Fredy S. Guzmán Zuñiga
La historia de las mentalidades, permite el estudio de las diversas circunstancias y coyunturas sociales que auscultar los diversos hechos de personajes y masas; allí ubico a este gran poeta y profesor don Vicente Benavente Calla, el cual es una veta desde la perspectiva sicoanalítica porque en sus sentimientos y principios se vislumbra como éste expresa cariño y amor a la tierra que lo engendró y parió como padre y maestro y fundamentalmente poeta (que si no fuese poeta, sería…).
El waynarroque, los Toqoros, la calcetera, el frío y el viento del altipampa le han brindado un frondoso vergel de inspiración e interpretación social. El trabajo, el comercio, la danza, el canto, sus cerros, sus huelgas, son los elementos que le dan el fruto de la vid poética que escribe en sus líneas libres; también es creyente de las deidades cristianas y panteistas, por ellos puede interpretar las manifestaciones de trabajo, alegría, tristeza, llanto, triunfos y anhelos que el hombre juliaqueño, que se ufana de mostrar en sus fiestas, las que no tienen nada que envidiar a lo hecho en la capital departamental. La calcetera que entre sus tejidos trenza sus sentimientos, su pobreza material, sus creencias su cultura que tiene rostro de pujanza; el Machu Aycha que ostenta en su prominente barriga pequeño burguesa comercial, la gala de su ostentación económica en grandes jaranas y francachelas, son las clases (que hoy se expresa en la seudopituqueria alienante más absurda de esta ciudad que cambia nuestra faz a pasos acelerados) que don Vicente revalora y le brinda un sitial que debe tener, eso es peruanizar a Juliaca…allí cae el mensaje Cholo de este amigo de grandes cholos, como Nieto, Valcarcel, Pérez Ocampo, Parada Manríque, entre otros que han compartido en sus tertulias deseos y posibilidades para esta zona ¿olvidada? Del Perú profundo, así le canta Benavente como Ciro Alegría, Arguedas, Mariátegui, Chocano, Vallejo, quienes le ayudan a llegar al desarrollo de una veta de inspiración poética, la vida misma en los Andes. Este mensaje Cholo desnuda sus orígenes, su cuerpo ideológico, su noble amor a su suelo, su docencia, su mujer que lo viste de éxtasis y voluptuosidad de su vida y literatura, que anuncia el mensaje para mañana después de más de cuarenta años de editado, es un cholo con alma de indígena aymara.
Guzmán tiene el gusto de conocer a Nieto, y al viejo zorro de la pluma cusqueña como Gustavo Pérez Ocampo, y otros, quienes tiene la suerte de compartir parte de su vida con este MALLKU de la pluma juliaqueña, y QHAPAQ de la interpretación social.
En el cenit de su tamaña existencia de este HARAWIKUQ, me es grato escribirle estas líneas sacadas del libro de la vida y la experiencia, sin conocerlo como otros, ello es mejor por la literatura de nuestra Juliaca (no sé si se olvidó de él), por hacer algo por los demás, eso sólo lo hacen los grandes; saludo a don Vicente como un WAYRA SONQO.
Para este MALLKU, los hechos de noviembre del 65, fueron sucesos que le trajeron una serie de lamentos por sus acontecimientos, sus líderes y los lacayos que enfrentaron al pueblo como los Populistas, desarrolla para este hecho histórico de la insurrección de Juliaca, por ser lo que hoy brinda a sus hijastros e inmigrantes que hacen de esta ciudad cosmopolita y mercenaria del comercio. En sus cantos literarios establece los mecanismos de lucha que ocurrió, en la que niños, jóvenes, varones y mujeres, aún viejos salen a las calles a exigir lo que hoy heredamos una gran ciudad sin grandes Vicentes que reclaman a gritos la identidad terruña, de Quechuas y Aymaras, ¡hermanos del pueblo!, ¡hermanos del viento!, ¡es nuestra trinchera revolucionaria la luz del desarrollo!
Don Vicente la historia ya lo anotó en sus anales. ¡Salud!
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