domingo, 6 de enero de 2008

El sistema poético - formal de Benavente


Walter L. Bedregal Paz



Un día obtuve la obra poética completa de Vicente Benavente, y al fin pude leer todos sus poemas.
Supe que Benavente no sólo produjo una excelente poesía, sino que también produjo excelente narrativa y aún tiene inédita esa buena narrativa. La opción que preside este estudio, vincula la obra de Benavente con los planteamientos del Psicoanalista Suizo Carl Gustav Yung, cuando nos advierte que el proceso de individuación no lleva al aislamiento sino a una más intensa y general conexión colectiva, se trata de vivir en mayor y mejor armonía con los demás. No hay que confundir individualismo con individuación. El primero conduce al aislamiento, mientras que el segundo busca reordenar la norma colectiva (7).
Gastón Bachelard, fue un entusiasta lector de Yung, ambos autores relacionaron el arte de los procesos oníricos.
Yung, como lo expresé anteriormente, vinculó como Benavente la poesía con la dinámica del inconsciente colectivo (8), mientras que Bachelard, planteó la necesidad de una Psicología de
la ensoñación literaria que remite directamente a realidades oníricas elementales (9).
Yung, explicó, el sustrato inconsciente de los productos de la imaginación humana; por su parte Bachelard trazó las líneas de un análisis psicoanalítico de la imaginación material.
En 1965, año de la publicación de “CINCO POEMAS PARA MAÑANA”, Mensaje Cholo; tuvo una influencia de la literatura española, la cual era muy visible, este hecho implica que Benavente tome versos de poetas reconocidos para poder imaginar más allá del fin, más allá del cariño a su tierra, el verso aquel: “CINCO POEMAS PARA MAÑANA” Mensaje Cholo, como después tituló su libro. La poesía nos permite explotar los laberintos del inconsciente; por eso cuando nos dice, en sus primeros versos, Vicente Benavente, nos detalla muy claro ese inicio que le da al poema: “UN PETÁLO DE AMOR PARA MI TIERRA”, “como en el horno del pan en las mañanas...”. Benavente da la oposición vigilia/ sueño, remite generalmente a noche/día. Es decir el acto de despertar se encuentra muy asociado a la estancia diurna a veces equiparable al “alba”, mientras que la noche se remite a la vivencia onírica, “estructuran las lámparas de tu presencia...”. Aparece el “alba” que se va esfumando poco a poco para darle paso, a los brazos que llevan el eco en la garganta; siempre asociando al nacimiento del día, asociado al despertar: empleo del verbo “tocar”, parece evocar la acción de levantarse en el “alba” y por ende la “vigilia”, de ahí que posteriormente afirme: “para tocar la vida en el manantial de ternura...”. Triunfa imaginando seguro, con los ojos cerrados, que revela en cierto modo la victoria de lo inconsciente sobre lo consiente que se manifiesta en la imagen final del silencio, lo cual explica el reposo del mensaje descifrado años después, por lo tanto presupone el transito del despertar al dormir.
Cuando nos dice: “por qué no dejar que llueva temprano...”. Sigue entre la vigilia/sueño; el poeta mira desde ángulos distintos, que en ocasiones el lector no puede entender, a veces inequívocamente desde su óptica, el yo poético sufre una metamorfosis y habla de la perspectiva de una lluvia temprana, y de una pregunta que lleva siempre un mensaje evocando perpetuamente la esperanza como lo último que se puede perder, sin duda, la vida, esa esperanza siempre junto al amor ausente.
Este proceso se encuentra claro en los primeros versos del poema “UN PÉTALO DE AMOR PARA MI TIERRA”, “como el horno del pan en las mañanas...”. Donde se percibe claramente el nacimiento del día, asociado al despertar; el empleo de la palabra “horno” parece evocar la acción de levantarse en el “alba” y por ende la “vigilia”, de ahí que posteriormente se entiende: “para tocar la vida en el manantial de ternura...”. Revelando en cierto modo el triunfo de lo consciente sobre lo inconsciente, presuponiendo el tránsito del despertar al dormir, estructurando claramente antes en la manifestación de: “estructuran las lámparas de tu presencia...”.
El paso de la “vigilia” al “sueño” es ciertamente más difuso y por ello, dicho proceso no está totalmente manifestado como en otros poemas.
En cuanto a los aspectos métricos de la poesía de Benavente debo remarcar que el poeta emplea el verso libre por sus expresiones vanguardistas, lo cual lo diferencia de poetas peruanos, que, como Martín Adán, en “Travesía de extramares”, usaron el verso rimado; evidentemente la estructura de Benavente (implica) una total asimilitud (asunción) de la modernidad poética, acompañada siempre de la asimilación creativa del aporte que le da a su pueblo, su tierra, su aire, sus vientos, sus lluvias, sus cerros escarpados, sus calceteras, sus calceteros, etc., dándoles así el uso en su literatura sur-peruana de vanguardia para el mundo hispano.
Seguidamente cuando expresa: “si en ti los párpados abren los años terrestres...”. Aquí vemos una reiteración obsesiva que se leerá en el transcurso del poema, el hablar del ser amado. En la expresión: “si en ti los andes miden su altura...”. Observamos el uso poético de una forma impersonal, el infinitivo. Sin embargo, aparece después el uso de dos formas gramaticales que hay que señalar marcadamente, en: “la misma sortija de las golondrinas, despiertan extasiadas la guitarra...”. Aparece aquí el “YO” del poeta extrañamente metamorfoseado, como un mensaje del novio a la novia, transfondeado en una sortija, deseando por medio de ella, siempre el deseo de un despertar temprano, juntos, muy juntos, con una vigilia constante, eligiendo el acto de callar; vale decir, no actúa, porque paradójicamente permite la comunicación de los andes, las golondrinas, la guitarra, para construir a través de los lazos tenues de la memoria, dándole cabida al silencio siempre de un amanecer. El recuerdo, la imagen del ser amado: “antes de que se levante la frente, tus lienzos de arenga incesante...”. Y así, en los versos subsiguientes, desea recordar el instante del beso en la frente, recordando en aquel beso, toda la historia de amor vivido, alzándola a la eternidad, simbolizándola en una bandera, recordándola cada vez que ve flameando en un mástil. El poeta sabe cuánto la amaba, sabe cuánto la extraña, él sabe que en su subconsciente cuánto aún la ama; dicho recuerdo se apaga cuando le da el acceso al triunfo indiscutible de lo onírico: siempre el silencio final, que evidencia en este caso el descanso, para luego seguir viéndola preocupado: “cuando te veo pensativa Juliaca, hallo entre las espigas del alma...”. Aquí podemos ver como en todo el poema, arquetipos primordiales de la humanidad, que podemos encontrarlos presentes, no en la mayoría de sus poemas de este poemario analizado, sino, que es sabido, que en muchas de las cosmogonías, desde el tiempo de los primitivos, el hombre ha fundamentado y manifestado las sustancias primordiales de la que los poetas hacen y forman parte, haciendo nacer la vida con sus palabras, evidentemente ésta siempre se le asociará con el agua, por eso cuando Benavente escribe: “ por eso llega tu día Juliaca, en la lluvia primera que fertiliza, para levantar la sombra endurecida...”. Aquí la lluvia por lógica es agua, agua primera, la primera en la mañana, porque es símbolo de la génesis (10).
Recuérdese la sentencia bíblica de Isaías (48,1): “Oíd esto casa de Jacob, los que os llamaís con nombre de Israel, y los que de las aguas de Judá salieron” (el subrayado es nuestro) (11). Yung nos recuerda que del “agua” surgieron muchas divinidades: El Mesías renació en el río Jordán, por ejm., Bachelard afirma que el agua extingue el fuego, la mujer extingue el ardor. En el reino de las materias nada hay más contrario que el agua y el fuego. Y Benavente usa también estos arquetipos medulares de poeta; se puede entender mejor el siguiente verso: “te saludo con el grito descubierto en la sangre, con la palma de los vientos en cada fruto, con el fuego de los ademanes inquietos...”. En efecto, el “fuego” está también asociado con el nacimiento de la cultura, marcando un hito insoslayable, siendo considerado por algunos autores como: “la primera materia de su fantasía” (del hombre), el símbolo del reposo, la invitación al descanso (12), o como uno de los componentes preponderantes que permitieron el paso de “lo crudo y lo cocido”, Levi Strauss (13).
El fuego también está muy asociado al lenguaje, el acto de hablar o de comunicarse con los demás.
En el texto de Benavente se encuentra muy vinculado el “fuego”, por medio de un sintagma nominal donde se percibe la ausencia del objetivo, es decir no hay ningún vocablo, que califique al sustantivo “Calceta” y por consiguiente la unión entre
el fuego y calceta es bastante sólido y gramaticalmente hablando por la utilización de una preposición (“de”), y la yuxtaposición de dos antónimos (“agua” en lluvia y “fuego” en la fantaseosa calceta, que logran la enfatización poética del contenido semántico de ese calor humano que les inyecta a los hombres de su raza; sin lugar a dudas se trata de un empuje a tener que superarse, desde adentro del alma, desde el amanecer: “Juliaca vigilante, en el corazón del pueblo...”.
Sólo es poesía. Es síntoma de regeneración, como el fuego o el agua que inicia una nueva civilización y como el lenguaje que se renueva constantemente en algún poema; la poesía es una ilusión de eternidad porque perenniza el lenguaje y vence a la muerte.
No en vano Benavente escogió como título para su obra “CINCO POEMAS PARA MAÑANA” Mensaje Cholo.
Y volviendo una vez más a los aspectos métricos, podemos ver en este poema “UN PETALO DE AMOR PARA MI TIERRA”, una ternura donde el poeta abandona la métrica tradicional, el poeta huye de la rima, y del alejandrino modernista, razón por la cual se apoya en otros recursos rítmicos, uno de los cuales puede ser la musicalidad de los versos, con la acentuación poética de determinados ejes silábicos. Además en la poesía de Benavente observamos la predominancia de los versos estomíticos, es decir que están aislados del conjunto textual y por eso el recurso del encabalgamiento se encuentra prácticamente ausente en esta poesía, pues cada verso conserva su autonomía respecto de los otros. Benavente rehuye muchas veces al heptasílabo y al endecasílabo, ambos tipos de verso muy utilizados en la lengua castellana.
En efecto, el poeta peruano actualiza un nuevo ritmo versal, integrando creativamente algunos recursos poéticos que son tradicionales, y formulando otros de estirpe sub-realista y Benavente supo sacarle provecho al aire que respiraba, junto al cielo y su suelo, los cuales facilitaron su creación, ya que el poeta puso todo su amor de hombre para ver en forma de poesía, el amor que tiene uno a su tierra querida, en este caso a su JULIACA de siempre en su corazón.
Toda búsqueda de un mito para el hombre moderno constituye una tácita condena al racionalismo (14), que cercena la potencialidad del hombre al reducirla a una sola y única esfera: el pensamiento. Indudablemente, el descenso del mundo onírico implica en la poesía de Benavente una búsqueda de los arquetipos que se repiten incesantemente en la prolongada senda de la humanidad; los arquetipos unen a los hombres, mientras que los paradigmas racionalistas los desunen, porque enfrentan a veces a las distintas culturas entre sí: la crisis del mundo moderno es en cierto modo la crisis del racionalismo.
Creemos que la obra de Benavente puede definirse como una problemática del silencio, en el doble sentido, como transfondo del amor, el silencio define la ausencia del ser amado y el deseo del poeta por fusionarse en su propio cuerpo, más allá de sus arterias intrínsecas (enredadas), escapando cuando lo desee de la civilización humana. Desde tiempos remotos huir de la muerte ha sido el deseo del hombre, y el poeta logra hacer realidad ese anhelo, volviéndose eterno con y en sus versos; claro ésta que el poeta, no desea escapar por caminos en silencio, tal vez para que no lo vean, al contrario, su ambición es que lo vean, que sepan cómo camina por ese sendero donde a cada paso, está acechando la muerte (aguardando), y a veces obstaculizando los caminos del hombre, (15) sin ni siquiera a veces materializar algún deseo; pero la técnica de la composición de Benavente nos revela la textura de un mundo fragmentado, deseado en el ámbito de la memoria.
El poeta no duda ante la posibilidad de comunicarse con su pueblo y va reconstruyendo poco a poco las aristas de un pretérito que sabe muy bien quedará como Mensajes Cholos que no yacerán en el olvido, porque su deseo fue siempre el ser interpretados a la mañana siguiente.
Espero que aparezcan artículos serios y profundos, que ofrezcan interpretaciones e indagaciones fértiles de y sobre su poesía, la de Benavente; porque este alcance apenas representa el comienzo del trabajo que deberían hacerse sobre la poesía misma, y que mejor la de esta parte del Altiplano, tal vez sea la falencia de la crítica peruana en el estudio de la poesía, peor aún en este lado sur-peruano, cuando estudiamos recién la poesía desde sus entrañas y qué mejor de nuestro autor.
Luego de esta edición: “El mensaje de Vicente Benavente en el corazón del viento”, con análisis conglomerados de poetas y amigos reunidos para mostrar su parecer de la creación del poeta, espero aparezcan estudios sobre la poesía en Juliaca, excepto los comentarios publicados por Juan Alberto Osorio (16); Jorge Flórez Aybar (Diario "Los Andes", 17-04-96 - Puno); José Paniagua Núñez - JOSPANI (17), junto a Boris Espezúa Salmón (18); Gloria Mendoza Borda, (Junio de 1999) (19) quienes saludaron y felicitaron la labor del poeta para con su tierra.
Ello, entre otros aspectos fueron los que se quedaron en el tintero, de ahí que ampliar la opinión en esta segunda edición es meritoria, razones creo más que suficientes para desarrollar y profundizar lo que significó para Vicente Benavente y sus versos el no quedarse quieto.
El poeta sabiendo que la prensa especializada no se ocupa como siempre, por ese centralismo intrascendente, decidió legar un libro más para su tierra ( en los últimos años del milenio), en el que conglomeró a través del tiempo retrospectivo, una antología sugerida en la presentación de la primera edición de CINCO POEMAS PARA MAÑANA “ Mensaje cholo", Treinta años después, titulándola con ese verso que fluye por sus venas: “Raíces del viento” (20), el cual hace que amplíe mi comentario sobre ese lineamiento que me propuse cuando empecé a desagregar "El sistema poético formal de Benavente", considerado como lo sabe la mayoría: "El poeta mayor juliaqueño", dedicado hombre de letras y decidido.
Juliaca la tierra que lo vio nacer, donde vive enraisado desde hace varios decenios es testigo fiel de los amoríos que tiene hacía éste su hogar Calcetero, con esa sencillez sin subterfugios que heredó de la raza milenaria: la Kolla, que quedará en el alma de la literatura juliaqueña.
Aquella oportunidad - 02 de octubre de 1997 - Vicente Benavente, antes de llegar al Salón de Convenciones de la Municipalidad Provincial de San Román, donde se realizó el acto de presentación del libro "Raíces del Viento", tuvo una disímil circunstancia; un accidente infortunado, según me narró:
"...eran las seis de la tarde en el reloj de la vida, de aquel día, cuando en las intersecciones de las cuadras que unen la Plaza de Armas de Juliaca, volviendo de la empresa donde editaban el poemario; de pronto un tropezón - mejor gran tropezón, por las consecuencias que me acarrería después - desequilibró mi caminar acompasado, que me hizo perder el equilibrio, cayendo y rodando por la pista, paralizando un instante el tránsito. Menos mal que no pasó de un susto de tarde sin ocaso en el zenít".
Por ello, el tiempo en ocasiones es el peor enemigo, pero nunca es tarde, menos si queremos y deseamos elucubrar y dar nuestra opinión sincera, como en el prólogo de éste análisis.
"Raíces del viento", llegó también acaparando iniciativas de propios y extraños, a la vez de engrosar la literatura juliaqueña, después de ello - lo vuelvo a recalcar - he visto pocas obras - más creo yo, también los críticos literarios - obras que por lo menos transiten por kioskos de revistas y vitrinas de lugares que promueven volúmenes de literatura nuestra.
Entonces, fue cuando al encontrarme con Vicente Benavente me inquietó su manera de ver la literatura, más la de su propia tierra, siempre con la fortaleza espiritual de un pueblo que poco a poco se convierte en una gran ciudad y que a veces olvida esa esencia que trasmite siempre su poeta mayor.
En un pequeño intercambio de ideas, comentó del porqué escribir, para quién escribir y como escribir, entre otros temas que de seguro afligen a la mayoría de literatos. Lo importante, su nostalgia a los años vividos me impresionó.
El libro, "Raíces del Viento", se presentó un primer jueves de octubre de ese año, al cual asistieron personalidades del ambiente literario de Puno y Juliaca - me extrañó que no me hayan invitado a comentar su libro -, ya que los comentaristas fueron sólo, aparte de abogados e intelectuales educativos, que limitados, reconocieron y felicitaron la reciente producción poética que era producto de una conglomeración de poesías que trasuntaron por el tiempo, hubiera sido propicia la ocasión para entablar los ejes medulares del pensamiento de poeta, el de Benavente. Pero valió la pena luego de aquella presentación, esbozar ideas para esta pequeña ampliación de modo que mi franqueza a veces por la falta de tacto, no creo toque corazón de intelectuales que sólo aparecen de vez en cuando y peor aún para comentar libros, de los cuales debe ser agobiante e inquisidor el sólo pensar y entender.
Pero nada de ello interrumpió el seguir trabajando, del que resulta esta ampliación sugerida a la vez por amigos sinceros, a los cuales agradezco.
"Raíces del Viento" (Antología poética), continúa con la tradición Calcetera inmediata, se refleja en la forma de organizar el poemario. El ordenamiento del libro puede rastrearse si consideramos el funcionamiento textual de sus ejes que mantienen al ser humano libre: nacer/ vivir/ plenitud/ morir.
En principio el libro comienza mostrando tres poemas de: "Julia", Poema de siete estancias. (Edit Molleapaza - Juliaca, 1954), publicado en memoria de su Julia (del poeta) al recordar el primer aniversario de su fallecimiento, este poema fija la direccionalidad lírica y romántica de Benavente. Después vienen siete poemas de: "Vientos de Amor", (Edit. Garcilaso - Cusco, 1962). Tres poemas de: Cinco poemas para mañana "Mensaje Cholo", (Edit. Garcilaso - Cusco, 1965). Cuatro poemas de: "Mural de Latidos" (como una lágrima para todas las horas), Edit. Tip. Triunfo - Juliaca, 1974. Cinco poemas de: "Cantos Encendidos" (Pregón Calcetero), Edit. Don Jaque - Cusco, 1976. Y los poemas de: "Peloteritos del recreo" (Poemas dispersos).
Además de la poesía de Benavente, tiene en anexo acertado, opiniones de Gustavo Pérez Ocampo, cuando refería su pensar de: "Vientos de Amor"; un "Liminar" - que a Vicente Benavente y a Juliaca, el cholo Luis Nieto legara como mensaje - (inmersos en esta edición). Juan Alberto Osorio también se suma sutilmente, porque Vicente Benavente, por el espacio, la atmósfera que logra poner en su poesía - y esto lo siente cada lector juliaqueño, merece reconocerle que "Raíces del Viento", es uno de los mejores trabajos que en antología nos ha mostrado.
Vicente Benavente por más que no logra arribar a un nivel compacto y superior, - como lograron poetas altiplánicos de una Generación Contemporánea a fines de milenio, con la rebeldía cromática que mostraron - llama la atención y advierte su presencia, de un poeta con oficio, bien encaminado, el cual sabe de seguro que lo inédito que tiene un día de estos con aquellas novedades nos visitará.
Hablar de Vicente Benavente es hablar también del poeta Calcetero; en su antología muestra tres poemas que exaltan la otra dimensión de hombre, el de maestro, donde advertimos la calidad del nivel poético que podemos encontrar en dichos apuntes. "Marcha del sacrificio" (Huelga magisterial), septiembre, 1971, Juliaca-Puno. Tres pregones de profesor que insurgió aquel momento trascendental para la lucha de los ideales del maestro.
Al igual que Benavente reconoce una Generación literaria de poetas puneños, - vuelto a recalcar, contemporáneos - los cuales trabajan con oficio el cantar poético. Ellos también reconocen en él, al hombre que: "...dotó de progenie literaria a esta tierra. Quedará en la perennidad de la literatura calcetera, porque la calidad y vitalidad de sus contenidos adquieren vida". (21).
No puedo obviar también las palabras centrales en la presentación del libro: "Raíces del Viento", que estuvo a cargo de no sólo un Lic. en Educación, sino, impulsor cultural e intelectual, desde su particular punto de vista, la reiteración desde su forma de ver la poesía de Benavente, llegando a afirmar, al final de su intervención un claro mensaje, al citar:
"...Vicente Benavente, cómo no llamarte insurgente, como no llamarte sembrador, si la dimensión de tu pecho se inflama de horizontes". (22).
"Raíces del Viento", tiene a la par de ser antología poética, una dedicatoria que nos acerca al poeta, al ser humano de Benavente, el cual no se pierde en detalles y capta la razón de vivir
Se detiene un instante manifestando un sentimiento sereno, señalando en lenguaje de poeta, detenido en los vientos de su tierra, mirando complacido sobre su estructura lírica, su intangible fidelidad:
"...a mi esposa Angélica / aliento y vigor / de nuestros hijos".
En la cual el lector al leer lo consagrado necesitará de una actitud igualmente distinta con la que Benavente impacta su grandor de poeta; más si se tratara de lectores que siempre buscarán luego comunicar la experiencia de leer sus poemas.
Entre los habitantes de Juliaca que leen sus poemas - que es mayoría - el anhelo es que por su nostálgica obra de creación, no sólo poética, instituciones y personas ligadas al quehacer cultural desean le confieran un Premio Poético, - sabemos que tiene en su haber innumerables diplomas y medallas de honor - quieren que no sólo se le declare: "Hijo y Ciudadano de Honor", sino, que el poeta calcetero en homenaje merecido, se le otorgue un Premio de Literatura Puneña y del Altiplano, más aún por: "...el canto de los jardines del viento calcetero".
En el libro Literatura y violencia en los Andes (23), diría para terminar, que el pensamiento de los poetas las define como poesías neo-indigenistas y con sus palabras, dice: “es una corriente literaria que surgió como una necesidad coyuntural, pues los ánimos por reconstruir la nacionalidad e identidad peruanas se acentuaron en la década del 50 (Siglo XX). El indigenismo se había alimentado de la ideología marxista. Se deslindó la dicotomía indio/blanco, comunero/gamonal, obrero/Burgués, explotado/explotador, etc. O sea la línea política corría por los versos como un grito que se oye en las plazas y en las calles, “bajo una lluvia de petardos”.(p. 275).
La ciudad del Cusco, con sus poetas Gustavo Pérez – Ocampo, Luis Nieto Miranda, influyen y comprometen a Vicente Benavente a escribir versos para una literatura comprometida, junto a un entorno de intelectuales; la coyuntura de entonces hizo que este tipo de literatura se desarrolle con gran magnificencia en dicha ciudad imperial, determinando así este nuevo tipo de literatura comprometida desde la época del 50.
Vicente Benavente, fue testigo privilegiado de una época de cambios políticos, fue actor principal de jornadas de lucha, de una revolución social que estremeció a su pueblo, a sus hermanos, y su verso poético hoy como mensaje entendido debe convertirse en verso político, aseverando esta actitud nos lego un canto a las horas de noviembre.
Los poetas cusqueños tienen un grato recuerdo de Vicente Benavente, y Luis Nieto creo que en suma supo captar el influjo que también determinó en él esa socialización de la literatura de vanguardia. Entre los escritores contemporáneos cusqueños, destaca Enríque Rosas Paravicino, y con nostalgia reconoce a Vicente Benavente como el poeta amigo de la ciudad Imperial. Entonces Vicente Benavente forjo una poesía juliaqueña al ritmo de un corazón enamorado pero adolorido, concebida en el dolor que le causaban las balas que le traspasaban a su pueblo, a sus hermanos. Poesía construida en los linderos del alma de poeta.
Recordando a Luis Nieto, y Rosas Paravicino escribe del poeta romancero entrañable amigo de Benavente (24) “…una actitud de Luis Nieto tiene como referencialidad concreta las épocas tumultuosas que le toco vivir. Recuérdese que a los veinte años de edad luchó contra la dictadura de Sánchez Cerro, por cuya acción fue desterrado a Bolivia. Recuérdese también la tiranía de Manuel A. Odría y la masacre de Arequipa de junio de 1950; registro de este triste episodio es el libro Romancero del pueblo en armas, un viril alegato poético que perenniza aquella gesta social”.

Juliaca primer viernes de octubre del 2005.

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(5). OSORIO, J. Diario “El Pueblo”. 02 de mayo – 1996. Arequipa.
(6) BEDREGAL PAZ, W. L. Aquí no falta nadie. “Poesía puneña contemporánea (Antología). Edit. Grupo Editorial “Hijos de la Lluvia”. (En prensa).
(7). YUNG C.G. “El yo y el inconciente”, pp. 67.
(8). Idem. Pp. 131.
(9). En su artículo sobre la relación entre Poesía y Psicología Yung alude al modo visionario de la creación del arte cuando: “El material o la vivencia que se convierte en contenido de la formación no es nada conocido; es de esencia foránea de naturaleza de transfondo, como proveniente de abismos de étapas pre-humanas, una vivencia primordial a la que la naturaleza humana amenaza sucumbir en debilidad e incomprensión”. Ob. Cit. Pp. 12.
(10). C.F. BACHERLARD. “El agua y los sueños”, pp.35.
(11) Para los antiguos el mar era el símbolo de la génesis, del agua surge la vida. YUNG, C. G. “Transformaciones y símbolos de la líbido”. pp. 230.
(12). BACHELARD, Gastón, “El psicoanálisis del fuego”. pp. 34.
(13). C.F. LEVI/STRAUSS, Claude. “Mitológicas”. Lo crudo y lo cocido. México, Fondo de Cultura Económica. 1978.
(14). “Acoger en la propia vida las manifestaciones del mito genuino significa, en rigor, adoptar una postura irracionalista”. JESI, Furio. Literatura y mito, pp.37.
(15). BIBLIA LATINOAMERICANA
(16). OSORIO, J. A.. “La poesía de Vicente Benavente”. Diario “El Pueblo”, Arequipa –02 de mayo, 1996.
(17). PANIAGUA, J. Diario “Los Andes”, Puno – 15 de abril. Homenaje en el día del poeta peruano.
(18). ESPEZÚA SALMÓN, B. Diario Los Andes”, Puno. Identidad Cultural en Juliaca.
(19). MENDOZA BORDA, G. Calidoscopio, Juliaca – Junio de 1999. ANEA – SAN ROMÁN. Presentado en el marco del Encuentro Internacional de Escritores. Juliaca 1999.
(20). BENAVENTE, Vicente. “Raíces del Viento” (Antología poética). Juliaca – Edic. Cielo y tierra. 1997.
(21). NINA MENDOZA, F.. En “Presentación” de la primera edición de “Cinco poemas para mañana” (Mensaje Cholo) Treinta años después. Juliaca, DAVBEFRI Editores. 1996.
(22). CASTILLO ROJAS, D. En palabras de presentación del libro “Raíces del Viento” (Antología poética); el 02 de octubre de 1997. Salón de Convenciones de la Municipalidad Provincial de San Román.
(23). FLOREZ AYBAR, J. Arteidea editores. Lima, publicado en el 2004.
(24). (Arteidea. Revista de cultura Nº 10 septiembre – noviembre 2005. p. 14).

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