trunca en el pecho
y se ahoga en la garganta
del indio de mis lares.
Grito vencido y hueco
careta del dolor;
anhelo crucificado
en el Gólgota del carrizo;
anhelo; sí anhelo
que aunque tarde - peor nunca –
irá a la redención.
Redención para el indio
pues que también es un hombre;
redención para su noche
(eternamente en noche)
redención para SU. NADA
que es lo único que tiene
Tokcoro!
Tokcoro!
Tokcoro viril!
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(*). En revista “Xullaka” (1956)
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